Pelo: cómo añadir más volumen en la raíz en tiempo récord

Que si tengo una melena demasiado rizada, demasiado lisa, que si tengo demasiado pelo, que si muy poco… Al fin y al cabo, el cabello que tenemos es con el que nos tenemos que contentar. Dejemos las quejas de lado y hagamos lo imprescindible para cuidarlo con los productos adecuados según la forma, textura y cantidad que tengamos. Si tienes el pelo fino, echa un vistazo a estos productos que hemos seleccionado para ti. 

A menudo confundimos lo que es tener el pelo fino con tener poco pelo. Nosotras te decimos que no es lo mismo. Aquellas que tienen el pelo fino posiblemente tengan la misma cantidad de pelo que muchas mujeres que tienen el pelo rizado y voluminoso. ¡En serio! Lo único que debemos saber en estos casos es que un pelo fino se considera más débil y frágil que otros y que, para mantenerlo aparentemente bonito y cuidado, hay que cuidarlo con productos específicos. A parte de utilizar los productos que te aconsejamos más abajo, deberías saber los pasos que tienes que seguir en tu día a día para mantener en buena apariencia tu melena. 

El cuidado de este tipo de cabello comienza en el momento de lavado y aclarado. No debes frotar bruscamente cuando te has aplicado los productos bajo la ducha, así evitarás posibles roturas de pelo. Masajea el cabello con las yemas de los dedos evitando el rascamiento de uñas y hazlo lentamente, evita hacerlo a toda prisa.

Utiliza una mascarilla nutritiva, o aceite hidratante al final del lavado para hidratar las puntas y deja que penetre bien sobre las fibras capilares durante, por lo menos, tres minutos. Aprovecha para aplicar el gel sobre tu cuerpo mientras pasan esos 3 minutos.

Si lo que utilizas para secarte el pelo es una toalla, evita retorcerla con fuerza, que sea siempre delicadamente. Tras el lavado se nos cae una importante cantidad de pelo, no pasa nada, ¡que no cunda el pánico! Pero siempre se puede disminuir esa cantidad haciendo las cosas con más paciencia y menos prisas.

Recuerda que el pelo fino es de los más difíciles de desenredar y, por eso, es preferible utilizar peines con púas anchas.