¿Cuánto tiempo hace falta para organizar una boda? Una 'wedding planner' responde

¿Cuál es el tiempo necesario para organizar una boda? ¿Debe haber un margen de más de un año? ¿Es suficiente con tres meses? Rocío Casesnoves, de O&C Wedding Planners, resuelve tus dudas. (Y te recuerda la lección más importante).
boda tiempo necesario

Autor: Rocío Casesnoves, de O&C Wedding Planners

¿Cuánto tiempo necesito para organizar mi boda? ¿Es suficiente un año? ¿Y si lo hago en meses? Estas suelen ser las preguntas a las que me enfrento en la primera cita que tengo con las parejas que queréis casaros. El tiempo agobia a cualquiera y dependiendo qué clase de boda queráis hacer, lo tenéis que tener más o menos presente. Pero lamentablemente hay algo que se suele escapar durante el proceso: vuestra identidad.

El tiempo es importante, por supuesto, pero hay bodas preciosas que se gestionan con tan solo 3 o 4 meses. La semana pasada os hablaba de no perder “el por qué me caso”, de la importancia de vuestro amor y vuestras ganas por encima de cualquier pandemia o crisis, pero ojo: tampoco deberías perderos vosotros mismos y desgraciadamente lo hacéis. Estáis en un estado de nervios por encima de lo esperado, demasiado tiempo y dinero invertido hace que seáis vulnerables.

Estaba todo preparado, la música sonaba desde la ceremonia , los invitados sentados con las cámaras preparadas, el novio, un manojo de nervios, se sostenía como podía a los pies del altar esperándola a ella, y ella emocionada ansiaba el momento de salir.

Nos dimos un abrazo, ese abrazo que dice "Con todo lo que hemos pasado, por fin llegó el momento". Antes de salir le dije lo preciosa que estaba, por más que quiera explicaros no sabéis lo bonita que era y lo espectacular que iba, deslumbraba felicidad, pero entonces me dijo lo inevitable: “Lo sé, Rocío, me han dejado guapísima, ni me lo creo, pero no soy yo”. Me mató.

¿Qué es lo que nos pasa entonces? Que somos vulnerables, que el tiempo, el dinero y la presión de tantas voces sonando hacen que nos perdamos. La boda siguió y no pararon de decirme lo felices que eran y lo maravilloso que fue todo. Pero a mí todavía me retumbaban las palabras de la novia antes de salir. Tanto es que hoy lucho porque nadie me vuelva a decir esto, e incluso hemos ideado en esa línea el lema de mi empresa: Porque queremos que en tu boda seas tú. Y es que aquella novia tenía razón.Vas a hacerte un vestido, el que soñabas desde hacía años y cuando vuelves me lo enseñas, a mí, wedding planner, es precioso, pero no el que tenías en mente. Vas a contratar un grupo de música y, de repente, te ves escuchando jazz, que en la vida lo habías hecho cuando eres flamenca. Quieres una boda íntima y acabas pagando 300 menús. El ramo de hortensias azules es precioso cuando tu flor favorita ha sido siempre la margarita.¿Qué es lo que nos pasa entonces? Que somos vulnerables, que el tiempo, el dinero y la presión de tantas voces sonando hacen que nos perdamos. No permitáis que esto os pase nunca. El tiempo puede jugaros una mala pasada. No le dejéis. Desde que contratáis la boda hasta la celebración, son muchas pruebas de vestido, menú, muchas opciones de decoración, demasiadas inspiraciones de bodas y un Instagram que bombardea ideas, no siempre vuestras, pero sí aparentemente las que marcan el estilo que tenéis que seguir. Entonces la mente se engaña. Cuanto más claras tengáis las cosas, menos tiempo necesitareis para decidir.Así que ahora que parece que vamos a tener mucho tiempo para pensar, vamos a sacarle provecho al coronavirus para atar las cosas bien, vamos a buscar en el tiempo un aliado y con ello evitar que nos roben la identidad.

La boda siguió y no pararon de decirme lo felices que eran y lo maravilloso que fue todo. Pero a mí todavía me retumbaban las palabras de la novia antes de salir. Tanto es que hoy lucho porque nadie me vuelva a decir esto, e incluso hemos ideado en esa línea el lema de mi empresa: Porque queremos que en tu boda seas tú. Y es que aquella novia tenía razón.

Vas a hacerte un vestido, el que soñabas desde hacía años y cuando vuelves me lo enseñas, a mí, wedding planner, es precioso, pero no el que tenías en mente. Vas a contratar un grupo de música y, de repente, te ves escuchando jazz, que en la vida lo habías hecho cuando eres flamenca. Quieres una boda íntima y acabas pagando 300 menús. El ramo de hortensias azules es precioso cuando tu flor favorita ha sido siempre la margarita.

¿Qué es lo que nos pasa entonces? Que somos vulnerables, que el tiempo, el dinero y la presión de tantas voces sonando hacen que nos perdamos. No permitáis que esto os pase nunca. El tiempo puede jugaros una mala pasada. No le dejéis. Desde que contratáis la boda hasta la celebración, son muchas pruebas de vestido, menú, muchas opciones de decoración, demasiadas inspiraciones de bodas y un Instagram que bombardea ideas, no siempre vuestras, pero sí aparentemente las que marcan el estilo que tenéis que seguir. Entonces la mente se engaña. Cuanto más claras tengáis las cosas, menos tiempo necesitareis para decidir.

Así que ahora que parece que vamos a tener mucho tiempo para pensar, vamos a sacarle provecho al coronavirus para atar las cosas bien, vamos a buscar en el tiempo un aliado y con ello evitar que nos roben la identidad.

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