Hablemos de sexo: estas son las desviaciones sexuales más sorprendentes y los miedos sexuales más comunes entre las mujeres
Heterosexual, homosexual, bisexual… ¿Crees que es fácil categorizar a los humanos por sus deseos sexuales? Descubre las parafilias más...sorprendentes.
La RAE define "parafilia" como desviación sexual, un tipo de comportamiento que consiste en obtener placer y/o alcanzar el orgasmo a través del roce o tacto con personas, superando las fronteras convencionales del sexo. Sin embargo, eso no quiere decir que sean tan raras como suenan. Mucha más gente de lo que pensamos las padece. Algunas son peligrosas, otras simplemente extrañas y otras más frecuentes de lo que crees… ¿Sabes que aquel que sólo se estimula cuando realiza un acto sexual que la sociedad o su comunidad religiosa considera normal sería un "normofílico"? Algunos comportamientos que hoy en día consideramos normales o que son socialmente aceptados como el sexo oral o la masturbación se consideraban hasta el siglo pasado parafilias. Las actividades que engloba el término van por lo tanto cambiando y adaptándose a la sociedad. Aun así, parece evidente que algunos de estos comportamientos nunca serán considerados normales al incluir prácticas humillantes o peligrosas para los demás.
Tan sorprendentes como aterrorizadoras, en algunos casos, apelan al deseo completamente incontrolable, no razonado. Es pasión y deseo sexual en estado puro. Pero estas desviaciones sexuales, además de ser potencialmente peligrosas para la salud (pincharse o provocar la penetración con objetos poco adaptados a nuestra anatomía), pueden afectar a nuestra pareja o a desconocidos. Es especialmente problemático cuando la excitación está relacionada con una persona más débil o nace del sufrimiento no deseado. El sadomasoquismo, masivamente popularizado por algunas npvelas o películas como 50 sombras de Grey, casi se ha banalizado y goza de una reputación muy aceptable. La posición dominante/sumisa no se ve con malos ojos, sino más bien todo lo contrario. Ha adoptado una dimensión romántica, sin dejar de ser un comportamiento sexual extremo.
Si te pica la curiosidad o quieres saber si padeces una parafilia, te proponemos descubrir 20 de las más comunes. Existirían más de 500 pero algunas resultan más habituales que otras y pueden que formen parte de tu vida diaria, sin que lo sepas. ¿Sientes excitación al ver a tu pareja dormida o tienes unas ganas irrefrenables de destrozar su ropa? Echa un vistazo sin esperar a nuestra selección.
Los 5 mayores miedos de las mujeres en la cama
Según extraemos de la encuesta realizada por SexPlace.es se revela un aumento de los miedos en la cama entre las españolas. Al menos 4 de cada 5 mujeres de cualquier edad sufren uno de estos miedos. Se trata de un 20% más que hace 5 años.
Los 3 miedos sexuales más comunes de las españolas:
Erotofobia: Se sienten incómodas con todo lo que tiene que ver con el sexo, tanto hablando como viendo juguetes eróticos, pornografía etc. Afecta a las mujeres independientemente de su edad. En ocasiones es fruto de un trauma, de miedos o inseguridades.
Genofobia: Miedo físico a las relaciones. Aunque parezca mentira se trata de uno de los mayores miedos entre las mujeres de hoy en día. Afecta especialmente al 20% mujeres de edad temprana y hasta los 35 años. Como resultado suele ocasionar problemas de pareja y rupturas por no poder practicar sexo.
Gimnofobia: el 70% de las mujeres temen estar desnudas antes de las relaciones. Muchas reconocen pedir apagar la luz o atenuarla lo justo para que no se vea suficientemente el cuerpo. Afecta especialmente a mujeres de entre 18 y 35 años.

El fetichismo por los automóviles es muy normal, pero se considera una parafilia cuando se llega a tener atracción sexual por ellos. Hay personas que solo se erotizan cuando hacen el amor en un coche aparcado: la amomaxia. A otras, sin embargo, se le dispara la libido cuando vuelan en avión: la aerofilia.

Las muñecas hinchables son un común en el imaginario erótico, porque hay mucha gente que sufre agalmatofilia y tiene atracción sexual hacia todo tipo de estatuas, maniquíes o muñecos.

No hay que confundirlos con los narcisistas, pero es un paso más: solo se excitan con su propia imagen, ya sea con fotos, vídeos o viéndose en el espejo cuando realizan el acto sexual.

Hay personas que se ponen a cien con pechos de mujeres que estén dando de mamar. Otros, los que sufren autonepiofilia o infantilismo parafílico, se excitan llevando pañales.

Si te regala constantemente flores, puedes estar ante una persona con antolagnia, (el olor de las plantas les erotiza al máximo). En el otro extremo está la misofilia: personas que se excitan al ver ropa sucia.

Seguro que habrás oído hablar de la zoofilia. Hay un paso más: la formicofilia. Las personas que la sufren les gusta estimular sus zonas erógenas con animales pequeños como hormigas, caracoles, gusanos…¡e incluso abejas!

Esta parafilia puede explicar el éxito de algunos extranjeros cuando viajan a otros países. Hay personas que se excitan cuando oyen hablar en otro idioma.

La herencia cristiana trataba el sexo como tabú. Quizás por ello son frecuentes las parafilias religiosas. La hierofilia es la atracción sexual por objetos religiosos (incluso llegan a mantener relaciones sexuales en lugares como los confesionarios). A la inversa encontramos personas que sufren anofelorastia y solo se excitan cuando profanan objetos sagrados.

La sufren quienes se excitan mordiendo o siendo mordidos (según un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por Alfred Charles Kinsey, la padece la mitad de la población aproximadamente).

Por último una de las más peculiares: personas que se estimulan ante la visión del número 8.

Más común que otras parafilias, consiste en sentir excitación al observar o llevar zapatos de tacón. Forma parte de la catagoría de fetichismos de apariencia, ligados a las prendas.

Mostrar sus sentimientos puede ser una fuente de excitación pero hay personas que lo llevan al extremo con la dacrifilia, la excitación por las lágrimas o el llanto. Esta parafilia tiene que ver con la relación de dominante/sumiso. La persona disfruta viendo a la otra llorando por su culpa. Es una forma de sadismo.

¿Atraída sexualmente por los árboles o las plantas? Podrías padecer dendrofilia. El roce (o incluso la pentración) con seres vegetales provoca la excitación inmediata.

A veces la excitación puede proceder de la posesión. Es el caso de la hifefilia, la parafilia que consiste en excitarse con el hecho de tener algún objeto ajeno como la ropa o incluso el cabello.

Si sientes excitación a la hora de ver una persona dormida (tu pareja, sin duda alguna), tiene nombre: hipnofilia. Es una de las formas básicas de voyeurismo.

¿Emocionadísima en un karaoke? Puede que confundas emoción con excitación si sufres microfilia, excitación al entrar en contacto con micrófonos.

Ya sabes que el cabello es una de las partes del cuerpo más eróticas. Pues verlo o tocarlo puede provocar una excitación extrema en algunas personas. Esta parafilia no solo se limita a la cabeza, el deseo sexual puede nacer de la interacción con vello. Es uno de los fetichismos más antiguos.

La suciedad no asusta a alguna personas, es más, les excita. Es el caso de las que sufren misofilia, la parafilia que consiste en excitarse al interactuar con la suciedad. Puede ser de la ropa, del barro...

¿Te dan pánico las agujas? A algunas personas les excita. Que sea pinchar su propio cuerpo u obsevar un pinchazo, el placer es completo.

Cuando el placer nace de la tendencia obsesiva por destrozar ropa que lleve puesta su pareja, se trata de clastomanía. La excitación deriva del acto de desnudar al otro rompiendo sus prendas, y no ensuciándola (es otra parafilia denominada saliromanía).