Una boda es una celebración del amor de pareja, sí, pero también del instante presente, de la relevancia de la amistad, del valor de la familia y del placer de vivir. Sin lugar a duda, es una celebración que deseamos guardar en nuestros recuerdos para siempre. Y sí, el olfato es el sentido que conecta íntimamente con la memoria. De este modo, si algún elemento de la boda tiene el poder de fijarse en el cerebro como un tatuaje en la piel, ese el perfume. Dar con la fragancia perfecta para un día tan especial es un reto importante, tanto si vamos a dar el "sí, quiero" como si acudimos en calidad de invitada. Por supuesto, los aromas florales se imponen en la estación primaveral, pero hay vida más allá del jazmín o la tuberosa. Gracias a Arben Ademi, fundador de Gisada, y Sara Carner, alma mater de la firma de perfumería nicho Carner Barcelona, dibujamos el paso a paso más sencillo y efectivo para seleccionar la esencia que nos acompañe en una jornada tan romántica y única.
En una ocasión tan señalada, marcar la diferencia y dejar nuestra propia huella también pasa por el perfume. Los perfumes florales nada típicos son grandes opciones para la primavera, al igual que los perfumes frescos con alma de lino blanco recién planchado. Eso sí, como recuerdan nuestros expertos, hay aromas que funcionan como comodines infalibles y que nunca fallan. Lo esencial es encontrar el equilibrio justo entre personalidad y comodidad.
Guía aromática oficial para bodas de primavera
Perfumes flores y cítricos: el dúo invencible
La primavera es sinónimo de renacer, y también lo es de fragancias ligeras, con luz propia y altas dosis de serenidad. "Las notas florales como la rosa, el jazmín y el lirio capturan la esencia de las flores cuando florecen", afirma Arben. Esas notas florales más clásicas, combinadas con acordes verdes y cítricos, como la mandarina o la bergamota, "ofrecen una sensación fresca y revitalizante".
Por su lado, Sara resume este concepto en una serie de palabras evocadoras y directas: "En primavera, la naturaleza despierta y nos invita a conectar con su frescura". Por eso, "en mi opinión, las familias olfativas que mejor acompañan esta estación son las florales y cítricas. Las notas florales aportan delicadeza y romanticismo, perfectas para una celebración especial como una boda, mientras que las cítricas aportan un aire alegre, vital y elegante".

Una fragancia con función de tu rol en el evento
Pese a que esta guía englobe a la novia y a las invitadas, la elección de perfume entre ambas figuras es muy distinta. "El de la novia debe ser distintivo y memorable, reflejando su papel único en este día tan especial", subraya Arben. "Recomendamos elegir una fragancia más compleja y lujosa que deje una impresión duradera, quizá con notas florales más ricas o especias exóticas", añade en su explicación, en la que deja claro que la novia debe ser la protagonista absoluta de la velada.
En cambio, si hablamos de invitadas, el abanico de posibilidades se expande. Sara Carner plantea un escenario más amplio, ya que "puede cambiar según el conjunto que lleve y la ocasión". La libertad aparece en escena, pero se deberían dejar a un lado los perfumes que carguen mucho el ambiente. "Las flores frescas, los almizcles suaves o las suaves notas cítricas son ideales para las invitadas", agrega Ademi. Si vamos muy perdidas, las fragancias discretas y elegantes para no avasallar con tu presencia son el símil a un vestido negro midi para acudir a un cóctel, siempre nos dejan en buen lugar.

¿Perfume nuevo o un viejo conocido?, respondemos la gran pregunta
La emoción de estrenar algo va muy ligada a las bodas, pero mientras que el riesgo es bajo en relación con el estilismo, es muy alto si hacemos referencia a la fragancia. Una idea muy sencilla de comprender si pensamos en un par de zapatos. Los expertos apuestan por ceder espacio a uno de nuestros grandes favoritos, ya que conocemos su desarrollo en piel y su duración. "Aconsejamos llevar un perfume con el que estés familiarizada. Aunque probar un perfume nuevo puede ser tentador, conlleva el riesgo de reacciones inesperadas o de que no combine bien con tu aroma natural", destaca Arben.
"Si te hace ilusión llevar algo nuevo, pruébalo varias veces antes del evento para asegurarte de que te sientes tú misma"
Sara Carner
Sara Carner también se decanta por la precaución, pero abre una puerta a la esperanza si deseamos estrenar aroma ese día. "Si te hace ilusión llevar algo nuevo, pruébalo varias veces antes del evento para asegurarte de que te sientes tú misma", aconseja la profesional. Pese a que la improvisación puede funcionar en ciertas ocasiones, una boda es demasiado importante como para tomar riesgos innecesarios (en especial, la figura de la novia). La confianza, en este caso, también tiene esencia.

¿El entorno importa o no?
El punto final de esta guía genera debate entre los expertos consultados. Para Sara Carner, el entorno en el que se desarrolla la boda tiene un papel muy secundario en esta historia. "Para mí, el lugar no debería ser un factor determinante a la hora de elegir un perfume para una boda", detalla la fundadora de Carner Barcelona. "El perfume es una expresión personal, y lo más importante es que te haga sentir bien, independientemente de si la celebración es en un entorno interior, exterior, en la playa o en el campo. Si te enamoras de una fragancia, esa es la que debe acompañarte en tu gran día", declara sin titubear en su respuesta.
"El escenario de la boda desempeña un papel crucial a la hora de elegir el perfume adecuado"
Arben Ademi
En contraposición, el fundador de Gisada sí prefiere valorar el entorno. El experto hace hincapié en que "el escenario de la boda desempeña un papel crucial a la hora de elegir el perfume adecuado. Para las bodas de interior, lo ideal son las fragancias más concentradas y sofisticadas, que perduran bien en un entorno controlado. Las bodas al aire libre requieren fragancias más ligeras y vaporosas que se fundan con el entorno natural, con notas verdes y cítricas que funcionan de maravilla". Asimismo, añade que "las bodas en la playa son perfectas para aromas frescos, acuáticos y ligeros que capturen la esencia del mar y la arena. Para las bodas en el campo, las notas terrosas, amaderadas y florales complementan de maravilla el ambiente rústico y natural".
Hablar de fragancias es sinónimo de la expresión de nuestra propia esencia, así que no existen los buenos ni los malos. Por ende, el perfume perfecto para una boda solo depende un factor: nuestros gustos. Por supuesto, los valiosos consejos de los expertos en perfumería dibujan el camino a seguir, pero tan solo nosotras mismas decidimos donde se fija la meta. En este cuento, el final está compuesto por tres palabras icónicas, menos es más.