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¿Por qué una pareja se rompe? Las razones y cómo evitarlo

Eso de "hasta que la muerte os separe" es historia. Dejar una relación es más fácil que mantener y cuidar el amor.

¿Te has planteado alguna vez qué es el amor? Durante años, enamorarse era casarse y seguir juntos hasta el fin de los días o, como dice el sacerdote, “hasta que la muerte os separe” y divorciarse no es una opción. "Cuando una relación está basada en un ‘tener que’ estar, en vez de en un ‘elegir’ estar, la obligación rompe con la libertad de la elección y es fácil sentirse en una prisión", explica Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional.

En la actualidad, todo ha cambiado bastante. Dejar una relación es más fácil que mantener y cuidar el amor. Los divorcios no sólo son posibles sino que se han normalizado. El matrimonio es más que nunca una opción y cada persona tiene un ideal de lo que busca en una relación. Las relaciones son diversas: abiertas, tradicionales, amistosas, comprometida, etc. Cada persona tiene la libertad de elegir cómo vivir el amor y con quién compartir su vida. Eso es maravilloso. Sin embargo, al estar todo menos definido ahora parece que entenderse requiere más de nuestra parte.

¿Por qué se rompen tantas relaciones?


Una de nuestras necesidades básicas es la conexión y el amor. A diferencia de muchos animales, somos los únicos seres sociales que pasan gran parte de su vida siendo totalmente dependientes a otros humanos. Un bebé necesita cariño físico (Oxitocina) para sobrevivir. En definitiva, dependemos de seres adultos hasta que podamos mantenernos, no sólo económicamente, emocionalmente también necesitamos apoyo. Por eso, el amor y las relaciones íntimas son para los humanos un instinto de supervivencia. Un gran miedo universal es sentir que no vamos a recibir amor. Esto no quiere decir que todas las parejas tengan que durar para toda la vida, o que no puedas vivir sin una pareja.

Hay muchas rupturas totalmente necesarias. La cuestión es: ¿por qué hay tantas? Si ahora tenemos la libertad de elegir con quién queremos compartir, ¿por qué hay tanto sufrimiento por amor?, ¿cuánto amor se destruye por miedo?

Las tres razones por las que las parejas rompen


1. Falta de Comunicación clara, cristalina y comprensiva

Comunicar a la persona con la que compartes vida lo que te gusta, lo que no, agradecer lo que aprecias de la relación y ser capaz de expresar desde el amor lo que te gustaría cambiar es esencial. La idea es dejar atrás el juego psicológico de asumir que mi pareja tiene que saber lo que me está pasando.

Más allá de comunicar lo que se quiere y lo que no en una relación para poder llegar a acuerdos claros y sinceros, es importante hacerlo a través de la comunicación no violenta: Sin atacar, sin culpar, sin responsabilizar a la otra persona de tus propios sentimientos. Es importante que el amor se mantenga libre de ataques. En el momento en el que juzgas o atacas a tu pareja, se rompe el equipo y la unidad.


2. Elección basada sólo en la atracción

Somos libres de elegir con qué tipo de persona queremos compartir vida y de qué manera. Sin embargo, muchas veces cuando esta elección se lleva a cabo simplemente por una primera atracción física la relación no acaba de funcionar. Compartir valores, estar de acuerdo en lo que de verdad importa, es clave. Tener diferencias con tu pareja es natural y enriquecedor. Sin embargo, tener Valores de Vida opuestos puede llevar a constantes conflictos y a compromisos que pasan factura.


3. Falta de espacio para el amor propio

Si esperas encontrar en tu pareja el amor que no te das, vas a exigir más de lo que cualquier persona pueda aportar. A menudo al enamorarnos es fácil poner toda nuestra atención en la persona que queremos y nos olvidamos así de llenarnos de amor propio. Abandonar lo que más nos llena o gusta por nuestra pareja también pasa factura. ¿Qué necesitas hacer para llenarte de amor cada día? Permítetelo, dedicarte tiempo para ti favorecerá tus relaciones.

Regar es más fácil cuando ya rebosas de amor (propio), para dar y regalar. El amor no va de ver quién da más. No es una competición, es cooperación. Se trata de poner el foco en Dar en vez de en Recibir. El amor une, no separa. Si dejas de regar una relación deja de crecer. Si una relación deja de crecer, muere.
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