Iñaki Urdangarin: el importante paso en su relación con Ainhoa Armentia
Una semana después de confirmarse que la pareja no había roto su romance, y que la reconciliación de Iñaki con la Infanta era un imposible, la revista Hola da un paso más para mostrar que Ainhoa Armentia está integrándose en la vida del ex deportista y que el noviazgo es cada día más sólido.
Sin prisa pero sin pausa. Esa parece ser la máxima en los movimientos de la pareja formada por Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia. Después de que la revista Hola confirmase hace una semana que la relación no solo no se había roto sino que continuaba consolidándose bajo la más absoluta discreción, una nueva entrega de la citada revista pone sobre la mesa un avance más en la relación mostrando unas fotografías que demuestran que la asesora fiscal visita el domicilio que Iñaki comparte en Vitoria con su madre, Claire Leabert.La reconciliación de Urdangarin con la Infanta se convirtió en una predicción a voces a raíz de la visita de ambos a Barcelona hace dos semanas. Nada más lejos de la realidad. Ninguno de los dos había propiciado ese encuentro para fraguar el acercamiento sino para hablar con Pablo, el único de sus cuatro hijos con el que aún no había podido sentarse cara a cara tras las polémicas fotografías del ex jugador de balonmano con su compañera de trabajo. Todo el contacto con el joven, hasta el momento, había sido telefónico y tanto Iñaki como Cristina sentían la necesidad de contarle a su hijo los planes de futuro de la familia y la manera de afrontar esas “cosas que pasan”, como el propio Pablo adelantó a la prensa. Con Irene, Miguel y Juan, los otros tres hijos de los ex duques de Palma, ya habían podido hablar en persona en Ginebra cuando Iñaqui se trasladó hasta el domicilio familiar para tomar la decisión de “interrumpir” sus veinticinco años de matrimonio.

Ainhoa Armentia
Lejos de que la ‘pillada’ de la revista Lecturas a Iñaki y Ainhoa en las playas cercanas a Bidart diera al traste con el romance furtivo, la relación entre los compañeros de trabajo ha sobrevivido al escándalo y ha sido prioritaria para el todavía marido de la infanta Cristina. Verse durante ocho horas todos los días en el despacho de Imaz Asesores les ha ayudado a sobrellevar la presión y, durante las primeras semanas, a aguantar una distancia que solo pretendía disuadir la atención de los fotógrafos que buscan conocer la realidad de la situación. Superado el primer mes, ambos han retomado sus encuentros, aunque por el momento lo hacen con suma discreción.Fue a mediados de febrero cuando Iñaki y Ainhoa decidieron que había llegado el momento de volver a sus clases de yoga, una afición que ambos comparten. Una clase semanal en el centro de Vitoria les volvió a unir, y la revista Hola dio buena cuenta de ello. Ese encuentro fuera del trabajo sirvió, además, para que la mencionada revista narrase el primer beso público de la pareja: un beso de despedida en la recepción del gimnasio antes de salir por separado a la calle. Evitar la fotografía juntos todavía es prioritario para ambos. No hay que olvidar que ninguno de los dos ha formalizado aún la separación de sus respectivos cónyuges, que conocieron por Lecturas la relación que unía a sus parejas.

Iñaki Urdangarin
Esta misma semana, se han repetido los encuentros fuera del trabajo en otro entorno mucho más íntimo. Una secuencia de fotografías descubre a Ainhoa acudiendo varias tardes al domicilio de Urdangarin. Conduciendo su propia motocicleta, la joven cruza la valla que cierra la urbanización en la que vive Iñaki con su madre desde que, el pasado mes de marzo, le concedieron el tercer grado y el permiso para vivir en Vitoria. Lo que no puede asegurar la publicación es si, en el momento de las visitas, Claire Leabert permanece en el domicilio o está fuera. En cualquier caso, dada la unión tan estrecha que siempre han demostrado madre e hijo, las visitas de la joven no son un secreto en la familia.Encuentro tras encuentro, la relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia se consolida en silencio mientras, a mil kilómetros, y también en silencio, la infanta Cristina afronta su futuro en Ginebra con la única compañía de su hija Irene. Pese a que el abogado y amigo del deportista Mario Pascual Vives manifestó públicamente que el matrimonio no había escrito su final sino tan solo un paréntesis, de ahí el término “interrupción” escogido para comunicar la separación, la realidad va cogiendo un camino muy distinto que tendría como único final posible el divorcio.