Dos años después de perder parte del dedo de una mano, la cantante Shaila Dúrcal rompe su silencio y explica como ocurrieron los hechos, un acontecimiento que calificó en su día de traumático y del que no ha querido hablar hasta ahora. Lo ha hecho en las páginas de la revista `Hola´, donde ha dado todo tipo de detalles, pero también ha dado una noticia bomba, que ha sido muy bien recibida por sus hermanos, Carmen y Antonio. La pequeña de la familia Morales-Dúrcal regresa a España y lo hace junto a su marido, Dorio, y la hija de éste, Aitana, de 16 años. Aquí van a comenzar una nueva vida, después de dos décadas en las que han estado viviendo en México, Los Ángeles, Miami y Houston.

Shaila, de 41 años, va a estar así más cerca de su familia, a la que tanto ha echado de menos y más por las circunstancias, pues su madre, la cantante Rocío Dúrcal, moría víctima de un cáncer en el año 2006 y en 2014 lo hacía su padre, Antonio Morales `Junior´ con el que la relación no siempre fue todo lo buena que cabría esperar. Pese a todo, ella fue siempre el nexo de unión entre su progenitor y sus hermanos cuando las cosas empezaron a ir mal entre ellos. Finalmente, hicieron las paces y Junior murió tranquilo, teniendo el cariño de los suyos. En la entrevista, la cantante señala que va a vivir entre el que fue el primer apartamento de casados de sus padres y la legendaria casa familiar de Torrelodones.

La intérprete de temas como `Corazón ranchero´ y `El día que me fui´ reconoció lo difícil que fue para ella perder a su progenitora. "La muerte de mi mami me afectó mucho. Cada día es una batalla diferente y los hay mejores y otros, fatales, porque la depresión no se va nunca y tienes que trabajar en ello diariamente". Ella cuenta a su lado con el apoyo de su marido, con el que ha encontrado la felicidad y la estabilidad emocional. También la joven Aitana es fuente de alegría y la quiere como una hija, pues la conoce desde que era apenas un bebé. Ahora contará también con el apoyo de sus dos hermanos, de sus cuñados y de sus sobrinos, pues ella es una persona muy familiar a la que le gusta sentirse rodeada de sus seres queridos.

Respecto a uno de los acontecimientos más traumáticos de su vida, como fue la pérdida de parte de un dedo, Shaila señaló: "Me lo cortó uno de mis pastores alemanes al tratar de separarlos cuando se estaban peleando". Añadió: "Calculé mal y metí el dedo en la boca de la hembra. Fue muy rápido, como una guillotina, y no sentí absolutamente nada… Solo vi rodar mi falange. Ahora lo cuento con humor, pero fue muy dramático". Resultó tan doloroso para ella psicológicamente que nunca quiso hablar de ello hasta ahora, que ya han pasado dos años desde que ocurriesen los hechos.