Los desfiles son los lugares donde todo diseñador o firma presenta su colección mediante un show. En él, se mezclan modelos, música, invitados y muchos más elementos que son imprescindibles para que el acto pueda llevarse a cabo. ¡Si no sabes lo que se esconde entre bambalinas atento que te lo cuento!

Todo tenemos en mente grandes espectáculos que han llegado a convertirse en icono como son los desfiles de Victoria's Secret, Galiano para Dior o si retrocedemos al pasado los que se creaban en los años 50´s cuando los maniquíes salían por los salones de los atelieres más impresionantes con un determinado número, con el fin de que las clientas pudiesen anotarlo y así posteriormente pudiesen realizar su compra.Hoy en día, el desfile ha cambiado radicalmente como concepto de presentación. De hecho, se pueden hacer diferentes propuestas a la hora de presentar una nueva colección. Presentaciones en formato video, donde el creador junto a un equipo de videógrafos consigue realizar la presentación de forma virtual sin necesidad de realizar un show presencial. A este tipo de formato se le denomina “Fashion film”. Debido a la pandemia ha sido la opción más utilizada, ya que permitía presentar la colección a nivel mundial en todas las plataformas y redes sociales a golpe de clic.

Los expertos confirmaron que este sería el futuro de los desfiles, una opción mucho más económica, tecnológica y sencilla de dar a conocer un nuevo producto. Una vez pasada la época de confinamiento y dejando de lado las limitaciones de aforo, los desfiles han vuelto a su ritmo habitual, congregando a sus invitados en directo.Muchas veces, en un desfile, al igual que cuando acudimos a un restaurante, espectáculo… etc, el espectador únicamente se queda con la fachada, es decir, con lo que se ve. En muy pocas ocasiones se plantea que es lo que sucede detrás o simplemente todo el esfuerzo que ello conlleva para que se pueda desarrollar. Únicamente nos quedamos con si nos ha gustado o no.

Cualquier desfile, bien sea de una gran casa de costura o el de un joven diseñador ambos tienen muchas cosas en común. Principalmente tienen una gran diferencia. Se puede hacer dentro de un calendario de la moda, como es Mercedes Benz Fashion Week, Berlin Fashion Week, o hacerlo de forma más privada como empresa independiente. Lo que les diferencia es muy sencillo. En caso de hacerlo dentro de un calendario, es la propia organización quien se encarga de desarrollar todo. Casting de modelos, vestidores, planchadores, regidores, técnicos de luz y sonido… etc. Es decir, el diseñador únicamente se encarga de abonar una cuota para cubrir los gastos de todas las contrataciones necesarias para el desarrollo del espectáculo.En caso de que el show se realice de forma privada, es el propio diseñador-firma quién se encarga de absolutamente todo. El equipo es el encargado de buscar la localización del desfile, realizar el casting a los modelos, congregar a todos los invitados con sus respectivas invitaciones, citar a estilistas, coreógrafos, azafatas… etc. Ese desembolso económico suele ser bastante más elevado que si se participa dentro de un calendario de la moda. Por lo general suelen ser desfiles más íntimos en los que se citan invitados muy cercanos al diseñador y eso hace que se convierta en un gran evento.
Lo primero que se hace es citar a las modelos a una hora concreta para poder empezar el “fitting” y probar toda la colección. En ese momento el diseñador y su equipo se reúnen para dar el "ok" a cada look que posteriormente saldrá en pasarela. Una vez terminado, las modelos pasan a peluquería y maquillaje. Entre medias, se hace una prueba de sonido, luces y salen las modelos a pasarela emulando el momento de la presentación. Una vez echo el ensayo, el equipo última los últimos retoques de planchado y se preparan para el gran momento.No solo las modelos y la ropa es lo más importante, que para el gran público es lo que principalmente se ve, la función de los técnicos de sonido, iluminación, coreógrafos, peluqueros... etc. son un eslabón muy importante para que todo el evento se desarrolle con normalidad. Un pequeño fallo puede que todo el trabajo realizado en seis meses se vaya al traste. Los nervios y la tensión son parte del espectáculo, pero eso sí, muy pocos espectadores los sienten ya que siempre se quedan en el backstage.