Con aires de fiesta: las claves de la colección Chanel Haute Couture Primavera/Verano 2021

La Semana de la Alta Costura parisina, celebrada del 25 al 28 de enero, dio paso este martes a uno de las colecciones más esperadas. El desfile de la casa Chanel encontró nuevamente en el Grand Palais su escenario perfecto: "sabía que no podíamos organizar un gran desfile, que tendríamos que inventar otra cosa, entonces tuve la idea de una pequeña procesión que bajaría las escaleras del Grand Palais y pasaría debajo de arcos de flores. Como una celebración familiar, una boda", explica Virginie Viard acerca del marco de su propuesta Primavera/Verano 2021, capturada por el objetivo del fotógrafo, cineasta y diseñador gráfico holandés Anton Corbijn, también autor del álbum de fotos de la colección cuya portada cuenta con uno de los emblemas de Chanel, la camelia, pintada por el artista.

Descubrimos, primero bajo una cover del sencillo de The Ronettes, Be My Baby, seguida del irresistible Chemz, de Burial, a modo de banda sonora, una invitación a soñar junto a las musas de la casa. Entre ellas Carlota Casiraghi, nombrada recientemente embajadora de la casa, pero también Penélope Cruz, Marion Cotillard o Lily-Rose Depp. A la vez invitadas y protagonistas de un desfile con aires de fiesta y espíritu familiar: "me encantan las grandes reuniones familiares, cuando todas las generaciones se mezclan. Es tan cálido. Este espíritu, lo encuentro hoy en Chanel. Porque Chanel también es una familia" recalca la directora creativa.

Esta idea de baile, de libertad, de fiesta en una tarde de verano, se materializa a través de 32 siluetas con el movimiento de las enaguas, en los múltiples volantes en georgette de un vestido rosa pálido, acompañado de un bolero de volantes, o incluso en las babies bicolores con una doble correa tipo zapato de tango, o los botines con tacones de cuña decorados con una fina rejilla dorada. Se observa una falda larga extraíble con encaje de margaritas blancas que "libera las piernas", al llevarse abierta sobre un vestido en el mismo encaje con una capa integrada. No fallan los códigos de Chanel: el tweed brilla con luz propia, en tonos pálidos. El dúo formado por el blanco y el negro revive, tanto en trajes de inspiración masculina con chaleco como en vestidos. La silueta casi mística de la novia cierra el conjunto. Como sacada de una foto de la década de 1920, por su velo, su vestido largo en crepé de satén crudo con cola, con diamantes de imitación y mariposas de perlas, escote y puños de camisa. Todo ello posible gracias a la magia de las Maisons d’art cómplices de la obra de Chanel. El taller Montex hizo el macramé bordado para un vestido largo de tul gris perla, Maison Lemarié firmó las plumas ligeras que adornan los volantes de organza de un pequeño vestido de tweed negro, Lesage los detalles de strass del vestido de novia.

Con esta colección, Chanel celebra el poder de la belleza, de la excelencia y de la tradición, con una auténtica vocación: "Siempre pienso en lo que las mujeres quisieran tener en su vestidor en la actualidad" concluye Virginie Viard. Descubre su propuesta sin esperar.