Enrique de Luxemburgo sale en defensa de su esposa por el caso Waringo
El Gran Duque no está dispuesto a permitir que se ponga en tela de juicio el buen nombre de María Teresa Mestre
La Familia Gran Ducal de Luxemburgo no atraviesa su mejor momento. Al delicado estado de salud del hermano de la Gran Duquesa ahora se suman las acusaciones contra ella que acaban de ver la luz como resultado del informe Waringo, un documento que el primer ministro Xabier Bettel ha encargado a un asesor financiero del Gobierno con el permiso del Gran Duque en el que María Teresa se presenta como una mujer caprichosa y autoritaria.

Enrique, María Teresa de Luxemburgo
Sin embargo, Enrique de Luxemburgo no está dispuesto a dar veracidad alguna a las afirmaciones del texto y como tal, no ha dudado en emitir un comunicado en el que defiende a su esposa a capa y espada. De hecho, hace varias semanas que María Teresa no comparece en público, no por deseo propio, sino porque permanece junto a su hermano Luis, que se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Ginebra en estado muy grave.
En el documento, el Gran Duque muestra su indignación por un informe en el que se ataca a su esposa, cuya contribución al bienestar y progreso del pequeño país considera fundamentales. Además, destaca su malestar por la falta de oportunidad que se le ha dado a María Teresa para defenderse. “Me dirijo a vosotros desde la unidad de cuidados intensivos donde se encuentra hospitalizado mi cuñado en Ginebra. Movido por un espíritu de apertura, transparencia y modernidad, acepté que pudiera llevarse a cabo la misión que deseaba realizar el Primer Ministro. En el transcurso de toda esta misión, y a la espera del correspondiente informe, se han publicado artículos en los medios de comunicación, en los que se ha puesto injustamente en entredicho a mi esposa, madre de nuestros cinco hijos y abuela amantísima”, comienza el texto.
Aún es pronto para conocer el alcance y las posibles consecuencias del informe, pero lo que sí se sabe es que ha generado una profunda indignación y malestar en un país que, hasta ahora gozaba de bastante tranquilidad en lo que respecta a cuestiones relacionadas con la primera familia.