¿Por qué invertir en un vestido de noche es una buena idea?
Muchas de nosotras hemos deseado alguna vez tener un vestido de ensueño, de esos que vemos en pasarelas y alfombras rojas. Nosotros te damos los motivos por los que sí debes hacerlo.
Solemos pensar que los vestidos largos y de noche, de una buena marca de prêt-à-porter, están fuera de nuestro alcance porque, al fin y al cabo, no hay tantas ocasiones de usarlos. Pero si lo piensas bien, pueden ser una buena inversión. Sobre todo si sabes elegir el tuyo, el que no pasará de moda, el que tiene el color o la silueta que te favorece. Ten en cuenta que suelen ser de tejidos ligeros, lo que facilita enormemente que los puedas llevar también en las noches de verano. Solo un consejo: no lo elijas porque siga una tendencia muy marcada, sino porque te identifiques con él. Lo usarás durante toda tu vida.

Vestido de gasa con manga larga, lazada, cinturón del mismo tejido y falda plisada. Perfecto a cualquier edad. De Veronique Branquinho.

Estilo tank top y aberturas laterales, en tejido con lentejuelas formando rayas iridiscentes, de Sonia Rykiel.

Un dos piezas con estampado pictórico y detalles de encaje negro. Te ofrece la posibilidad de usar la blusa combinada con un pantalón negro para ocasiones menos formales, de Alberta Ferretti.

En gasa y terciopelo formando flores y ramajes con predominio del color oro. Una joya en sí mismo, de Lanvin.

Esta combinación de colores siempre funciona, sobre todo de noche. Vestido blanco, de gasa, con aplicaciones en negro, de Oscar de la Renta.

Vestido de estilo camisero con varias capas de gasa y raso, para dar un aire informal a la etiqueta de noche, de Kenzo.

Fourreau de manga tres cuartos y cuello cerrado, totalmente plagado de lentejuelas formando círculos. Para mujeres altas y seguras de sí mismas, a lo Angelica Huston, de Marc Jacobs.

Blusa de encaje ligerísimo con cuello y gran lazada más tupida para facilitarte la vida (no siempre se puede o quiere mostrar en pecho desnudo), combinado con pantalón de terciopelo, de Emilio Pucci.