Kim Kardashian está viviendo el que sin duda ha sido hasta la fecha el peor año de su vida. La socialite parecía no levantar cabeza desde el terrible altercado que sufrió en la habitación de su hotel de París durante la Semana de la Moda. Sin embargo, los últimos acontecimientos han hecho que Kim resurja de sus cenizas como un ave fénix y se centre en lo que realmente importa: su marido.
Kanye, sufrió la semana pasada un brote psicótico que hizo que terminase ingresado en la unidad de psiquiatría del Centro Médico UCLA. Desde entonces, todo el clan Kardashian se ha preocupado por el estado del artista, que comenzaba a actuar de ‘manera errática’ en casa de su entrenador cuando tuvo que ser atendido por la policía y los servicios sanitarios.En París, Kim se rompió emocionalmente: ni rastro de ella en las redes sociales, ni en actos públicos en los que sí están presentes sus hermanas. Entonces Kim comenzó a replantearse su vida, pero desde que el pasado día 21 Kanye fuera hospitalizado, la reina de los realities ha tenido que dejar a un lado sus miedos para permanecer con su hombre, al que según comentan distintos medios, ha llegado incluso a alimentar.
Kim se ha convertido en una roca para Kanye. Los rumores de divorcio que circulaban poco antes de la crisis del rapero parecen disiparse con el paso de los días, sin embargo, tal y como recogen dichos medios, fuentes cercanas a la familia aseguran que uno de los motivos por los que Kanye terminó explotando fue por aquellos que trataban de destruir su matrimonio.Después de una semana hospitalizado, su mujer no se separa de él ni un instante -salvo para ver a sus hijos-. Ahora lo importante es que se recupere y seguro que, con los mimos de Kim, el artista consigue pasar mucho más rápido este bache emocional.
