Dior viste de 'poesía virtual' su colección primavera/verano 2021
La maison presentó en línea su nueva propuesta, marcada por el trabajo de la artista de collage italiana Lucia Marcucci.
Tras llevarnos a un mundo feérico (miniatura) y al corazón de la tradición en Lecce, María Grazia Chiuri nos invitó, en el marco de la Semana de la Moda de París, a (re)descubrir el concepto de "poesía virtual" con la colección primavera/verano 2021 de Dior. El parisino Jardin des Tuileries se convirtió en esta ocasión en una "catedral de la poesía", iluminada por los collage de la obra "Vetrata di poesia visiva" de la artista Lucia Marcucci, retratada por la cineasta Alina Marazzi en un fashion film que precedió el desfile.
Los collage, reflejo de esta "poesía visual" (un estilo característico que fusiona imágenes de los medios de comunicación y de la publicidad con texto) se extendieron en 18 "ventanas" de acrílico retroiluminadas, cada una de 7 metros de altura. Recordaron las coloridas vidrieras de las catedrales góticas y crearon un ambiente de auténtico santuario. La sensación, sagrada y profana a la vez, se vio reforzada por la conmovedora interpretación de Sangu di Rosa, una obra de Lucia Ronchetti, cantada por el coro Sequenza 9.3.
"Para su colección prêt-à-porter Primavera-Verano 2021, Maria Grazia Chiuri transforma paradójicamente la silueta Dior para respetar su legado: el radicalismo subversivo de sus orígenes. Los pensamientos se convierten en cortes. Se vuelven a definir las formas para provocar sensaciones y dotarlas de una forma de vivir diferente. En consonancia, la estructura de la chaqueta Bar se transforma en una reinterpretación de ciertas siluetas Dior de la colección Otoño-Invierno de 1957 creadas para Japón. Los cordones permiten que quienes la lleven puedan ajustarla a su gusto. El traje viste a cada mujer de manera única" relata Dior. La colección condensa en este sentido los códigos de la maison con una indudable modernidad: redescubrimos los trajes de vestal, cautivadores por sus transparencias, pero también estampados como el tie-dye, declinado sobre cortavientos o chaquetas de inspiración de kimono, el punto ligero, los bordados florales, pero también el croché y el delicado homenaje a la silueta New Look ideada a finales de los años 40. En cuanto a accesorios, el calzado plano y cómodo domina. Reencontramos los bolsos de estilo shopper, con logo. Las diademas y colgantes largos completan la estética bohemia. Y ya nos invitan a soñar con el verano.
Descubre sin esperar algunas siluetas claves del esperadísimo desfile de Dior. Reflejan una de las máximas de Monsieur: "Solo diré que la elegancia debe ser la combinación de distinción, naturalidad, cuidado y simplicidad. Fuera de esto, créanme, no hay elegancia. Solo pretensión".

La línea ideada por María Grazia Chiuri volvió a contar con diseños de vestal: vestidos marcados en la cintura, de vuelo, transparencias y escotes profundos. Brillaron en tonos límpidos como el rosa o el verde y detalles de pedrerías.

Redescubrimos el estampado tie-dye, a todo color, declinado en chaquetas y vestidos.

La colección también se mimetiza con la naturaleza, con bordados y estampados florales.

El veraniego croché cobra protagonismo, en diseños como los shorts pero también vestidos que se ciñen a la silueta.

Las chaquetas, de inspiración oriental, se dejan abiertas, sin botones. De mangas amplias y cortes rectos.

Dior reinventó algunos sus ornamentos y estampados tradicionales como el paisley, el follaje y las flores, todos ellos "mezclados, coloreados y rediseñados, creando efectos sorprendentemente nuevos" según comenta la maison.

Los motivos naturales, como las hojas, y las perlas protagonizaron la colección de joyas.

Cabe destacar asimismo el regreso del icónico shopper bag, con el logotipo "Christian Dior" y un estampado clave: el tie-dye.

Redescubrimos asimismo un motivo emblemático: el Dior Oblique en jacquard marrón.

A los pañuelos de seda, se suman las diademas de estilo turbante. El accesorio bohemio y sofisticado por excelencia.