
Dior Alta Costura Primavera Verano 2020: los 12 looks más espectaculares del desfile
El desfile más empoderador de la casa francesa que se desarrolla bajo la pregunta: ¿Y si las mujeres gobernaran el mundo? Resolvemos esta duda a través de un viaje a la Antigua Grecia.
“¿Y si las mujeres gobernaran el mundo?” Esta frase revolotea como un mantra durante el desfile Alta Costura Primavera - Verano 2020 de Dior. Esta pregunta comprometida sirve, además, de inspiración para toda la colección.
Para entender su significado es el momento de contextualizar. Esta fue planteada por la icónica artista estadounidense Judy Chicago y se ha convertido en la inspiración para la colección de alta costura de primavera-verano 2020. Judy Chicago ha diseñado un set que se asemeja a un entorno sagrado con una serie de pancartas que plantean determinadas preguntas provocativas. Desde Dior nos explican que para "Maria Grazia Chiuri, cada colección ofrece la oportunidad de estudiar un tema específico y contribuye a la evolución de su enfoque singular. Al abrirse a otras formas de pensar, la Directora Creativa busca comprender la complejidad de las relaciones entre feminismo y feminidad". De hecho, basta recordar como la autora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, el poeta estadounidense Robin Morgan y el artista italiano Tomaso Binga han sido punto de partida para sus últimas colecciones.
Desde Dior nos explican como interpreta Maria Grazia esta colección: "consciente del vínculo fundamental entre la moda y el cuerpo, ella lo reescribe, como un manifiesto. The Female Divine, instalación especialmente diseñada por Judy Chicago para el jardín del Museo Rodin, sirve a la vez como santuario, escenario y una obra de arte monumental. Pero, sobre todo, representa un tributo y una reapropiación de un poder ancestral que va más allá de la idea de la procreación. Maria Grazia Chiuri destaca la visión de una pionera, fundadora del arte feminista estadounidense, como la embajadora de una concepción triunfante y divina de la feminidad, dueña de su destino".
La mítica casa francesa de Avenue Montaigne recupera los peplos. Una prenda de modernidad atemporal, se reinterpretan como vestidos de noche. Diversas cariátides se deslizan por la pasarela para deleite de los sentidos. El drapeado, con su línea limpia, sigue la curva del cuerpo y da estructura a las siluetas, como chaquetas ajustadas con cuellos sueltos y faldas y pantalones que se transforman en trajes de etiqueta en materiales más masculinos, como pata de gallo y espiga oro. Volviendo a los orígenes de la antigua Grecia nos planteamos la eterna (y recurrente) pregunta : ¿la ropa es moderna o vivimos reinterpretando?"
Mientras debatimos sobre el pasado, presente y futuro de la moda, hablemos de la paleta cromática, empolvada como el maquillaje propuesto por Peter Philips. Estas nuevas reinterpretaciones de los vestidos antiguos se conjugan con una gama cromática maravillosa, destacamos cómo son envueltos en cuerdas trenzadas. El proceso creativo de Chiuri estuvo salpicado por estampas de representaciones clásicas de diosas, como Atenea (muy reconocible en alguno de los diseños). Su encanto majestuoso es una alegoría neoplatónica de la belleza, magnificada por obras icónicas como la Victoria alada de Samotracia y la Primavera de Sandro Botticelli, "que combinan la fuerza intelectual y la armonía estética. Los motivos clave de la colección, espigas de trigo doradas y saludables, una vez más recuerdan la fuerza creativa imparable de las mujeres", matizan desde Dior.
El feminismo para Maria Grazia Chiuri
La directora creativa Maria Grazia presta especial atención a la historia del arte feminista, para ella la moda y su mediatización en el contexto contemporáneo constituyen un marco único para la transmisión de historias que van más allá de la ropa. Desde la decoración hasta la confección, cada colección establece un discurso rico en significado. Desde que asumió la Dirección Creativa ha explorado las diferentes facetas de la identidad femenina, inclusiva, plural y universal, como una actualización personal y militante de la herencia de la maison.
Desde la casa francesa nos explican que esta apuesta creativa se "concibe como una proposición: la de una historia alternativa que ve el principio matriarcal, observado por los antropólogos en las sociedades hasta la Edad del Bronce, y su evolución hasta nuestros días. Judy Chicago nos invita a reconsiderar los roles y las relaciones de poder que determinan, a través de la lente de género, la forma en que vivimos juntos hoy. Esta estructura arquitectónica antropomórfica se remonta notablemente a una de sus piezas más memorables, The Dinner Party (1974-79), al tiempo que plantea cuestiones contemporáneas".











