En una industria en la que el vestido de invitada suele seguir códigos estéticos predecibles, surge una propuesta disruptiva que está marcando un nuevo rumbo: PISO. Esta firma emergente, fundada por Blanca Pérez-Cabrero y María Valls, no solo introduce una nueva narrativa visual, sino también un manifiesto de empoderamiento femenino. Su objetivo va más allá de embellecer: PISO viste con intención, con alma y con una actitud que desafía lo establecido. Lejos de repetir fórmulas, sus colecciones proponen una mirada más libre, más consciente y, sobre todo, más real. Cada prenda nace del deseo de vestir a mujeres que pisan con fuerza, que se expresan sin miedo y que encuentran en la moda una forma de manifestar su identidad. Porque en PISO, el vestido de boda deja de ser un uniforme y se convierte en una declaración personal.
Una nueva estética para la invitada contemporánea
Los diseños de PISO no obedecen a las convenciones. Sus piezas, lejos de la dulzura impuesta o el romanticismo obligatorio, sus vestidos incorporan cortes arquitectónicos, mangas con estructura, colores inesperados y detalles que descolocan (para bien). Las siluetas dialogan entre lo clásico y lo provocador, siempre con una intención clara: resaltar la personalidad de quien lo lleva. Aquí no hay adornos gratuitos ni concesiones a la tendencia pasajera, sino volúmenes bien pensados, tejidos nobles y un enfoque que mezcla sofisticación con una pizca de irreverencia.
Vestir con intención: la moda como herramienta de empoderamiento
“Queríamos crear algo más que prendas bonitas”, dicen sus creadoras. Y lo han logrado. PISO se construye sobre una filosofía que pone a la mujer en el centro del discurso, no como un maniquí decorativo, sino como una presencia activa y poderosa. Cada vestido de invitada está diseñado para acompañar momentos importantes —bodas, celebraciones, encuentros— pero también para generar sensación de fuerza, de seguridad. Es esa prenda que transforma la forma de andar, de mirar, de ocupar el espacio. Vestirse con PISO es asumir el protagonismo sin necesidad de pedir permiso.
Inspiración con raíces femeninas e históricas
Las fundadoras de PISO han encontrado su musa en mujeres reales que han dejado huella: pioneras, artistas, activistas, figuras que rompieron normas para abrir caminos. Esa herencia se percibe en los nombres de los modelos, en las líneas de las prendas, en los pequeños gestos que evocan una elegancia con historia. No se trata de homenajes vacíos, sino de una forma de rendir tributo a través del diseño. Las clientas de PISO no solo se visten, se alinean con un legado que celebra la autenticidad y la autonomía.
Un lujo silencioso, sostenible y comprometido
En tiempos de hiperconsumo, PISO propone una nueva lectura del lujo. Sus prendas no se producen en masa ni se someten al frenesí de temporadas efímeras. Cada pieza se fabrica con criterio, con materiales responsables y procesos que minimizan el impacto ambiental. La sostenibilidad aquí no es una estrategia de marketing, sino parte integral del proyecto. La marca entiende que el verdadero lujo es tener piezas que perduren, que cuenten una historia y que respeten tanto a quien las viste como al entorno en el que se producen.
Moda con impacto: una marca que ya está dejando huella
Desde su lanzamiento, PISO ha despertado el interés de estilistas, editoras de moda y mujeres influyentes que valoran la autenticidad por encima del artificio. En redes sociales y editoriales, sus diseños ya comienzan a aparecer como sinónimo de una nueva elegancia: una que es audaz, consciente y profundamente femenina. Lo que comenzó como un sueño de dos mujeres con visión se está convirtiendo en un movimiento que invita a repensar lo que significa vestirse bien.
