Cada vez es más habitual comprobar cómo ciertos productos capilares presumen de una fragancia potente, intensa y muy marcada. Sin lugar a dudas, muchas consumidoras sienten devoción por los champús o los acondicionadores con un perfume dulce o floral. Hoy en día, las marcas no solo buscan limpiar y nutrir el cabello, sino también ofrecer una experiencia sensorial que acompañe a la persona durante todo el día. Aromas inspirados en flores suaves, notas frutales o incluso aromas más sofisticados como el ámbar o la vainilla, se integran en tratamientos capilares con el objetivo de dejar estela.
Sin embargo, a pesar del plus sensorial que aportan las fragancias, surge la pregunta de si estos perfumes son realmente "beneficiosos" para la salud del cabello. Algunos aromas se logran mediante compuestos sintéticos que pueden causar irritación en el cuero cabelludo sensible, resecar las fibras o interferir con tratamientos como tintes o alisados. Además, la fijación prolongada del aroma puede implicar el uso de alcoholes y conservantes que, en exceso, comprometen la hidratación natural del cabello. Por eso, es importante prestar atención a la formulación de los productos y optar por opciones dermatológicamente probadas, con fragancias suaves o de origen natural, que perfumen sin afectar la salud capilar. Hablamos con Daniel Gil, peluquero con más de 35 años de experiencia y cofundador de With U sobre la unión entre perfume y productos para el cabello.
Todo sobre el uso de fragancias en tratamientos capilares de todo tipo
¿Cuáles son las moléculas aromáticas más populares?
Cuando hablamos de las moléculas aromáticas que se utilizan habitualmente en los productos capilares, entre las más comunes se encuentran los aceites esenciales florales o frutales, que aportan aromas frescos y delicados, así como compuestos sintéticos como el linalool, limonene o geraniol, diseñados para mantener el perfume por más tiempo. "En general, los perfumes convencionales pueden incluir compuestos que, al oxidarse, irritan el cuero cabelludo o alteran su equilibrio", señala Gil. Al final, lo importante es optar por fragancias que sean suaves, hipoalergénicas y formuladas específicamente para uso en piel y cuero cabelludo.
¿Es malo usar champú con perfume?
Es habitual escuchar mitos como que el perfume en el champú puede causar caída capilar, algo que el experto se encarga de desmentir. "No hay evidencia científica de que el perfume de un champú cause caída del cabello", subraya, a lo que suma que "lo que sí puede ocurrir con fragancias tradicionales es que irriten la piel si contienen ciertos alérgenos en concentraciones altas". Si al usar un nuevo producto notamos algún tipo de desajuste en la salud del cuero cabelludo, es esencial frenar su uso y consultar a un tricólogo.

La importancia de comprobar el listado de ingredientes
A la hora de elegir un producto capilar perfumado, es fundamental fijarse no solo en la fragancia sino también en su formulación. La tendencia actual apuesta por fórmulas "libres de sulfatos agresivos, siliconas pesadas, alcoholes secantes, alérgenos en concentraciones elevadas y conservantes liberadores de formaldehído", tal y como hacen en With U, ya que todos ellos pueden sensibilizar el cuero cabelludo o restar vitalidad a la fibra. En su lugar, se recomiendan tensioactivos suaves como Cocamidopropyl Betaine o Sodium Lauroyl Sarcosinate, siliconas ligeras y de fácil enjuague como Amodimethicone. También resulta beneficioso que incluyan activos hidratantes como glicerina, panthenol o aceites vegetales ligeros, que aportan suavidad y brillo sin saturar.
Por el contrario, conviene tener cierta cautela con formulaciones que priorizan la intensidad aromática sobre el bienestar capilar. Ingredientes como los sulfatos agresivos (Sodium Lauryl Sulfate, Sodium Laureth Sulfate) pueden limpiar en exceso y dejar la fibra seca y quebradiza, mientras que las siliconas pesadas y de acumulación, como Cyclopentasiloxane o Cyclomethicone, pueden crear una película que opaca el brillo natural del cabello. Asimisimo, los alcoholes secantes (Alcohol Denat., Isopropyl Alcohol) pueden resecar tanto la fibra como el cuero cabelludo. Finalmente, algunas fragancias con alérgenos en altas concentraciones (como Linalool o Limonene) o conservantes liberadores de formaldehído (como DMDM Hydantoin o Quaternium-15) pueden provocar irritación o incomodidad a largo plazo.

Aunque el uso de fragancias en productos capilares tenga luces y sombras no tenemos por qué olvidarnos de ese acondicionador antiencrespamiento que huele increíble o de ese perfume de vainilla sin alcohol ideado para el cuidado capilar. La clave reside en leer el listado de ingredientes, ver cómo reacciona nuestra melena y consultar a un experto siempre que tengamos alguna duda.
Productos con perfume seguros para la melena

Breezy champú de With U, formulado con Keramare, un activo marino biotecnológico que devuelve brillo, fuerza y vitalidad al cabello. Precio: 29,90 euros.

Oro Líquido Capilar de Secretos del Agua, un tratamiento para el cabello seco basado en una combinación de aceites vegetales que aportan protección al cabello frente a las agresiones externas. Precio: 30,60 euros.

Bodyguard de GHD, protector térmico en spray con doble acción de polímeros protectores y agentes acondicionadores. Precio: 25,20 euros.

Champú en seco de Batiste con un toque dulce y afrutado. Precio: 3,69 euros.