Sarah Ferguson no está sola: Royals adictas a la cirugía estética

Sarah Fergunson ha hecho historia. La duquesa de York ha sido la primera “royal” en hablar sin tapujos de todos los retoques que se ha ido haciendo a lo largo de los años. La aristócrata británica no ha tenido inconveniente en hablar de sus trucos de belleza, así como su secreto para parecer a día de hoy bastante más joven que hace unas décadas. Un poco de botox al año no hace daño aunque Sarah no se quedó muy contenta con el resultado y decidió probar otras alternativas. Según sus proprias palabras, su gran descubrimiento se llama ‘6-Dimension’, una técnica nueva que evita la parálisis del rostro y de la que Fergie, como cariñosamente la llama el pueblo británico, es adicta. El resultado salta a la vista y la ex del príncipe Andrés de Inglaterra está más guapa que nunca.

Sin embargo, Sarah no ha sido, ni mucho menos, la única cabeza coronada en encontrar refugio en el bisturí. Sin ir más lejos, Doña Letizia lleva sometiéndose años a distintos métodos que le han permitido mejorar su imagen. Del rostro que cautivó a don Felipe a principios de los 2000 apenas queda el recuerdo. La reina se ha sometido a una rinoplastia y se ha perfilado el mentón, algo nunca confesado. De sobra es conocida, no obstante, su afición a hacerse tratamientos faciales, que van del ácido hialurónico a las vitaminas. Lo cierto es que la monarca luce hoy día un aspecto envidiable y son muchas las mujeres las que les gustaría saber quien cuida de su rostro.

Rania de Jordania es otro caso de libro. La soberana más chic del mundo árabe fue durante años el referente estético de doña Letizia y se nota. Las dos “royal” guardan, hoy en día, cierto parecido y todo gracias a los milagros de la cirugía y los tratamientos de belleza. De la joven atractiva que enamoró al rey de los jordanos queda hoy una versión bastante mejorada. Rania es en la actualidad una mujer aún más guapa de lo que fue, algo que también sucede con Charlene Grimaldi. La princesa de Mónaco ha recurrido a la cirugía para mejorar su rostro. De su vieja nariz no queda ni rastro, al igual que su mentón, actualmente bastante más perfilado. La inyección de vitaminas en su rostro también le ha otorgado buenos resultados.

El caso más extremo es el de Kalina de Bulgaria. La hija del rey Simeón ha sufrido una auténtica metamorfosis a lo largo de los años que la ha dejado casi irreconocible. Aunque hay que decir en su defensa, y siempre según su marido Kitin Muñoz, que la princesa se ha operado varias veces la nariz por motivos de salud. Sea como fuere, de la Kalina del pasado ya no queda ni rastro.