Ayer fue un día especial para la familia Beckham. Victoria Caroline (sí, este es su nombre completo) sopló ayer las 49 velas y lo hizo rodeado de su familia y amigos más queridos. A la fiesta no faltaron sus hijos Brooklyn, Romeo y Harper, mientras que Cruz fue baja en la celebración. Asimismo, también estuvo presente su nuera Nicola Peltz.
A través de su canal de Instagram, la ex 'Spice Girls' nos enseñó la mayoría de detalles del evento y no faltó un pastel de cumpleaños que está dando mucho de qué hablar. ¿El motivo? David Beckham ha publicado una divertida imagen en la que confirma que su mujer sí come tarta. Parecerá una tontería, pero como la dieta estricta que sigue Victoria es siempre noticia, nunca está de más dejar lugar para el humor.

Anécdotas del cumpleaños a un lado, hoy vengo a hablar de una fotografía que la diseñadora ha compartido hace apenas unas horas y que me ha robado el corazón. El matrimonio, que este verano alcanza los 24 años de casados, posa en una playa como si fuesen adolescentes. "In the middle of nowhere with my favourite person 💕💕💕💕💕 @davidbeckham", parece que los Beckham están tan enamorados como el primer día, y eso me hace muy feliz.
Más allá de lo cute que es la imagen, me ha llamado la atención el vestido tan sencillo y bonito que luce la empresaria. De silueta corta, tirantes mega finos y escote cuadrado, estamos ante la típica prenda "que no tiene nada, pero lo tiene todo" y que nos salva durante todo el verano.
Sin ninguna duda, he caído rendida ante el vestido y he pensado que sería buena idea intentar cazarlo para añadirlo a mi colección. Eso sí, me ha desanimado caer en que, si lo lleva Victoria Beckham, seguramente sea una pieza que está muy lejos de mi alcance. Para mi total sorpresa, el vestido es más económico de lo que he imaginado y forma parte del catálogo de una firma que envía España.

La marca tras la prenda del amor se llama Réalisation Par y tiene nombre femenino, el de Alexandra Spencer y Teale Talbot. El vestido se llama 'The Christy', tiene un precio de 185 euros (de acuerdo, no estamos hablando de un diseño low-cost, pero tampoco es una inversión desmesurada) y es un once de diez para sumarlos a la tendencia del lujo silencioso. Según la firma, es un vestido de cóctel estilo años 90 realizado en seda cruda, rígida y no elástica. Tiene pinta de sentar genial y nunca pasará de moda, que todo suma puntos.