Anoche, Alaska y Albert Espinosa se embarcaron en un viaje lleno de nostalgia en El Camino a Casa. ¡Fue un no parar de risas y confesiones! Los dos se sentaron en un banco y desempolvaron recuerdos de series como Flipper o La Hormiga Atómica. Alaska estaba como pez en el agua, diciendo: "Estas cosas me dan la vida".
Espinosa, con su curiosidad inocente, preguntó a Alaska si prefería al delfín o al niño de Flipper. Y la respuesta de Alaska fue tan directa como sus hits: "Yo era de Flipper, los niños no me gustaban nunca. Yo era de animales".
Pero, claro, ahora le ha cogido cariño a los niños, aunque la maternidad no esté en sus planes. ¡Pero atención, porque tiene un plan genial! "Yo tendría un parvulario para ir a verlos, jugar, malcriarlos, y se los devuelvo a sus padres para que los críen".

La cosa se pone aún mejor cuando llegan al punto álgido del viaje y se encuentran con la madre de Alaska y su amiga Puri. ¡Qué momentazo! Alaska, que llegó a España siendo una niña, rememora sus primeras veces en Madrid bajo el nombre de Olvido Gara, ¡pero cómo ha evolucionado desde entonces!

Hay temas que Alaska prefiere evitar, como una fobia peculiar que la artista tiene a los botones y que Espinosa intenta destapar. Alaska prefiere no hablar de ello, porque según comenta el mero hecho de pensar en ello le puede hacer "vomitar".

Pero el recorrido por las calles de Madrid hasta la casa de América, la madre de Olvido, se llena de anécdotas sobre el apoyo fundamental de su madre a la artista en sus inicios musicales. ¡Hasta nos cuentan cómo su madre recogió su primer premio y cómo Alaska se compró su primera guitarra a plazos!