Pablo Urdangarin estalla contra la prensa al ser preguntado por su abuelo, el rey Juan Carlos

La imagen de la Corona en España se ha visto deteriorada en los últimos meses, debido a los escándalos protagonizados por el rey Juan Carlos. Esta situación también ha tocado muy de lleno a varios de sus nietos como Victoria Federica y Froilán, los hijos de la infanta Elena, quienes supuestamente habrían utilizado tarjetas opacas para pagos en varios establecimientos como El Corte Inglés, desplazamientos privados en coches con chófer e incluso para sus clases de piano. El último en verse envuelto en una polémica es Pablo Urdangarín, el hijo de la infanta Cristina, que reside en Barcelona desde hace meses, donde está jugando al balonmano, siguiendo así los pasos deportivos de su progenitor.

Un periodista se acercó al joven, que acaba de cumplir 20 años, y le preguntó por toda la situación que envuelve a su abuelo materno, el rey Juan Carlos, quien tenía intención de regresar a España en Navidad. El deportista no se tomó nada bien las preguntas de la prensa y si bien en un primer momento optó por taparse la cara y mostró su malestar e incomodidad con un "que no, que no, no voy a responder a nada. No hace falta que me sigas". Finalmente estalló insultando al reportero. "Déjame en paz, pesado".

Es cierto que él no está tan acostumbrado a los medios como sus primos, pues siempre ha llevado una vida muy discreta, pero no es propio de él que salte como lo hizo cuando apenas se le preguntó por la prohibición que le ha puesto su tío Felipe VI y el Gobierno español para que Juan Carlos vuelva a casa, al menos, de momento hasta que pasen las navidades.

Pablo Nicolás lleva años haciendo frente a una situación muy complicada, con su padre en la prisión abulense de Brieva cumpliendo condena por su implicación en el caso Nóos, su abuelo ahora viviendo en el extranjero y toda la familia dispersa, sin la unidad que mostraban antaño cuando Juan Carlos y Sofía seguían siendo los Reyes de España. Ahora todo ha cambiado y ya nada volverá a ser como antes, pues la imagen de la Casa Real y de los miembros de la Familia Real se ha visto muy deteriorada con los últimos acontecimientos.