Marie Claire

¿Cómo ligar tras el Covid- 19? ¿Cómo enfrentarnos a los miedos, la soledad y las inseguridades tras este confinamiento?

Hablamos con una psicóloga para que nos ayude a encauzar este miedo a la soledad derivado o, por el contrario, la necesidad de esta.

La soledad ha pasado factura a muchos singles y ahora que parece que nos acercamos a la nueva normalidad, muchas dudas, se amontonan en la cabeza y queremos encontrar un poco de estabilidad y entender si son pensamientos normales. Desde cómo afrontar la nueva sexualidad o cómo entender una vida sin abrazos, llega entender cómo ha afectado psicológicamente la soledad o, por el contrario, la falta de ella.

"A nivel social, podríamos decir que se han dado dos posibles situaciones. Una sería que, el aislamiento ha llevado a una profunda soledad generando estados de ansiedad y depresión, ya que algunas personas han percibido una falta de apoyo social en su ambiente, incluso, han considerado conveniente optar por el refrán “mejor rolo que mal acompañado”. Sin embargo, otras personas han tratado mantener una conexión social como principal recurso para afrontar el confinamiento comunicándose, buscando recursos, cultivando los vínculos, lo que ha favorecido la capacidad de adaptación a la nueva normalidad. En cualquiera de las situaciones, es comprensible que la ausencia de contacto o la falta de personas significativas de soporte puedan derivar a la presencia de pensamientos desadaptativos y emociones intensas. Es importante que hagamos un esfuerzo por tratar de cuidar nuestros pensamientos y emociones, así como, hacer cosas que nos ayuden a regularlas para conseguir el equilibrio emocional suficiente para afrontar la nueva normalidad", nos explica Marta de la Peña, psicóloga de Grupolaberinto, cuando le hablamos de cómo el confinamiento afectará a la nueva realidad que estamos comenzando a vivir.

De hecho, nos sentamos virtualmente con ella, y le sometemos a un cuestionario sin precedente. Estamos convencidas de que te verás reflejada en alguna de las preguntas. Atenta a las lecciones de entendimiento que nos plantea Marta de la Peña.

Tras estas semanas parece que nos vamos a radicalizar ¿es posible que comencemos a ligar por miedo a la soledad? O por el contrario ¿asumamos la soledad como modo de vida por miedo al contagio?

"La necesidad de ligar para no estar solos depende especialmente de los recursos internos de regulación emocional y de nuestros estilos de apego. En este sentido, aquellas personas que tengan un estilo de apego más seguro se habrán sentido con la suficiente seguridad y tranquilidad interna para hacer frente a las emociones intensas de miedo, soledad, enfado, incertidumbre… provocadas por el confinamiento, con las suficientes estrategias de autocuidado para asegurar un mínimo de bienestar, con la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios, y habiendo mantenido relaciones saludables y satisfactorias que le permitieran encontrar el apoyo que necesitaban.
Por el contrario, es posible que personas con estilos de apego más inseguros hayan presentado más dificultades en general, como por ejemplo, a la hora de hacer frente a los disparadores asociados a situaciones adversas, con mayores problemas de gestión emocional, así como, con posibles dificultades relacionales. En este sentido, es posible que perfiles más dependientes traten de buscar relaciones afectivas para evitar sentirse solas, y por el contrario, perfiles de tipo evitativo prefieran mantenerse distanciados del contacto social".

"La soledad puede ser un momento de aprender a escucharnos, a reconocer lo que necesita nuestro cuerpo, darnos cuenta de la vida que llevamos, tomar cierta distancia de la rutina rígida, darse cuenta de lo que necesitamos... lo interesante es ampliar nuestro repertorio de posibilidades, de forma que, podamos sentirnos satisfechos relacionándonos con los demás, tratando de mantener un grado de autonomía, disfrutar de nuestro espacio y nuestro tiempo, decidiendo así cuándo es mejor estar solo y cuándo es mejor estar en compañía".

"Hay que tener en cuenta que cada vez estamos en una sociedad más individualista y la soledad en cierto modo forma parte de nuestras vidas, por lo que es conveniente saber cogerle cariño a la soledad. No es buena ni mala, depende de lo que interpretación que hagamos de ella y de lo que decidamos hacer con ella. La soledad nos puede aportar grandes beneficios, por lo que no se trata de evitarla. Del mismo modo, las relaciones con los demás es un componente fundamental en la salud mental, ya que a través de la co-regulación favorecemos un estado de equilibrio emocional".

"Cada persona, ya sea hombre o mujer, posee unos niveles diferentes de deseo porque cada persona vivencia la sexualidad a su modo y manera. La comunicación y el respeto es lo que hará que nos entendamos entre los hombres y mujeres".

"Nos hemos acostumbrado al distanciamiento social y a mucha gente le va a costar acercarse a los demás, ya que nos hemos sensibilizado a las señales de alarma (como un estornudo, la tos…). De esta forma, las interacciones irán volviendo a la normalidad de forma progresiva a medida que vamos superando la pandemia. Para muchas personas, la necesidad de un distanciamiento social por el miedo a enfermar, el estado de ánimo decaído, la ansiedad… ha hecho que el deseo sexual se haya inhibido pasando a un segundo plano, siendo una respuesta adaptativa de supervivencia, sin embargo, encontramos que otras personas, ya sean hombres o mujeres, el confinamiento les ha aumentado el deseo".

"La soledad, para algunas personas es sinónimo de tristeza, fracaso, infelicidad, miedo… de forma que, toda esa angustia les lleva a mantener relaciones afectivas, incluso, llegando a estar anclados en una relación no satisfactoria. En muchos de estos casos, hay “algo detrás” que impide a la persona asumir esa soledad, como por ejemplo, el tipo de experiencias pasadas, el tipo de esquemas mentales que se les activa ante la soledad (sensación de abandono “nadie permanece en mi vida”, de falta de autovalía “nadie me va a volver a
querer”, de no soy capaz “no puedo valerme por mí propia cuenta”…), entre otros. La forma de gestionarlo implica identificar qué dificultades tenemos y su origen, tomando conciencia de lo que sentimos, desarrollar estrategias saludables de regulación, darse cuenta de lo que necesitamos, y asumir la responsabilidad de satisfacerlo".

"Seguramente por un periodo de tiempo seamos más precavidos y tengamos una mayor conciencia de salud sexual que antes a la hora de intimar, apostando en primer lugar por una cercanía mental".

"La sexualidad es mucho más amplia, implica la seducción, el erotismo, la intimidad… Actualmente, la mayoría de la gente trata de respetar la distancia de seguridad por lo que es posible que por un tiempo la gente no se sienta segura de mantener una vida sexual con otra persona, y menos si es desconocida. Seguramente, llegará un día en el que la gente tenga la suficiente seguridad para retomar su vida sexual con naturalidad sintiéndose en confianza para abrazarse, tocarse y besarse aunque con mayor sentido de responsabilidad".

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