Cuando una fragrance lover se deja envolver por un perfume, raramente piensa en lo que hay detrás de su aroma embriagador. Notas de jazmín, vainilla o pachulí pueden convertirse en un viaje sensorial, sí, pero también en un riesgo para la piel. No todos los perfumes son "inocentes", y eso lo sabe bien la OCU, que ha puesto sobre la mesa una realidad incómoda: algunos componentes aromáticos pueden causar alergias y deben evitarse, especialmente en pieles sensibles. Aunque la industria cosmética ha avanzado a pasos agigantados en formulación y seguridad, el uso de ciertas sustancias sigue generando debate.
El alcohol, habitual en perfumes por su poder volátil, es otro punto conflictivo. Puede resecar o irritar según el tipo de piel. Aun así, el verdadero dilema se centra en los alérgenos: ingredientes que provocan reacciones adversas incluso en dosis mínimas. Para facilitarnos la vida, la OCU ha recopilado una extensa lista de compuestos alergizantes que deben declararse por ley. Este listado, constantemente actualizado, es oro puro para quienes buscan fragancias seguras, elegantes y libres de sustos dermatológicos. Porque sí, el perfume debe enamorar, pero jamás comprometer la salud.
Qué ingredientes alérgenos deberíamos evitar en nuestros perfumes y por qué
Belleza con letra pequeña
Lo que huele a limpio, fresco o floral no siempre es tan inofensivo como parece. Detrás de esa sensación envolvente que deja un perfume al aplicarlo, puede esconderse una trampa invisible para personas con piel reactiva, embarazadas o niños. La OCU lo deja claro: mejor evitar ciertos ingredientes, sobre todo si perteneces a un grupo de riesgo. Y es que aunque el objetivo de cualquier cosmético sea dejar un buen aroma, no todas las fragancias son bien recibidas por nuestro sistema inmunológico. En realidad, algunas pueden desencadenar irritaciones, eccemas o reacciones alérgicas. De ahí la importancia de leer con atención las etiquetas.

Ingredientes alergénicos de declaración obligatoria
Desde hace años, la normativa europea obliga a indicar en los envases aquellos ingredientes que se consideran alergizantes si están presentes por encima de determinadas concentraciones. En concreto, deben declararse si superan el 0,001 % en productos sin aclarado (como colonias o cremas) y el 0,01 % en los que se eliminan con agua. Hasta hace poco, existía un listado de 26 ingredientes reconocidos como potencialmente peligrosos. Nombres como citral, limonene, eugenol o benzyl salicylate son habituales en muchas fragancias populares, y sin embargo, pueden provocar molestias nada agradables. Ojo, porque algunos como lilial o hydroxyisohexyl 3-cyclohexene carboxaldehyde ya han sido prohibidos por su riesgo demostrado. La recomendación de la OCU es clara: si ves estos nombres en un INCI, mejor buscar una alternativa.

Una nueva hornada de alérgenos
La sorpresa llega con la ampliación de la lista. Ahora, ya no son solo 26, sino 56 los nuevos ingredientes que deben aparecer obligatoriamente en el etiquetado si se usan en perfumes o cosméticos. Se trata de sustancias presentes en aceites esenciales, extractos florales o moléculas sintéticas con un alto potencial sensibilizante. Entre los más destacados están lavandula oil, rose flower extract, menthol, acetyl cedrene o jasmine oil. También encontramos compuestos menos conocidos como dimethyl phenethyl acetate, hexamethylindanopyran o vanillin, tan presentes en perfumes gourmand y orientales. Más que nunca, leer el INCI es un gesto de amor propio.

Cómo identificar los riesgos sin renunciar al placer
Una de las claves está en elegir perfumes formulados sin estos ingredientes o con un nivel muy bajo de concentración. Las opciones sin fragancia, aunque menos sensoriales, son la alternativa más segura para quienes ya saben que su piel no tolera ciertos componentes. Eso sí, también existen marcas que trabajan con fórmulas hipoalergénicas, fragancias más limpias o naturales, que respetan los estándares dermatológicos más exigentes. No se trata de renunciar a lo que nos hace sentir bien, sino de hacerlo de forma inteligente.
Listado completo de alergizantes de declaración obligatoria en los perfumes
- Alpha-Isomethyl ionone
- Amyl cinnamal
- Amylcinnamyl alcohol
- Anise alcohol
- Benzyl alcohol
- Benzyl benzoate
- Benzyl cinnamate
- Benzyl salicylate
- Butylphenyl methylpropional (Lilial):
- Cinnamal
- Cinnamyl alcohol
- Citral
- Citronellol
- Coumarin
- Eugenol
- Evernia furfuracea (o treemoss extract)
- Evernia prunastri (u oak moss extract)
- Farnesol
- Geraniol
- Hexyl cinnamal
- Hydroxycitronellal
- Hydroxyisohexyl 3-Cyclohexene carboxaldehyde
- Isoeugenol
- Limonene
- Linalool
- Methyl 2-octynoate
- Acetyl Cedrene
- Alpha-Terpinene
- Amyl Salicylate
- Anethole
- Benzaldehyde
- Beta-Caryophyllene
- Camphor
- Cananga Odorata Oil/Extract
- Carvone
- Cedrus Atlantica Oil/Extract
- Cinnamomum Cassia Leaf Oil
- Cinnamomum Zeylanicum Bark Oil
- Citrus Aurantium Flower Oil
- Citrus Aurantium Peel Oil
- Citrus Aurantium Bergamia Peel Oil
- Citrus Limon Peel Oil
- Dimethyl Phenethyl Acetate
- Eucalyptus Globulus Oil
- Eugenia Caryophyllus Oil
- Eugenyl Acetate
- Geranyl Acetate
- Hexadecanolactone
- Hexamethylindanopyran
- Isoeugenyl Acetate
- Jasmine Oil/Extract
- Juniperus Virginiana Oil
- Laurus Nobilis Leaf Oil
- Lavandula Oil/Extract
- Lemongrass Oil
- Linalyl Acetate
- Lippia citriodora absolute
- Mentha Piperita Oil
- Mentha Viridis Leaf Oil
- Menthol
- Methyl Salicylate
- Myroxylon Pereirae Oil/Extract
- Narcissus Extract
- Pelargonium Graveolens Flower Oil
- Pinene
- Pinus Mugo
- Pinus Pumila
- Pogostemon Cablin Oil
- Rose Flower Oil / Extract
- Rose Ketones
- Salicylaldehyde
- Santalol
- Santalum Album Oil
- Sclareol
- Turpentine
- Terpineol
- Terpinolene
- Tetramethyl acetyloctahydronaphthalenes
- Trimethylbenzenepropanol
- Trimethylcyclopentenyl Methylisopentenol
- Vanillin
- 3-Propylidenephthalide