Nuestro organismo filtra regularmente el líquido de nuestro cuerpo a través del sistema circulatorio y el linfático. "Cuando no drena bien, este líquido se acumula en los tejidos y aparece la retención de líquidos, conocida también como edema. Puede producirse por muchos motivos: cambios hormonales, sedentarismo, cambios de presión (vuelos), dietas excesivas en sal, alguna patología renal o cardíaca", explica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y fundadora del centro estético que lleva su nombre, en Madrid.
"La circulación se ralentiza por diferentes causas y provoca que los líquidos que viajan por las vías circulatorias se extravasen al tejido que está alrededor de ese vaso, provocando la acumulación de agua y otras sustancias en esa zona. Se produce un encharcamiento de líquido que da lugar al edema", añade Antonio Arjona, responsable de cosmética de LPG. ¿Las consecuencias? "Un aumento del volumen y perímetro de los tejidos corporales (tobillos, pies, piernas), pesadez, cansancio, aparición o empeoramiento de la celulitis", añade el experto. ¿Qué puedes hacer para eliminar este problema?
Hazte un chequeo
Para evitar la retención, lo principal es hacer un chequeo completo de cómo funciona nuestro cuerpo. "Es importante revisar todas las vías de desintoxicación (hígado y riñones principalmente) para ver si hay algún proceso de detoxificación que no se está ejecutando correctamente.
Estos procesos de detoxificación naturales a veces no funcionan bien por una cuestión fisiológica. Por ejemplo, personas con problemas de sulfatación suelen tener retención de líquidos, dolores de cabeza recurrentes y una alta sensibilidad a los medicamentos", explica Cristina Barrous, técnico en nutrición y coach nutricional.
El estilo de vida importa
La experta destaca que es importante hacer una intervención sobre el estilo de vida. "El movimiento es imprescindible, pero sin obsesionarnos por el cardio, y empezando con movimientos que se correspondan más con nuestra fisiología. Siempre es mejor optar por ejercicios como remar, trepar o luchar, que por otros muy repetitivos y que solo se centran en un grupo muscular concreto", explica.

De hecho, Vanessa Navas (@vanenavaslopez), experta en pilates y entrenamiento funcional, señala que la fórmula más efectiva es "combinar el trabajo de fuerza con el trabajo aeróbico, por ejemplo, el trabajo de HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad), o también planificar la semana de entrenamiento de manera alterna con fuerza y cardio. Los dos tipos de ejercicio son importantes y se complementan a la perfección. Además, combinándolos, obtenemos diez veces más efectividad para combatir la retención de líquidos, el sobrepeso o la celulitis. También es muy recomendable tener un estilo de vida activo, ir caminando a todas partes, no coger ascensores (solo para bajar) y no estar largos periodos sentada".
Si trabajas muchas horas en la misma posición, trata de levantarte cinco minutos cada hora y no cruces las piernas al sentarte. Mantenlas en alto al tumbarse o duerme con una almohada bajo los pies. Además, es imprescindible trabajar la parte del estrés y la ansiedad, "así como tener claro que las benzodiazepinas (grupo de medicamentos que reducen la excitación neuronal) y los antiinflamatorios aumentan considerablemente la retención de líquidos", advierte Cristina Barrous, y añade que el descanso también es muy importante para evitar la retención.
"Un cuerpo que no duerme es un organismo que no se desintoxica y tendrá mucha más tendencia a tener esta retención de líquidos", señala. También puedes recurrir a los masajes de drenaje linfático, que ayudan a evacuar el líquido y las toxinas retenidas y a desintoxicar determinadas zonas. Y no te olvides de cuidar la alimentación, es la clave.