Dentro del panorama de marcas españolas con trayectoria olfativa consolidada, Roberto Verino ocupa un lugar singular. La firma gallega incorporó su primer perfume en 1992, cuando la moda nacional comenzaba a entender el poder del aroma como extensión del estilo, y desde entonces ha construido una colección que se amplió por última vez en 2017. En realidad, cada lanzamiento ha funcionado como un reflejo de época, pensada para una mujer consciente de su identidad. Durante años, esta línea permaneció en silencio, algo inusual en una industria marcada por la velocidad.
Ese recorrido se explica también por las colaboraciones con algunos de los grandes nombres de la perfumería internacional: Agustí Vidal, Olivier Polge, Jean Charles Niel, Véronique Nyberg, Christine Nagel, Christiane Plos, Nathalie Feisthauer, Domitille Michalon Bertier, Jean-Christophe Hérault, Benoist Lapouza, Gérard Anthony, Richard Herpin, Alberto Morillas, Olivier Cresp, Francis Deleamont e Ilias Ermenidis. De hecho, ese legado técnico da contexto a la noticia que llega a pocos días de Navidad: el lanzamiento de Verino Woman, una creación que rompe ocho años de pausa y reabre la conversación desde un enfoque maduro y actual.
Un perfume floral delicado
La búsqueda de la esencia personal
Desde las primeras notas, Verino Woman se presenta con un acorde cítrico vibrante dotado de destellos especiados que aportan dinamismo. Esa salida luminosa evoluciona con suavidad hacia un corazón donde jazmín, lirio, ylang-ylang, rosa y azahar dialogan sin estridencias, aportando una feminidad refinada. Sin embargo, lo que realmente define su carácter llega en el fondo: almizcle y vainilla construyen una base cálida, ideal para el invierno, que envuelve sin saturar. Estamos ante una nueva fragancia floral, amaderada y elegantísima, pensada para acompañar con delicadeza.
Eso sí, hay un detalle técnico relevante que la distingue de otras composiciones. Esta fórmula reacciona al pH de la piel, modulando cada acorde y generando matices distintos según la persona que la lleve. Su formato de 85 ml se sitúa en 96 euros. Mención aparte merece Verino Man, que completa el universo con bergamota, mandarina y lima, acentos verdes incluidos, ofreciendo una visión esencial y energética. Mucho ha llovido desde que Manuel Roberto Mariño Fernández naciera en 1945 en Verín, Ourense, dentro del seno de una familia vinculada a la confección. Quién le diría a este gallego que 80 años después de este hito lanzaría un nuevo perfume al mercado.
Otro perfumes que cuelgan el cartel de novedad
Agnès b. Le Parfum
En esta temporada también encontramos perfumes florales nada típicos que merece la pena probar, como Agnès b. Le Parfum. Su salida mezcla pimienta rosa, té verde y limón, logrando una apertura viva y contemporánea. El desarrollo sorprende con tuberosa, azafrán y azahar del naranjo, creando un contraste sofisticado, mientras el cierre de sándalo, ambroxan y almizcle deja una huella persistente y limpia. Este perfume está disponible por 55 euros.
