
Semana de la Moda de Nueva York: lo mejor de los desfiles
La NYFW ha vuelto con un calendario de moda único y sorprendente. Novedades, tendencias y mucha moda que, seguro, no dejará indiferente a nadie.
Las semanas más convulsas de la moda están de vuelta. Tras la sofisticada Alta Costura de París y el primer asalto del Ready-to-Wear de Copenhague, fue el turno de la ciudad de los rascacielos: Nueva York. La capital de los neones reabrió su pasarela más icónica en formato híbrido con grandes nombres, pero también, grandes ausencias. Solo hace falta echar un breve vistazo en el calendario para señalar algunos de los favoritos de las celebridades, como Brandon Maxwell, Jason Wu, Michael Kors y Proenza Schouler, que este año volvieron al formato híbrido, con shows presenciales y alguna que otra presentación vía streaming. Asimismo, esta nueva edición de la NYWF también quedó definida por la ausencia de muchos talentos de la industria 'made in USA' como Tommy Hilfiger, Ralph Lauren o Calvin Klein hasta el mismísimo Tom Ford, actual presidente del sindicato estadounidense de la moda (CFDA), quién renunció a desfilar el pasado mes de enero por el acontecido repunte de contagios de ómicron (y que en las últimas semanas ha empezado a remitir).
Sea como fuere, la Semana de la Moda de Nueva York supuso un formidable encuentro para el mundo de la moda. Fueron más de cinco días de pasarelas donde, a pesar de las limitación ocasionadas por la (aún existente) crisis sanitaria de la Covid-19, conocimos las últimas novedades en torno a la futura temporada del otoño/invierno y, donde, desde su inicio, el color, la fiesta y la sorpresa invadieron las colecciones más populares. Nombres como Proenza Schoulder fueron los encargado de iniciar la primera jornada que continuó hasta el 16 y donde la feminidad de Jason Wu, los tejidos segunda piel de Christian Siriano o los juegos dos piezas de Frederick Anderson, abrieron boca de cara a los próximos desfiles de los diseñadores más consolidados como Carolina Herrera o Michael Kors.
Una nueva ola de moda y tendencia asola el sector y, desde la redacción tomamos nota de lo mejor. ¿Quieres conocer todas las novedades que la ciudad de Nueva York tiene preparadas para la futura estación? Te presentamos lo mejor de la pasarela, a continuación.

La colección presentada en Nueva York por Proenza Schouler podría ser algo así como una obra impoluta. Alejado de estridencia, pero manteniendo ese talante arriesgado, rompedor y acertado por este dúo de creativo, la colección fall/winter de Proenza vino definida por la reestructuración de la silueta femenina. Tal como se vio durante la Semana de la Alta Costura de París, ahora el protagonismo de la silueta viene determinado por la cintura y es en ella, donde empieza la aventura creativa.
Una nueva visión de la belleza que Proenza Schouler enfatiza a través de la técnica del tejer, que, esta vez, se mueve de lado, para construir las estructuras sin ejes de costuras y con las que "se crea un volumen similar en la construcción de un volante", agregó Hernández. Una nueva prioridad que estiliza a la mujer Proenza y que entra en juego con otras variantes del otoño como la falda tulipán, los pantalones efecto blusón o los, ya tradicionales, vestidos camiseros.
Asimismo, Proenza se adapta a varios estilos y a todo tipo de mujer por lo que última propuesta ha sido de las más inclusivas y variadas de la jornada: "Queríamos mostrar cómo vestirse otra vez de forma contemporánea, con zapatos planos y prendas de punto y facilidad", dijo Jack McCollough de Proenza Schouler. "Creamos ropa que también atrae a mujeres de diferentes formas y tallas", agregó. Y, muestra de ello, fueron sus notables expresiones creativas, desde las más clásicas, con estas muestras de sastrería que enfatizan la cintura, hasta las muestras más rompedoras y sensuales, donde los pantalones de chándal juegan un nuevo papel sofisticado junto a chaqueta de esmoquin, incluso, las sudaderas en forma de vestido tuvieron cabida. Mientras que, los hombros y el escote fueron los terceros en discordia, con una serie de siluetas de lo más reveladoras y que entraban en juego con muestras tan caóticas y dramáticas como los volantes o el animal print.

La gente tienes ganas de vestirse bien, el propio Jason Wu tiene ganas de hecho: "Queremos vernos bien y sentirnos bien", dijo Jason Wu en el backstage después del desfile de su colección de otoño 2022 (...) "Quiero salir y sentirme elegante y lujoso", continuó. Y son estas ganas de salir, tras aquel fatídico encierro de marzo de 2020, las que han motivado a Wu a crear una de sus colecciones más fantásticas de la temporada. Así para el otoño de 2022, Jason Wu traerá consigo una muestra de sus vestidos más exclusivos, sobre todo, de inspiración cóctel, con una gran elegancia dramática adscrita gracias al tafetán, los lazos o los juegos de capas maxi.
Pero, ¿que veremos realmente de Wu el futuro otoño/invierno? Sin lugar a dudas, una "colección que fue un homenaje a la artesanía de alta costura estadounidense". Una propuesta que rinde tributo a las grandes obras de los ateliers más populares y a sus obras más exclusivas, donde la artesanía y el lujo juegan un papel primario. Ahora, Jason Wu muestra su visión más pulcra de la moda, explorando por el peplum, los volantes y los detalles de gran tamaño un gran universo creativo. Junto a ello, escotes de todos los tipos, predominando el palabra de honor, los modelos bandeau y las piezas tipo crop top.
Finalmente, sobre tonos, un impecable blanco y negro entraba en ruta junto a otras gamas más intensas como el rosa, el amarillo, purpura very peri o el verde kelly, entre otros, para dar esas notas de frescor y alegría al nuevo otoño.

En una ubicación única como la explanada del Empire State Building antes la atenta mirada de importantes nombres de la industria del cine y el espectáculo como Drew Barrymore y Susan Sarandon, Christian Siriano presentó su colección otoño/invierno 2022. Una muestra de moda de carácter vanguardista donde tejidos futuristas como el PVC, tanto mates como brillantes, dominaron ante una pasarela icónica y que, junto a todo tipo de azules, envolvieron la muestra del diseñador estadounidense.
Del futurista PVC a modelos de mezclilla, junto a tejidos acolchados y de tintes estampados, que inundan una muestra de 67 estilismos modernizados y con los que Siriano, nuevamente, ha sorprendido a los allí asistentes. ¿Lo mejor del desfile? La continuada yuxtaposición de ideales, entre la vanguardia y el clasicismo de los modelos de corsé, entre clásico y novedad y que da forma a un conjunto de piezas únicas. Y, junto a ello, múltiples muestras en denim, mini vestidos, trajes, bien de falda, bien de pantalón (reflejo homenaje al recién fallecido Thierry Mugler) y vestidos tipo columna, de lo más elegantes y majestuosos, dignos de la alta costura y la lencería más sofisticada (en lo que a corsés se refiere).

La obra de Maxwell siempre está vinculada a las emociones del propio creativo, sin embargo, lo acontecido en su última propuesta f/w de Nueva York superó todo límite. A través de una emotiva línea argumental en torno a los deseos personales de Maxwell, esta propuesta es un gran homenaje a su abuela. Una colección que evoca los inicios del director de la firma homónima, donde las prendas están altamente relacionadas con aquellas piezas de la infancia nostálgica de Brandon.
Y para ello, Maxwell ha jugado con encajes, chales, joyas antiguas o bolsos de mano, como si del armario mismo de su abuela se tratase, ahora reconvertidos en moda de máxima actualidad. Asimismo, otras prendas también estuvieron vinculadas a sus orígenes, pero en materia decorativa, como aquel raso arrugado que envuelve un abrigo de cuello solapa o la chenilla que envuelve, ahora, algunos de los vestidos/jerséis de la colección. Y, junto a todo, las notas estampadas de un talante floral directo de su hogar, por obra de su abuelo, en homenaje a su abuela y que la mismísima Karlie Kloss mostraría como cierre final.
Emocional, artesanal, y de gran valor personal, así ha sido la última propuesta, más clásica, romántica y sencilla que nunca, que Brandon Maxwell ha mostrado en Nueva York, en forma de tributo a la que es y siempre será "una gran parte de su vida".

Frederick Anderson tiene claro su línea argumental: vestir para disfrutar de la vida. Y así lo ha plasmado en su última propuesta otoño/invierno durante la Semana de la Moda de Nueva York a través de un juego de prendas destinadas al ocio, a la diversión y al carácter más festivo de la moda. A través de minifaldas, vestidos con espaldas descubiertas, transparencias y mucho color, Anderson ha eclipsado una de las jornadas más creativas de la NYFW con su oda a la nueva vida.
Y no solo prendas, también en los complementos, a través de sorprendentes tacones de aguja, de longitud kilométrica, que entraban en contraste con clásicos como los dos piezas sastre, en tejidos tweed, o piezas de punto actualizadas. Una nueva sintonía en moda, altamente vinculada a este deseo de volver a la normalidad y que catapultaron esta edición a Anderson hasta lo más alto.

"Esta temporada me inspiré en el océano, la gente de mar y los mitos y misterios del mundo submarino. Quería que la colección no solo evocara el espíritu intrépido y aventurero de los marineros y viajeros del mundo, sino también el misterio y la oscuridad de las profundidades del océano, pobladas de sirenas y criaturas mitológicas" así definió el propio Joseph Altuzarra a su última colección para el otoño/invierno de 2022. Una nueva colección que evoca los sueños más profundos del creativo y toma forma a través de piezas exclusivas, de carácter artesanal. Un conjunto de prendas donde lentejuelas, estampados geométricos e importantes tintes marineros envuelven a la mujer como si de sirenas y piratas glam se tratase.
Para este otoño, Altuzarra se inspira en la tradición navy para dar forma a una propuesta definida por la tendencia y las nuevas modas. Así, estos tintes marineros entran en juego con modelos de tie-dye, lentejuelas a modo de escamas, faldas de gran longitud, y muchas más piezas eclécticas (como vestidos campesinos, gorros de babushka, chaquetones de pescados con piel de oveja o modelos de falda escocesa) que envuelven a esta propuesta en la narrativa de la mitología entre sirenas y marineros: "me encantó la idea de esta narrativa de un marinero que es seducido y luego transformado en sirena" desveló el propio Altuzarra.
Una nueva colección práctica y enigmática donde el navy, los tintes tie-dye, muestras militares y la feminidad más sensual, a través de prendas crop y tejidos livianos, entran en un primer plano, siempre con la luz de las lentejuelas, y que reformulan la visión de la mujer Altuzarra hacia nuevos estadios.

Un año más, Carolina Herrera y su director creativo, Wes Gordon, no defraudaron. Una muestra para el futuro otoño/invierno donde la esencia femenina de Herrera se forja en vínculo a ese carácter fuerte, de mujer luchadora, y con las que Gordon embrujó a todos los allí presentes con muestras de construcciones definidas, donde le dramatismo y lo clásico entraban en contraste para crear una colección grandilocuente y muy acertada.
"La mujer Carolina Herrera busca piezas épicas", dijo Gordon, y sus deseos se hicieron realidad. Piezas únicas delimitadas por escotes pronunciados, siluetas acampanadas y tintes dramáticos donde tejidos como el tul fueron primordiales, junto a muchas otras de elegancia casual, donde looks aptos para todo tipo de ocasión entraban en plano continuado, así es la musa Herrera 2022/23. Una musa empoderada, fuerte y valiente, que es capaz de vestir desde los icónicos modelos de sastrería, de traje pantalón, hasta un minivestido con volantes en un llamativo carmesí o ensalzar los maxi lazos en tonos empolvados, más dramáticos y, a la par, románticos que nunca.
Sobre tonalidades, no hubo límites. Gordon jugó y mucho. De paletas a todo color, con rojos profundos, morados, amarillos, fucsias o azules, a la sobriedad del blanco y negro para contrastar, todo valió para crear una colección única, donde los cortes medios predominaron y los volúmenes consigo.
En suma, una muestra donde la mujer Carolina Herrera busca exuberancia, pero a la vez el mayor confort, que en palabras del propio Gordon se plasman en ¡Color, drama, energía!. Se trata de una nueva propuesta donde el contraste entre clásico y abrupto se convierte en la baza principal, donde "las siluetas de esta temporada son marcadamente lineales y con mucha sastrería, pero los momentos de exuberancia incluidos, como una cascada ondulante, una manga enorme o un color se revelan en la costura" y que, en definitiva, ha vuelto a engrandecer a la maison del lujo más chic.

Bebiendo del gran vínculo entre lujo y esa aura cosmopolita de la ciudad de Nueva York, Custo Barcelona ha aprovechado la oportunidad y este 2022 se ha lanzado a la que sin duda es una de las grandes capitales de la moda para presentar su última colección de otoño/invierno. Un show en vivo organizado en el interior del Ziegfeld Ballroom de Nueva York, un emblemático salón de eventos situado entre el Rockefeller Center y Central Park, donde se ha dado a conocer Light Up, una muestra de luz con la que "volver a brillar desde el interior para irradiar luz e iluminar tu mundo" y que Custo ha plasmado a través de una sorprendente propuesta experimental.
Desde el inicio del desfile pudimos ser partícipes de una propuesta, nuevamente, original, inspiradas en un aura de fiesta constante, donde brillos, lentejuelas multicolor y prendas segunda piel entraba en contraste con otras prendas de corte más casual, como maxi abrigos o modelos de chaqueta acolchadas. Un conjunto de moda donde tampoco faltaron las muestras a todo color, donde tonos como el azul klein, el rojo, rosa e, incluso, el verde esmeralda, entraban en unión con otras muestras cromáticas más leves como beige, nude, blanco y negro.
Un juego de contrastes continuado donde la creatividad y la luz no dejaron de brillar hasta el final del show.

Al son de Leiva y reivindicando ese valor sostenible dentro del espectro de la moda, así Gabriela Hearst presentó su última propuesta otoño/invierno. Una colección inspirada en el concepto de la androginia en su máxima: ‘Es realmente un momento de esperanza [que vivimos] con este resurgimiento en nuestra civilización, tal vez este sea el momento [para] pensar en cómo cambiamos como seres humanos’ defendía Hearst. Y ello se plasmó en una propuesta, a la par, vitamina, esperanzadora, donde siluetas masculinas entraban en juego con diseños de crochet y trajes reformulados que empoderaban a la mujer Hearst.
Sobre colores, el amarillo y el terracota, como centrales, en estilismos monocolor que envolvieron a una propuesta donde tampoco faltaron naranjas más brillantes o negros que se fundían con marfiles para dar forma a vestidos únicos. Y sin faltar los tintes de naturaleza que Hearst ensalzo. Porque, tras aquellos paneles de cuero, crochet y crepé de seda que Hearst rearmo en modelos de armadura, estaban los diseños botánicos de la colección, donde los estampados de flores se hicieron eco de corpiño y mangas de vestidos. Y en detalles, complementos como los zapatos de inspiración masculina funcionaron a la perfección como aliados de la colección de Hearst, en un desfile en el que prima la comodidad, la energía y la fuerza.

"He sido un poco egoísta con esta colección" (...) "Quería crear un mundo y no tratar de complacer a todo el mundo", así explicaba en los primeros apuntes sobre la colección el propio Peter Do. Una propuesta construida por 36 estilismos que venían a actualizar y refinar el legado de esa complejidad simplista del creativo y que pudimos apreciar en notas nocturnas, por lentejuelas, y en una paleta cromática, elegante, sin excesos.
Grises, negro y blancos entraban en coalición con toques de camel y denim para mostrar una de las colecciones más cuidadas del propio Do. "Quiero sentar las bases de la casa Peter Do y construir los cimientos. No estoy seguro del tiempo que llevará, pero tengo la esperanza de crear una casa de verdad donde la gente pueda venir a aprender y sentirse orgullosa de ser patronista, costurera o técnico", comentó.
Asimismo, en esta propuesta, Peter Do quiso darle un nuevo protagonismo a ese valor de reconstrucción, de segundas vidas, y miles de oportunidades en una sola prenda. Ejemplo de ello fueron los múltiples suéteres y prendas de abrigo que desfilaron ante la pasarela, donde mangas y cuellos se abren y quitan mediante broches o cremalleras. Un concepto, valorado por el director creativo como funcional, que aporta un valor superior a las prendas, convertidas en arte y que desembocan en nuevas vías como una capa bufanda larga o un top bufanda de lana. Y, en detalles clave, las faldas ganaron popularidad entre los allí asistentes con importantes arreglos de múltiples cinturones, incluso, los pantalones ganaron varias tallas, con nuevas dimensiones vaticinadas por largas bufandas de punto.

Como si de un show conociendo la vida nocturna de la ciudad neoyorquina se tratase, Michael Kors volvió a crear un espectáculo único en torno a su última propuesta otoño/invierno. "Estaba pensando en la resiliencia, la confianza, la fuerza y en salir a pavonearse", resaltó Kors en referencia a la colección, recordando los tiempos difíciles por los que ha vivido la ciudad de Nueva York. Es tiempo de avanzar y proseguir el camino hacia un futuro más esperanzador y la colección de Kors es exactamente eso. "Este desfile es una carta de amor a esa energía y a pavonearse por las calles con un aspecto estupendo allá donde vayas", a todo color y con juegos de estilo únicos.
Así hemos podido ser partícipes de muestras de lo más llamativas, centradas en piezas de abrigo, junto a vestidos o pantalones, donde el día de la chica Kors es pura comodidad, elegante, donde vemos piezas de punto de lana en jerséis combinados con pantalones rectos y abrigos de paño desestructurados. Y, al llegar la noche, la explosión festiva más urbanita de Nueva York se plasmó en las prendas de Kors. Negro, Rosa y Amarillo las siluetas más elegantes de esta Semana de la Moda de Nueva York se mostraron esta noche. El final perfecto y brillante de esta semana de la moda. Negros, rosas y amarillos envolvieron las siluetas más elegantes de la cita, donde tampoco faltaron las notas más roqueras, con brillos, pedrerías y sutiles aberturas que aportaron ese carácter sexy a la propuesta.
Una evolución a lo largo del desfile donde, si algo queda confirmado, son las ganas de disfrutar, celebrar y explotar todo lo que la ciudad, aún, tiene por ofrecer y eso, Michael Kors, lo sabe de sobra.