Ser princesa por un día: el vestido de novia de Meghan Markle
El secreto mejor guardado de una boda siempre es el vestido de la novia y, cuando se trata de 'la boda del año' casi se convierte en un secreto de Estado. Por fin las dudas y las suposiciones se han desvanecido y este es el espectacular vestido de la Duquesa de Sussex, Meghan Markle.
Desda que llegara a nuestros oídos que la firma elegida por Meghan Markle para confeccionado por Givenchy y la diseñadora Clare Waight Keller. La imaginación y las hipótesis nos llevaron a pensar en vestidos recargados llenos de encaje y con un volumen propio de una princesa de cuento y firmado por Ralph & Russo, según la rumorología aseguraba. En su último desfile en la semana de la alta costura de París, los diseñadores mostraron un espectacular diseño nupcial que cerró el desfile en el cuerpo de la instagramer Camila Coelho, algo que llevó a que nos aventuráramos a ver en él algo de inspiración.
El vestido, con escote barco y siguiendo líneas sectas y muy sencillas, se entallaba en la cintura. El velo ha sido otro de los aciertos. Ideado por la propia Meghan, las flores bordadas que decoraban los 5 metos de largo representaban las 5 flores de los diferentes países de la Commonwealth.
Otro de los secretos mejor guardados era sin duda el de la tiara. Los rumores apuntaban a diferentes piezas entre ellas la Strathmore Rose, una de las menos llevadas por la realeza y regalada por sus padres a la reina Isabel II. Algo que desde un principio se descartó fue que Meghan eligiese la Cambridge lovers knot, una de las preferidas por la fallecida Diana de Gales, ya que Kate Middleton la llevó en su boda con el príncipe William. Finalmente, la tiara elegida ha sido la tiara de la reina Mary, la llamada Lozenge Bandeau.
Sobre el maquillaje y el peinado, tamién teníamos nuestras propias apuestas. Conociendo a Meghan y su estilo natural y sencillo, los smokey eyes en tonos marrones eran algo que estaba prácticamente cantado, igual que su ya característio moño relajado con dos mechones forntales sueltos. La manicura, como siempre en estos casos, en un delicado soft pink que no reste nada de protagonismo a su recién estrenado anillo de casada.
De lo que, como podrás ver, no hay ni una sola duda es de que la elección de Meghan ha sido todo un acierto. Desde el corte, el tejido o el color del vestido hasta el peinado, la tiara o incluso los encantadores pajes. La británica Clare Waight Keller ha afianzado así su saber hacer, convirtiendo a Givenchy en la nueva "firma de novias" más buscada de las redes sociales. Meghan Markle, ahora ya duquesa de Susex, ha demostrado que no tienes por qué pertenecer a la realeza o ser inglesa para interiorizar las normas de protoclo, ser fiel a tu estilo y marcar las diferencias para formar parte de la familia real inglesa.

Así se despedía la pareja cuando comenzaba su paseo por las calles de Windsor. Vistos al aire libre, la tiara, el tocado y le velo potenciaban aún más la luz en el rostro de Meghan.

El momento más romántico y esperado de la ceremonia fue el priemr momento en el que pudimos observar el vestido en todo su explendor y a la luz del sol. Increíble.

De nuevo nos detenemos en el elegante bordado del velo y en la caida de este, justo antes de que Harry dejará ver el rostro de Meghan.

Se llama Thursday, aunque en el mundillo es más conocida como la Lozenge Bandeau debido a los motivos lozenge que la decoran. Lleva diamantes y en su origen la reina Mary se la prestó a su hija Margaret. Cuando fue forjada, la tiara Thursday estaba coronada por perlas que fueron eliminadas en 1946 convirtiéndo en la tiara actual.

Las líneas rectas del diseño de Givenchy han sido claves para potencias las curvas de Meghan, ayudadas por la manga francesa del vestido diseñado por Clare Waight Keller.

De nuevo, uno de los detalles más encantadores del traj de novia de Meghan Markle es el velo con su perfecta caída a la altura de la cintura.

Poco nos queda por comentar del velo especialmente diseñado por Meghan.

El vestido seguía el largo protocolario par este tipo de ceremonias, arrastrando tan solo 2 centímetros.

Uno de los momentos más mágicos de la ceremonia ha sido sin duda el momento en el que Harry levantaba el velo de Meghan Markle.

Su siempre efectivo moño con un par de mechones sueltos en esta ocasión le dio más de un problema ya el que el peso de la irar a hacía que el peinado se desestabilizara.

La elección del velo con las flores bordadas que homenajeaban a la Commonwealth, en conjunto con la corona de la reina Mary ha sido todo un acierto que nos evocaba un poco a las bodas reales de los años 20 del siglo XX.

La longitud de velo era de 5 metros, algo que no ha impedido que Meghan se moviera sin ningún tipo de problema. En la fotografía se observa cómo la duquesa de Susex lo recogía durante los momentos de la ceremonia en los que estaba sentada.

A su llegada a Windsor, Meghan era recibida por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

El movimiento del velo y su caída en cascada eran perfectos.

Una vez más, los 5 metros de longitud del espectacular vestido de Meghan nos dejaron sin palabras.

Ya dentro del coche pudimos ver con precisión la tiara elegida por Meghan e intuir el recogido.

Nada más salir del coche ya se observaba la sencillez y elegancia del vestido de novia de Meghan.


Finalmente la tiara elegida ha sido la tiara de la reina Mary. El resto de las joyas, tanto los Pendientes Galanterie de oro blanco y diamantes como el Brazalete Reflection, también de oro blanco y diamantes, eran de Cartier.

El escote barco ha sido la elección de Meghan.

Una de las primeras instantáneas que teníamos de la novia era esta, en la que compartí coche con su madre.

La tiara ha sido desde el comienzo de la jornada, el centro de todas las miradas.

Junto a su madre Doria Ragland, Meghan disfrutaba con ella de los últimos minutos antes de la boda.

La novia comenzaba así su camino al palacio de Windsor.