El eterno verano

Podríamos decir que para que tu vida vaya de verano en verano tendrías que considerarte una persona casi nómada. Tal vez, por el lugar donde naciste, tal vez por tu signo del zodíaco o simplemente por tu deseo de huirle al invierno. Y este fenómeno no es poco común. Lejos de ser la excepción, un porcentaje de la población se mueve al ritmo del verano.

Cuando en Europa es verano, en América es invierno y, por lo tanto, mi trip de verano ideal comenzó en Sudamérica con la llegada del año nuevo, cuando el reloj daba la bienvenida a una etapa más del calendario gregoriano. Esto pasaba en Uruguay, más específicamente la ciudad balnearia de Punta del Este, donde la vida se disfruta en temporada de calor al son de los mejores DJ, como Marco Carola y Hernán Cattaneo, entre otros. Y es allí donde ocurren los mejores eventos y el jet set se junta para celebrar nuevos comienzos. Todos visten de blanco en las mejores casas esteñas y enero es el mejor mes para disfrutar de ese ambiente increíble.

Luego cruzamos a Brasil. Río de Janeiro es el destino que marca el apogeo del alto verano, el Carnaval de Río, famoso en el mundo por sus bailes y colores, también convoca a los exponentes culturales más destacados en plan de demostrar que el mundo puede danzar por las calles días enteros y hacer desbordar el espíritu festivo al compás de los tambores.

Marzo y abril son meses románticos en Buenos Aires, que marcan el fin del verano, con predominancia de los ocres otoñales que invitan a disfrutar de una casa de fin de semana en las afueras de la ciudad más cosmopolita. Los country clubs se llenan de familias y los asados domingueros son el típico ritual que reúne a los seres queridos alrededor del fuego, entre vinos, mates y postres con dulce de leche.

Mayo señala que hay un vuelo sin escala a la Riviera Maya, un paraíso de arenas blancas dónde se concentra gente de todo el globo. México se jacta con orgullo de sus paisajes, su gastronomía y su tequila de los Altos de Jalisco. Tulum es el sitio predilecto de quienes pregonan una vida holística y allí los tuluminati se juntan para celebrar la vida y bailar al borde de un cenote natural y por qué no disfrutar de una cena en un hotel hecho de bambú.

Y, desde allí, el verano europeo nos llama para desembarcar en Ibiza, pasear por el sur de Francia, recorrer Mikonos y la Costiera Amalfitana. Sitios donde el verano late a cada paso, a los pies de aguas cristalinas. A ello, le sumamos la pasión de la moda del momento que se dispara al son de la música, nuevamente junto con los mejores DJ.

Julio y agosto sellan los mejores momentos para disfrutar de estos paisajes naturales y culturales. Septiembre es el hit para los fashionistas pues se celebra la semana de la moda en el mundo entero. Nueva York, Londres, Milán y París se llenan de alegría y belleza. Una semana tras otra, las marcas más prestigiosas se hacen presentes y la creatividad nos deja sin aliento a la vez que nos llena de inspiración. En octubre, reluce Barcelona, la ciudad europea montada a orillas del Mediterráneo, que nos invita a gozar de festivales de música junto con las mejores propuestas de terrazas al aire libre.

En noviembre y diciembre volamos rumbo a América del Norte para fascinarnos con la pasión que trae la temporada alta de Miami, ciudad de barcos y palmeras, emplazamiento de las islas selectas donde las celebridades internacionales buscan conectar con la sustentabilidad, desde Gisele Bündchen y Tom Brady hasta el icónico cantor romántico Julio Iglesias, todos llevan una vida relajada. Los grandes eventos urbanos se dan en diciembre. Art Basel se erige entre los más destacados del mundo de las artes y se produce la fusión con la moda.

Si tu sueño es vivir el verano eterno, esta es la propuesta de cómo puedes moverte entre continentes porque lo más lindo que nos regala la vida es el mundo con su belleza natural y sus eventos celebratorios de la mano de personas creativas y empoderadas. Nada mejor que conocerlo y vivirlo en carne propia.