Mónaco y la regencia en tiempos de Coronavirus: un enigma llamado Charlene
Aunque Alberto II ya ha anunciado que está curado, la incertidumbre se adueñó una vez más del principado
El 23 de marzo, Alberto II de Mónaco anunció al mundo que se había infectado de coronavirus. Fue el segundo royal oficialmente infectado, el primero con trono. Desde ese preciso momento varias preguntas pulularon en la cabeza de los monegascos: primero, ¿estarían su esposa y sus hijos infectados?, y segundo, ¿en caso de necesidad, está Charlene preparada para asumir la regencia, visto que el heredero solo tiene 5 años? La primera de las cuestiones fue aclarada con premura. En una entrevista al diario ‘Monaco Matin’, el proprio Alberto dijo que él se encontraba en su apartamento dentro del palacio Grimaldi, mientras su esposa y los gemelos Jacques y Gabriela se habían quedado en la residencia de verano, en Roc Agel, donde el fin de semana anterior habían celebrado el cumpleaños del príncipe. Sobre la segunda pregunta, Alberto fue más escueto y se limitó a decir que no había ninguna actividad prevista, aparte de que él se encontraba bien.

Charlene de Mónaco
Aunque la cuestión ya está fuera de lugar en este caso concreto, pues el príncipe ya está curado, el runrún permanece entre la opinión pública de la pequeña roca. A Charlene no parece gustarle su papel, ni lo que representa. Se la ve a menudo desubicada, descompuesta, mustia, cuando no triste. La princesa parece estar allí para cumplir y no para lucir o representar. Más allá de las percepciones generales, que no dejan de ser opiniones generalizadas, hay un detalle que la delata y que tiene a los monegascos en indignación silenciosa: la consorte no habla francés.

Carolina de Hannover
Que Charlene no ha conquistado a su pueblo es un hecho y la gran pregunta sigue en el aire: ¿qué pasaría en caso de enfermedad prolongada o muerte de Alberto II? ¿Asumiría Charlene las riendas? Una vez más, los ojos del pueblo se giran hacia Su Alteza Real, la princesa Carolina de Hannover, el gran activo del pequeño principado. Está más que familiarizada con los temas de Mónaco, siente devoción por su tierra, y le gusta mucho su trabajo: representar a los suyos. A día de hoy el soberano ya se encuentra bien pero habrá que estar atentos. A veces se dan por hecho cosas que no lo son tanto. Y aquí está el coronavirus para demostrarlo.