De yerno favorito a malo de la película: Repasamos el matrimonio de Urdangarin casi 25 años después de su boda

Cristina e Iñaki se conocieron en el restaurante que el deportista tenía en Barcelona. Corría el año 1996 cuando Urdangarin y sus socios organizaron una fiesta en honor a los deportistas que habían participado en los Juegos Olímpicos de Atlanta, y habían logrado volver a casa con una medalla. Entre los invitados, se encontraba una jovencísima infanta Cristina que no dudó en acercarse a saludar al equipo de balonmano que había ganado el bronce. La hija de los reyes eméritos se quedó enganchada a la mirada de “ese rubio”, del que pidió el teléfono móvil.

La hija de don Juan Carlos mostró un gran interés por aquel deportista, al que no dudó en llamar dando el primer paso de una historia que terminaría en matrimonio. “Me ha llamado la Infanta -les dijo a sus amigos-, ¿qué hago?”, fueron las palabras de Iñaki tras recibir el telefonazo de doña Cristina. La primera cita la organizó la royal, un cine con Alexia de Grecia y Carlos Morales, que también terminarían convirtiéndose en marido y mujer. Así, los cuatro disfrutaron de una buena película y después se fueron a tomar algo. Cristina quedó totalmente prendada de los encantos de Urdangarin, y tuvo claro que era el hombre de su vida.

Días después llegó la segunda cita, esta vez en pareja aunque acompañados en todo momento por los cuatro escoltas de la infanta. Iñaki estaba viviendo una realidad que no se había atrevido a soñar, y parece que poco a poco los encantos de doña Cristina y el mundo del que provenía, fueron llamando la atención del jugador de balonmano. Iñaki vio que lo suyo con Cristina iba en serio y decidió dejar a su novia de aquel momento, Carmen Camí, una joven catalana con la que llegó a planear su boda. Aquí da comienzo la relación de manera oficial.

El primer contacto con la familia salió a las mil maravillas. El entonces rey Juan Carlos se mostraba encantado con su nuevo yerno, un joven deportista, simpático, abierto de mente y además atractivo. La reina Sofía comentó a los medios que “estaban encantados” con el nuevo novio de su hija Cristina. Sin embargo, antes de conocerse no veían con muy buenos ojos la relación, ya que resultaba extraño que una royal estuviera saliendo con un deportista. La infanta Cristina les dejó claro que iba a seguir con él a pesar de todo, y finalmente consiguió conquistar a sus suegros con gran carisma.

La afinidad entre don Juan Carlos e Iñaki llegó a tal punto, que se rumoreaba que era su yerno favorito. En aquel momento, nada hacía pensar que la relación terminaría saltando por los aires. Sin embargo, muchos aseguran que aunque veía en el marido de su hija un tipo simpático, no terminó de fiarse y jamás le quitó el ojo de encima. Tanto es así, que parece que fue el propio rey emérito quien sugirió al CNI que supervisara las actividades, llamadas e emails de su querido yerno. Y en cuando se destapó el caso Nóos, don Juan Carlos abandonó a Urdangarin sin ningún tipo de miramiento. Mientras tanto, se encargó de proteger a su hija menor a toda costa, para evitar que terminara entre rejas.

Aunque Iñaki Urdangarin no pudo librarse de la cárcel, su mujer tan solo tuvo que pagar una multa de más de 250.000 euros. En este punto, eran muchos los que creían que el matrimonio estaba prácticamente roto, pero no fue hasta finales de 2021 cuando su relación saltaría por los aires. Ainhoa Armentia, la nueva novia de Urdangarin, se dejaba ver paseado por el exduque de Palma por las calles de Vitoria. Un buen día, la prensa capturó una imagen de ambos y la revista ‘Lecturas’ dio la exclusiva. Poco después, de la misma manera que ocurrió con la infanta Elena, se lanzó un comunicado oficial anunciando el “cese temporal” de un matrimonio que ya hacía aguas. Muchos señalaban que doña Cristina seguía totalmente enamorada de su marido, pero él ya había rehecho su vida al lado de una desconocida hasta el momento. Parece que la infanta habrá pronunciado las famosas palabras mágicas al emérito: “Papá, tenías razón”.