13 prendas que revolucionaron el vestidor de la mujer
Más que prendas y complementos, fueron olas de libertad y tendencia para las mujeres, que consiguieron deshacerse progresivamente de los looks preestablecidos.
Motivo de escándalo, preocupación, asco o revolución, algunas prendas se convirtieron en símbolos de emancipación femenina. La moda, como suele ser habitual, plasma las preocupaciones de una época, refleja de forma visual y evidente una lucha. Muchos de los modelos revolucionarios que surgieron a lo largo del siglo XX resultaron ser consecuencias directas de las guerras, tanto la primera como la segunda, pero también de la de Vietnam. La sociedad, profundamente marcada, no podía volver a ser la misma que antes. Las mujeres sintieron en este sentido la necesidad de romper con lo preestablecido, los corsets tanto físicos como mentales que se les imponían, símbolo de una época pasada a la que no se identificaban. Cortan sus faldas, lucen zapatos con y sin tacón, brillan con el eterno esmoquin, barriendo los códigos. Los hombres ya no tienen la exclusiva propiedad del traje, se hacen con estas prendas consideradas masculinas, adaptándolas a su morfología. Los prejuicios, especialmente anclados, hicieron difícil la integración de estas prendas. El bikini o la minifalda fueron los más claros ejemplos de ello: considerados tanto por hombres como mujeres como chocantes o incluso repugnantes por dejar tanta piel a la vista, provocaron incluso el rechazo de diseñadores de renombre como Coco Chanel. ¿Por qué esta lucha absurda? ¿Por qué se pretendía conservar a toda costa la piel de la mujer oculta? A base de imposiciones y enfrentamientos, se consiguió lo que parecía inalcanzable.
Este cambio fue posible gracias a la implicación de algunas estrellas como Brigitte Bardot, una de las primeras famosas en aparecer en las playas de Saint Tropez con su pequeñito bikini o la actriz Marléne Dietrich, quien a lo largo de su vida no dudó en jugar con las formas y texturas, luciendo con una seguridad y una feminidad desconcertante el esmoquin masculino. Audrey Hepburn a su vez fue una de las impulsoras de los pantalones y también de algunas tendencias que parecen invencibles como el kitten heel, el pequeño tacón que lucía con más glamour que nadie.
Recordamos algunas de las prendas y complementos que, pese a formar parte integra de nuestro vestidor en la actualidad, no siempre fueron aceptados, siendo motivos de lucha por las mujeres.
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La minifalda
Aunque se suela asociar su origen a diseñadores como André Courrèges, su verdadera impulsora fue la británica Quant en la década de los años 60. Considerada obscena para algunos hombres y mujeres de la época (algunas solo tenían apenas unos 20 centímetros de largo), se convirtió en el símbolo de la emancipación femenina. La mismísima Coco Chanel la odiaba, llegando a calificarla de "horrenda" pero no impidió a la minifalda encontrar definitivamente su hueco en la moda.
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El pantalón
Considerada prenda masculina por excelencia, el pantalón no tuvo su auge real hasta los años 20. La Primera Guerra Mundial cambió, como no podía ser de otra manera, la sociedad y la moda fue un claro reflejo de ello. Coco Chanel fue la primera en democratizar el pantalón para liberar a las mujeres del vestido, ya asociado a una época pasada, y algunas artistas como Marlène Dietrich no dudaron en lucirlo en los años 30.
Lady Di / Gtresonline
El vaquero
Imaginados originalmente para los vaqueros del Oeste americano a finales del siglo XIX, los vaqueros tienen su verdadero impulso en los años 60 y 70. Símbolo de una nueva generación en un contexto social y político peculiar (guerra de Vietnam, lucha por los derechos civiles etc...), su introducción en el vestidor de la mujer es definitivo.
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El bikini
El término, acuñado por el francés Louis Reard en 1946, denomina el primer bañador de dos piezas. Una pequeña revolución impulsada por artistas como Brigitte Bardot, una de las primeras estrellas en lucirlo sin complejo. Criticado por su "vulgaridad", no consiguió imponerse hasta los años 60 en la sociedad.
Rudi Gernreich / Gtresonline
El monokini
Inventado por Rudi Gernreich en 1964, esta extravagante variante del bikini fue el primer bañador topless de la historia. Aunque en los años 60 ya eran muchas las mujeres que lucían un bañador con mucha piel a la vista, este modelo caracterizado por dos tirantes se convirtió en un icono de la liberación sexual.
@meryl.paris
El clutch
Ideado en los años 30 por Charles Arpels (al observar a su amiga Florence Jay Gould guardar sus pertenencias en una caja metálica), se ha convertido en el bolso absoluto de la noche. En sus orígenes, el minaudière (inspirada de la palabra francesa "minaudier", que podría traducirse como coquetear) era mucho más sofisticado y contaba con varios compartimentos.
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El esmoquin
Prensentado por primera vez en el desfile de Yves Saint Laurent en 1966, el esmoquin en su versión femenina provoca un revuelo al romper con los códigos del género. Compuesto por un pantalón recto, una camisa blanca, un cinturón de satén y una chaqueta larga ajustada, se ha convertido en un básico del vestidor femenino.
@liondog1
La camiseta marinera
Inicialmente destinada a los hombres de la Marina como su propio nombre lo indica, Coco Chanel decide darle vida en el cuerpo de las mujeres en su versión renovada. Su aspecto cómodo y naturalmente elegante no requiere una confección muy elaborada. Algunos diseñadores como Jean Paul Gaultier y Karl Lagerfeld la recuperaron en numerosas colecciones, convirtiendo la raya azul en un básico del chic informal.
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El vestido trapecio
En medio de la ola revolucionaria fashion de los años 60, el diseñador francés André Courrèges se lanza a por un modelo innovador de vestido. Su vestido, con forma geométrica, nace en 1964 y conoce un rápido auge en los años siguientes. Fluido, femenino y práctico, refleja una necesidad cada vez más intensa de cambio para las mujeres.
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La bailarina
El zapato plano por excelencia nació del genio de Jacob Bloch en Londres, en 1932. Su pasión por el ballet y la Ópera fue lo que lo llevó a crear este zapato ultra cómodo. En los años 50, Rose Repetto le da un vuelco y mejora su técnica de costura, la bailarina se convierte en el icono de la casa.
@bettiepage
El liguero
Creado inicialmente por motivos de salud para sostener la pierna, fue en 1876 que el diseñador Féréol Dedieu crea la patente. En los años 50, llega al cine impulsado por artistas como Marlène Dietrich y se convierte en un símbolo de erotismo.
Lady Di / Gtresonline
La sneaker
Los orígenes de la zapatilla se remontan al siglo XIX, aunque su impulso solo tendrá lugar a finales de la Primera Guerra Mundial. Hacen su aparición las primeras Keds y Converse, como zapatillas para deportistas, pero se convierten rápidamente en un símbolo de reivindicación social y se une a movimientos artísticos como el hip hop. A partir de los años 80, su uso tanto por hombres como mujeres es imparable.
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El sujetador
Al igual que el liguero, la historia del sujetador no es reciente. En la Antigua Grecia, las mujeres ya usaban tejidos para sostener y proteger su pecho. Pero solo fue en 1889, de la mano de Hermine Cadolle, que el sujetador tal y como lo conocemos hoy hizo su aparición. Uno de los primeros modelos, con dos copas, fue presentado en 1913 por Mary Phelps Jacob pero habrá que esperar los años 30 para que se popularice masivamente.