Historiadores y feministas han coincidido (casi) siempre en una cosa: la moda es un sistema que merece una consideración desde el punto de vista semiótico y, por ende, filosófico. La inesperada alianza entre moda y feminismo parte del resultado que tiene esta primera con lo efímero, la inestabilidad y el continuo cambio. En parte, la moda se trata de eso, es una verdad mutable.
La discriminación basada en la apariencia (incluido el debate sobre el vello en el cuerpo de la mujer) exige una mirada renovada a la actual y futura relación entre feminismo y moda.
Como sistema capitalista, la industria fabrica y vende una necesidad: vestirse por los pies. La tela se corta, se cose y se vende; cuando termina una temporada empieza otra. Producción y consumo se convierten en un producto real que se transforma, estimulando el músculo vertebrador del sistema: el mercado libre.
Si eliminamos la barrera económica, la moda, como cualquier otro campo del diseño, puede ser progresista o conservadora. Es necesario ver la moda como algo más que consumismo. La realidad es que trata muchas cuestiones como el cuerpo, la fantasía, el deseo y la identidad.
No basta con decir que la moda oprime a la mujer, es necesario un cambio real y con impulso. A principios del siglo XX, el primer movimiento de Liberación de la Mujer se opuso a la moda no por el hecho de ser moda, sino por la forma en la que había construido y moldeado a la mujer, creando una falsa feminidad. La quema del sostén y mucho antes, la liberación del corsé, son algunos de los muchos ejemplos que encontramos cuando hablamos de transgresión. Porque, cuando la moda se enfrenta a sí misma, todas ganamos.
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, rendimos homenaje a todas aquellas mujeres que cambiaron por completo el paradigma de la moda y del feminismo:
Madeleine Vionnet

Años antes que Gabrielle Chanel, Madeleine Vionnet mostró su rechazo rotundo al uso del corsé. Creó una silueta que se adaptaba al cuerpo de la mujer y que la liberaba de las ataduras de lo que ella tachaba como "cosa ortopédica".
Su gran aportación al mundo de la moda fue el corte al bies, una técnica de confección con la que se crean diseños de una sola pieza.
Los vestidos cortados con esta técnica tienen una caída fluida y se ajustan bien al cuerpo sin oprimir al mismo.
(Gabrielle) Coco Chanel

En 19 de agosto de 1983, en el seno de una familia humilde, nació Gabrielle Chanel, una niña huérfana cuya trayectoria profesional arroja luces y sombras, convirtiéndola en uno de los personajes más relevantes de la moda del siglo XX.
Gabrielle se consolidó como la diseñadora más reputada de su época. ¿El motivo? Creo un estilo antes impensable para la mujer de la época: el traje masculino.
Se atrevió a lucir una camiseta estampada con rayas marineras y pantalones de hombre en las playas de los balnearios de Biarritz, donde veraneaba la clase alta de toda Europa. Su rechazo absoluto al corsé, consolidó su éxito. Creó un estilo práctico, sencillo y elegante, cuyo fin era permitir el movimiento de la mujer.
En pleno estallido de la I Guerra Mundial, en 1914, comenzó a diseñar el uniforme que marcaría un antes y un después en la época. Los hombres habían acudido al frente y las mujeres estaban obligadas a cubrir los puestos de trabajo que estos habían dejado abandonados. El corsé, los metros y metros de tela y los sombreros con y sin plumas eran incompatibles con la primera ola feminista de la historia. Chanel cubrió las demandas de la época creando el primer traje ajustado, quitando el busto encorsetado y las curvas con un rigor (casi) masculino.
Creó una silueta nueva: cintura discreta, pantalones y tacones bajos cómodos para caminar.
Mary Quant

"La diseñé pensando en mí y en mis amigas; nunca creí que llegaría a tener tanta repercusión, aunque mi mayor éxito fue ser útil a la época y a la generación a la que pertenezco", declaró en más de una ocasión Mary Quant.
Ella es la responsable de la minifalda, prenda que escandalizó a medio mundo y conquistó a la mujer, quien la convirtió en su bandera revolucionaria.
Carolina Herrera

Desde el lanzamiento de su marca homónima en 1981, Carolina Herrera se ha deshecho en elogios internacionales por su sofisticada y elegante línea de moda. La reconocida diseñadora ha vestido a personalidades tan relevantes como Jacqueline Kennedy Onassis y Michelle Obama, y también ha aparecido en varias listas de "mejor vestidas" en reconocimiento a su inimitable estilo personal.
Pero, la creadora venezolana es más que todo eso. Hace 40 años, marcó un antes y un después con un hito que ha pasado de largo con el paso de los años: vestir a la mujer por primera vez con una camisa blanca.
En efecto, esta prenda estaba reservada para los hombres, quienes se dedicaban a los negocios ataviados con un traje sastre, camisa de popelín y corbata. Fue Herrera quien popularizó este estilo de vestir y lo convirtió en una de sus señas de identidad
Muccia Prada

"Creo que las mujeres se han hecho a sí mismas más relevantes, en general, en todos los campos, incluida la moda. Creo que todavía hay muchas cosas por hacer en esta dirección y aprecio a todas las mujeres que logran el éxito y el poder de ser ellas mismas", dijo en una ocasión Muccia Prada.
Es considerada la creadora de moda más relevante de Italia. Exmiembro del Partido Comunista y doctora en Ciencias Políticas, desde que se inició en el mundo de la moda solo ha tenido un cometido: apoyar el empoderamiento de la mujer con sus diseños.
"Definitivamente quería representar a mujeres que están luchando por su papel y sus derechos y que se convierten en iconos y representantes de una determinada idea".