La Princesa Charlene se salta el protocolo en su reaparición en el Día Nacional de Mónaco

Charlene de Mónacose ha convertido en la protagonista de uno de los días más importantes de la Roca, el Día Nacional de Mónaco. El año pasado no pudo asistir a los actos que se celebraron el 19 de noviembre debido a sus problemas de salud, y su reaparición este 2022 ha dado mucho que hablar. La Princesa monegasca ha lucido un vestido muy original en color blanco, al que no faltaba ningún detalle. De los hombros salía una larga y sofisticada capa que combinada con un pantalón de traje que simulaba ser una falda. En el cuello, una en color negro a juego con los puños, el cinturón y los guantes, además de una elegante pamela del mismo color, muy similar a la que ha lucido su cuñada Carolina. Un look de infarto que ha levantado mucha polémica por saltarse las normas de protocolo que marcan la jornada de hoy.

Según los códigos del Principado, en el día de hoy las mujeres deben llevar tocado y vestido corto, pero parece que Charlene se ha saltado esta última regla al lucir este llamativo diseño blanco. También han cobrado gran protagonismo los hijos de los Príncipes de Mónaco, Gabriella y Jacques, que observaban muy atentos desde el balcón mientras saludaban a todos aquellos que han querido acercarse al lugar. Los mellizos cumplirán 9 años el próximo 10 de diciembre, y poco a poco van entendiendo la importancia de este tipo de actos para su familia y para todos los ciudadanos de Mónaco.

No veíamos a la Princesa Charlene en el Día Nacional de Mónaco desde el año 2020, cuando escogió un look muy diferente al que ha elegido hoy, debido al homenaje a las víctimas de la Covid-19. El Príncipe Alberto consideró oportuno que ese día fuera también un pequeño recuerdo a los fallecidos por la enfermedad, y la realeza monegasca asistió al acto vistiendo colores oscuros. En el caso de Charlene, lució un abrigo largo entallado con ribetes y forro en color fucsia y un cuello elevado de inspiración asiática. Un estilismo que combinó con un par de guantes de seda transparente, bolso de mano, salones de tacón bajo negros y una boina con redecilla.

Parece que Charlene tiene debilidad por los total white. El pasado mes de septiembre también apostó por esta tendencia para asistir al tradicional picnic de Mónaco. Un evento con el que despiden el verano y al que siempre asisten los royals. La Princesa se decantó por una túnica larga de encaje sin mangas y unos pantalones anchos de Terrence Bray, todo el color blanco. Los mellizos iban a juego en tonos azules y blancos, y el Príncipe Alberto también se decantó por tonos claros. La familia disfrutó de bailes tradiciones y estuvieron un rato charlando con la gente que se acercó a la zona.

En el Día Nacional de Mónaco del año 2019, también apostó todo al blanco. En esta ocasión, la royal lució un abrigo clásico, un jersey de canalé con el cuello alto, pantalón de vestir, botines de tacón, sombrero de ala ancha y guantes, todo del mismo color. Charlene de Mónaco deja claro que su color fetiche es el blanco, y lo cierto es que le sienta muy bien.

También en 2019 asistió con una imagen espectacular a la quincuagésima edición del Montecarlo Film Festival. Charlene lució un vestido de la precolección de otoño de 2019 firmado por Louis Vuitton, un diseño largo bordado en cady de seda suave con frunce a la altura de la cintura. El toque sofisticado lo da un motivo solar formado por brillantes cristales oscuros en gris marengo. El vestido cuenta con unas hombreras y una abertura central, además de un marcado cuello de pico. El vestido costaba 5.800 euros y la royal lo combinó con unas sandalias de tacón negras de satén de Christian Dior.

La Princesa llevó también un anillo de Repossi y unos pendientes de Graff de 30,57 quilates. La royal se recogió la melena de manera informal y logró un look digno de las mejores actrices de Hollywood. Es muy buena señal que Charlene vuelva a apostar por el blanco en plena recuperación de la enfermedad que ha arrastrado los últimos meses.