¡Tengo un problema fashion! Cinco tendencias que vas a querer probar en 2017
2016 ha acabado, pero los problemas siguen. Ojalá todos los que tengamos este año sean tan bobos como estos.
Marc Giró, nuestro editor de moda y especiales, es tu hombre. Él te animará, cual cheerleader, a vestir esa tendencia imposible que nunca creíste que funcionaría.

Del mismo modo que algunas deciden vestirse de grumete, María Antonieta de Francia o monja cisterciense, las hay que optan por ponerse un atuendo que remite a las bandas del viejo Harlem o al rap de los 80, porque, lo que yo te diga, todo es ponerse. Las múltiples cadenas de este look, supuestamente canalla, pitarán en los arcos de todos los aeropuertos del planeta. O sea, que si optas por ellas, mejor viaja en metro y déjate de aeroplanos. Sé práctica, llegarás antes. En la foto, Fergie, cantando en el desfile de Philipp Plein.


Antes de precipitarse en el abismo, por culpa de la codicia de raíz marbellí, cantaba la Pantoja que estaba cansada «de llevar esta estrella que pesa tanto», y lo que te rondaré morena, añado. En estas fechas tan señaladas, nos parece muy apropiado ponerse una estrella dorada en lugar de una peineta, porque así, lo mismo te pones de azafata en Mercadona y das a probar panettone, que participas de cometa oriental en un belén viviente. En la foto, un diseño de Gareth Pugh.

Al final resultará que Paco Clavel, artista multifacético e integral, tenía razón. Ya nos parecía. Este plataformón de Gucci arrasará en Chueca lo mismo que en el Circo Price, pero eso no tendrá ningún mérito, pues lo ideal sería que triunfara en el Congreso de los Diputados, en Zarzuela y en el consejo de administración del BBVA. El día que sus señorías, sus excelencias y los honorables consejeros se decidan a calzarse algo así sabremos que estamos, por fin, en un mundo mejor y mucho más divertido. Cómo añoramos, dicho sea de paso, el estilo, en todos los sentidos, de Carmen Alborch.

La chaquetilla militar, versión cortejo de la reina Victoria el día de la inauguración del Crystal Palace, sigue estando, nunca mejor dicho, a la orden del día. La verdad es que, de tanto insistir en ella, ha acabado combinando con todo. La de la foto es obra de Dolce & Gabbana.


La camisola blanca de algodón o punto parece, encima de la pasarela, la túnica de una novicia minutos antes de tomar los votos o el hábito de un testigo de Jehová que se prepara para el bautismo. Aquí, humildes pecadoras impenitentes, la preferimos para bajar a la playa, o para andar por casa y estar impecables, lo mismo espachurrada en el sofá que al abrirle la puerta a esa vecina que se ha quedado sin sal. En la imagen, Pringle of Scotland.
