En la madrugada del 7 al 8 de julio de 1991 en el convento de nuestra señora de Loreto, en Espartinas, se daban el `sí, quiero´ Patricia Rato y Juan Antonio Ruiz `Espartaco´. La pareja quería una ceremonia discreta y lo consiguieron, tanto que no fueron ni los familiares de la novia, por no estar de acuerdo con el enlace. Ella era una niña bien, que se educó en los mejores colegios y que vivía en el seno de una familia adinerada, pero que decidió dejarlo todo por amor y marcharse a vivir al campo. En el momento de su boda, ella se encontraba embarazada de su primogénita, Alejandra, y con ella empezó una vida muy feliz a la que llegaron después, Isabel y el pequeño Juan. Con el paso de los años, la familia de Patricia fue aceptando su elección y esto hizo que retomasen la relación, aunque ya nada fue como antes.

La sobrina del que fuera ministro de Economía, Rodrigo Rato, se enamoró localmente del diestro al que vio torear en algunas plazas. Decidió dejarle una tarjeta de presentación y Espartaco la llamó por teléfono. El resto es historia, pues a partir de ese momento comenzó una historia de amor que parecía de lo más idílica. Nada hacía presagiar que más de dos décadas después de su boda, Juan Antonio ruiz iba anunciar su separación con un comunicado. Ese fue uno de los momentos más duros en la vida de Patricia, que no se esperaba una decisión así por parte del que había sido su marido y el hombre por el que se había apartado de sus padres, Ramón Rato y Felicidad Salazar Simpson.
En aquellos días se rumoreó que el diestro, que ya estaba retirado de los ruedos, se había enamorado de la abogada Macarena Bazán, una alta ejecutiva de la Junta de Andalucía. Nunca se les pudo fotografiar juntos como pareja, por lo que se dejó de hablar de esa relación no confirmada. Por su parte, Patricia, al cabo de unos años, inició un romance con un viejo amigo, el empresario manchego Javier Moro Peralta, con el que ha encontrado la estabilidad. La pareja lleva una vida muy discreta y él ha sido muy bien acogido por los tres hijos de Patricia.
Patricia y Javier Moro
Patricia Rato tras su divorcio, rehízo su vida sentimental junto al empresario Javier Moro, quien se lleva muy bien con sus tres hijos.

Verano solitario antes de su separación
Patricia se marchó en el verano de 2010 de vacaciones a Cádiz con sus hijos, pero por allí no se dejó ver el torero, quien meses después, en un comunicado, aseguraba que su matrimonio llevaba roto un lustro.

sus hijos, su mayor apoyo
Después de conocerse su divorcio, los tres hijos de Patricia se pusieron de su lado y fueron su mayor apoyo en estos difíciles momentos que le tocó pasar.

Espartaco y Macarena Bazá
Se rumoreó que Espartaco, tras su divorcio, inició una relación con la abogada, Macarena Bazá, un alto cargo de la Junta de Andalucía.

Su última aparición
El 26 de enero de 2010 se tomó esta fotografía en Sevilla del matrimonio con sus hijas, Alejandra e Isabel. Después de esa fecha, ya no se les volvió a ver juntos como pareja.

Sus hijos, su tesoro
Tres de los momentos más felices de su matrimonio fue con el nacimiento de sus tres hijos, Alejandra, Isabel y el pequeño Juan, que ya ha cumplido su mayoría de edad y tiene novia.

Tiempos felices
Espartaco y Patricia Rato formaban uno de los matrimonios más estables y consolidados o, al menos, así lo pensábamos hasta que el diestro emitió un comunicado en septiembre de 2010 anunciando su divorcio.

Matrimonio taurino
Espartaco y Patricia se movían en el mundo taurino, donde tenían como amigos a José Ortega Cano y Rocío Jurado. Solían acudir a pocas fiestas, pues siempre llevaban una vida discreta en el campo.
