Los 12 tips definitivos para comprar con cabeza
Tranquila, las compras compulsivas tienen solución. Echa un vistazo a estos 12 consejos que te van a ayudar a ahorrar.
Te sucede a veces que tienes la necesidad de comprar, sí, necesidad. En nuestro día a día compramos, es nuestra rutina. Y, con las facilidades y la sensación de satisfacción que produce internet, podemos acabar convertidos en compradores compulsivos.
Hasta aquí todo es correcto cuando son compras normales y con moderación, pero el problema llega cuando estas compras se hacen de manera rutinaria, ya no por necesidad sino por placer o vicio.
En ocasiones y en temporada de rebajas, los ojos se nos hacen chiribitas. Empezamos a ver prendas que nos habían enamorado y que costaban una verdadera fortuna a mitad de precio, y nuestra mente automáticamente deja de funcionar. Vemos la prenda como una auténtica oportunidad, una ganga a un “chollo” y la necesitamos. Compramos más de lo normal y perdemos la noción entre lo que deseamos y necesitamos.
Los expertos hablan de este tipo de comportamiento como un trastorno que se caracteriza por la urgencia de tener productos superfluos. Pero no debemos alarmarnos, esto en su cierta medida le ocurre a casi todas las personas. Compramos de manera impulsiva sin pensar realmente el uso que más tarde haremos del mismo.
Por lo que no debemos confundir un comportamiento que es normal con lo que puede convertirse en enfermedad.
Una compradora o comprador compulsivo es adicto a las compras por algún motivo. Generalmente por una carencia afectiva, un problema personal o incluso profesional. Las compras siempre han sido una vía de distracción cuando se tiene un problema o incluso se ha considerado terapéutico para afrontar ciertas situaciones, pero estas personas adoptan una conducta que con el paso del tiempo se convierte en obsesión y la falta de las compras les produce ansiedad e incluso estrés.
Ir de compras es algo sano y natural siempre y cuando no rocemos los extremos, por lo que antes de hacer cualquier compra debemos hacernos preguntas como: ¿de verdad lo necesito? ¿he comprado mucho este mes? ¿este gasto me va a suponer más tarde un problema?.
Si eres de las que no llega al extremo de la obsesión por las compras, pero sin duda lo rozas, debes tener en cuenta nuestros consejos para no comprar por comprar y tener en la mente dos citas muy presentes: “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita” y “menos siempre es más”.
Que se te queden bien grabadas. Serán un buen aliado en tu día a día.

Siempre es mejor estar preparados si tenemos un deseo de comprar. Sal sin tu tarjeta y las compras se te van a complicar.

Cada vez que tenemos una prenda en nuestras manos debemos hacer la pregunta mágica: ¿realmente lo necesito?

Hay veces que se nos olvida mirar la cuenta bancaria y no sabemos cuánto dinero nos hemos gastado y cuánto dinero nos queda, por lo que de vez en cuando debemos echar un vistazo.

Es preferible que no vayamos a la aventura de compras, sino que tengamos una idea de lo que necesitamos.

Cuando estamos tristes, enfadadas o necesitamos distracción, las compras suelen ser nuestra salvación, pero es preferible calmarse y dejar de lado todas nuestras emociones.

Un buen truco es reservar una cantidad específica para compras y una vez que ese tope se ha gastado saber que ya no hay más.

Debemos tener la cuenta de lo que vamos gastando, por lo que podemos apuntar en nuestro móvil o una libreta cada vez que gastamos dinero en compras.

Hay un millón de actividades que podemos hacer y que no tienen por qué involucrar el dinero. Por ejemplo salir a hacer deporte.

Si pagamos con efectivo, sentiremos más la pérdida de dinero, por lo que debemos acostumbrarnos a olvidar la tarjeta de crédito.

Cuantas menos aplicaciones relacionadas con compras tengamos en el móvil, mucho mejor. Así no tendremos impulsos de meternos a echar un vistazo y acabar comprando.

Las compras no lo son todo. Debemos pensar que hay cosas más importantes como pasar tiempo con la familia o amigos.

Si aún con todos estos consejos tus ganas de ir de compras siguen ahí, entonces pide a una amiga que te acompañe y que te ponga freno.