Algunos perfumes son grandes clásicos. Hacemos referencia de esos que lideran las listas de ventas a nivel mundial y que los amantes de las fragancias mencionan una y otra vez, tanto en conversaciones de calle como en artículos especializados. Algunos de ellos quizá marcaron nuestra primera incursión en el mundo del perfume y, muy a menudo, son los que volvemos a comprar una y otra vez. Seguramente pienses en Chanel Nº5, J’Adore de Dior o en el perfume del que vamos hablar hoy, Narciso Rodriguez For Her.
Como muchas de las mejores fragancias femeninas, este perfume nació en la casa de moda homónima y fue creado por no uno, sino dos perfumistas: Francis Kurkdjian y Christine Nagel. Debutó en 2003 en su versión eau de toilette, y al año siguiente llegó el eau de parfum. Han pasado ya más de dos décadas desde entonces, y se dice que, hoy en día, se vende un frasco cada 15 segundos en todo el mundo. Su frasco rosa lechoso, de líneas rectangulares, se ha vuelto inconfundible.
Además del EDT y EDP originales, existen otras cuatro versiones de For Her dentro del universo Narciso Rodriguez: Musc Noir, Musc Noir Rose, Fleur Musc y Pure Musc. Pero a pesar de su estatus de clásico y de haberlo oído mencionar muchas veces, nunca había llevado Narciso Rodriguez For Her... hasta hace poco. Así que, esto es lo que debes saber sobre esta fragancia icónica.
Narciso Rodriguez For Her Eau de Parfum: todo sobre esta mítica fragancia
Es curioso cómo un perfume que nunca has olido antes puede despertar una sensación nostálgica. For Her se abre con pétalos de rosa aterciopelados y un toque de melocotón, pero logra el equilibrio justo para no ser ni demasiado floral ni excesivamente afrutado. De inmediato me recordó a uno de mis primeros perfumes, Stella In Two Peony de Stella McCartney (ya descatalogado), por sus notas de rosa, ámbar y almizcle.
Lo que más me gusta es que transmite una elegancia femenina y sofisticada, pero sin caer en lo genérico: no es un floral exuberante ni está repleto de frutos rojos. En su lugar, te envuelve con un ámbar cálido y un almizcle suave, matizados por una dulzura sutil que nunca llega a ser empalagosa. Aunque no desaparece enseguida, tampoco diría que tiene una gran duración en mi piel. El fondo almizclado permanece durante unas horas, pero si salgo con él, probablemente necesitaría reaplicarlo en algún momento.
Aun así, este clásico se ha ganado con creces un lugar en mi colección. Es femenino y fácil de llevar, sin resultar demasiado dulce. Lo elijo cada vez que quiero algo discreto, elegante y que huela bien, sin muchas pretensiones.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire UK por Lucy Abbersteen. Traducción y adaptación: Anna Pardo.
