Carlota Casiraghi eclipsa al resto de los Grimaldi en el Baile de la Rosa

Tras haber sido cancelado durante dos años con motivo de la pandemia y pospuesto al mes de julio desde marzo, la Salle des Étoiles del Sporting Monte-Carlo volvía a acoger el esperado Baile de la Rosa, esta vez con Christian Louboutin como maestro de ceremonias y Los años 20, el regreso a modo de leitmotiv. Si te estás preguntando por qué desde 1964 se celebra este opulento encuentro monegasco que aúna moda y realeza, te diremos que su fin es precisamente solidario y el objetivo no es otro que la recaudación de fondos para la Fundación Princesa Grace -actualmente presidida por Carolina de Mónaco-. El dinero obtenido a través de las subastas que tienen lugar durante la velada, se destina a proyectos humanitarios. Por este motivo, los Grimaldi volvían a reunirse como de costumbre en una esperada cita con sonadas -sonadísimas- ausencias en la estampa familiar, la de la princesa Charlène entre las más destacadas. A pesar de haber recuperado paulatinamente su agenda, previamente se informó de que su vuelta a las citas oficiales sería lenta por motivos de salud.

Eso sí, los anfitriones allí presentes volvieron a lucir sus mejores galas con estilismos que rendían tributo a esta década conocida como “los alegres años 20” y marcada por los looks de las flappers, las faldas un tanto más cortas, cinturas bajas, brillos, flecos, perlas, lentejuelas… ¡pura fantasía! Entre los asistentes, los hijos de Carolina de Mónaco acudían en pleno, destacando sobremanera -como ya es costumbre- Carlota Casiraghi entre todos ellos. No importaba el grandilocuente vestido de Giambattista Valli teñido con los colores de la bandera monegasca que lució Alexandra de Hannover en el que sería su primer posado en el Bal de la Rose. Tampoco el diseño de lentejuelas firmado por Temperley London con el que sorprendió Tatiana Santo Domingo o el escultural modelo en gris con cuello alto y estampado floral, firmado Dior, de Beatrice Borromeo. Al igual que sucedía en el Día Nacional de Mónaco el pasado mes de noviembre, la hija de la princesa Carolina volvía a eclipsar al resto de la familia de lejos.

Las claves del look de Carlota Casiraghi en el Baile de la RosaComo no, lo hacía de la mano de CHANEL, firma de la que es embajadora desde enero del pasado año. Concretamente, apostaba por un dos piezas procedente de la colección Alta Costura Primavera-Verano 2022 de la maison francesa -sí, esa en la que la propia Carlota hizo su debut a caballo sobre la pasarela- y en la que Virgine Viard, directora creativa de CHANEL, abogó en algunos de sus diseños por una transgresora reinterpretación de los años 20.

Carlota se enfundó en un precioso diseño blanco que perfectamente podría servir como vestido de novia de estilo vintage. Un modelo de finísimos tirantes, escote en pico coronado por una lazada negra, cuerpo con efecto péplum aderezado por delicadas plumas y falda larga y recta con remate desflecado. Toda la pieza incluía aplicaciones de lentejuelas y brillantes que la hacían brillar a cada paso. Elegante, sofisticado y perfectamente acorde con la temática del baile. Pero aquí no terminaba todo, sino que todavía quedaba otro punto que a nadie pasó desapercibido: el peinado.

El falso ‘bob’ de Carlota CasiraghiSegún afirman sus seguidores, John Nollet fue el artífice del falso bob con el que Carlota recogía su cabellera. La esencia de este peinado reside en recoger la melena en un pequeño moño que se esconde precisamente bajo el bob a la altura de la nuca. En este caso, con marcada raya a un lado y ahuecado en la raíz, emulando a la perfección el que se lucía durante los años 20. Como colofón, embellecía su recogido con un broche sujeto en la parte baja del lado derecho, optando así por no llevar pendientes para no sobrecargar el look. Una opción perfecta para inspirar tu próximo peinado de invitada.

Carlota Casiraghi en el Longines Global Champions TourLo cierto es que el Baile de la Rosa no ha sido el único momento en el que Carlota Casiraghi nos ha conquistado con sus outfits a lo largo del mes de julio. Y es que ya en el Longines Global Champions Tour, competición de hípica a la que acude anualmente, nos robó el corazón con otros dos modelos firmados por CHANEL. En una primera ocasión fue con un vestido corto en color coral con escote halter y volantes en cascada que acompañó con unas sandalias de plataforma blanquinegras cubierta por los logos de la maison.

Un día después volvía a sucumbir a la logomanía de la firma parisina, pero en esta ocasión a través de un vestido largo y plisado con manga francesa, cuello redondo, corte a la cintura y botonadura en el frente. El diseño combinaba tonos como el crudo, el marino, el rosa y el negro de forma sofisticada y sublime. Un moño despeinado restaba sobriedad al conjunto, mientras otras sandalias de plataforma se colaban entre sus complementos fetiche.

Sin duda, la hija de la princesa Carolina ha vuelto a demostrar que actualmente es una de las royals más cool ¡y no es de extrañar! Con predecesoras como Carolina de Mónaco y Grace Kelly, la elegancia corre por su ADN.