Este verano ha sido una auténtica montaña rusa olfativa para mí. Me confieso fanática del ámbar, el oud y esas especias intensas que envuelven al máximo, pero cuando el calor aprieta, la historia cambia. Bajo los 40 grados de todas las olas de calor que han golpeado los lugares en los que he estado, esos perfumes que en invierno son pura fantasía se convierten en una carga: mareos, sensación sofocante y, al final, el frasco guardado en el fondo del cajón. Me costó aceptarlo, pero no siempre lo más potente es lo más adecuado para cada estación.
De hecho, me sorprendí a mí misma buscando aromas más ligeros, frescos y limpios. Los cítricos y afrutados se convirtieron en mis grandes aliados, mientras que los perfumes florales nada típicos que merece la pena probar también encontraron su lugar en mi tocador (cuando, en líneas generales, soy poco de flores). Pero, entre todas las categorías, hubo una que pasó de ser una desconocida a mi favorita absoluta: los perfumes para el cabello. Y, entre todas las opciones que probé, hubo uno que conquistó mi nariz y, por lo visto, la de todos los que me rodean.
El perfume capilar que más elogios me ha regalado este verano
Ginger 1974, tintes especiados para el pelo
La joya de la que te hablo es Ginger 1974, de Balmain Hair. No es una fragancia cualquiera, es un perfume capilar con carácter, creado para quienes aman la sofisticación, pero buscan una alternativa para oler bien todo el día sin recurrir a un perfume tradicional en la piel. Desde el primer instante, la bergamota y el jengibre despiertan los sentidos con un toque vibrante, mientras que la pimienta negra añade un punto picante que me encanta.

Lo que más me gusta es su evolución: tras las notas chispeantes iniciales, aparece un corazón más cálido, con vainilla, cardamomo y un bálsamo de abeto que recuerda a la resina de pino. Ahí está la magia: especiado, sí, pero con un toque ligero que no agobia. Eso sí, la estela es potente para ser un perfume para el pelo, y no hay quien no me pregunte qué llevo.
Tras darle mucho uso, no m canso de decir que Ginger 1974 no es solo una fragancia para pelo, poco tiene que envidiar a un "perfume" de toda la vida. Su fondo de musgo de roble, gamuza y almizcle blanco añade una base sofisticada que permanece durante horas. Incluso después de un día entero fuera de casa, sigo percibiendo ese toque cálido al mover el pelo. El precio es de 126 euros y, para mí, merece la pena la inversión.
Otros perfumes capilares que he puesto a prueba y tienen mi aprobado
Peonia Nobile de Acqua di Parma

Otra opción que recomiendo es Peonia Nobile de Acqua di Parma. Su apertura combina la intensidad picante de la pimienta negra con el dulzor jugoso de la frambuesa, dando paso a un corazón de peonía, geranio y rosa turca que aporta frescura y sofisticación. El fondo, con ámbar, pachulí y almizcle, envuelve suavemente el cabello. En este caso, el precio es de 58 euros.