Clara Gardés, ilustradora y artista menorquina: "El arte debe conmover. Primero a mí, mientras lo hago, y luego a quien lo mira"

Hablamos con la artista sobre cómo entiende ella el arte y de dónde nace su pasión por él.
Hablamos con la artista figurativa menorquina Clara Gardés (Foto: Instagram @claragardesart)

El arte tiene tantas formas y expresiones como personas hay en el mundo. Es un concepto muy amplio y subjetivo que no se puede dar por sentado, sino que depende de la percepción de cada uno. Y precisamente por eso podemos decir sin miedo a equivocarnos que no solo hay arte en los museos, sino que puede esconderse donde menos nos lo esperamos. Uno de estos sitios donde hemos encontrado arte ha sido en las obras de Clara Gardés, una joven menorquina que se define a sí misma como una artista figurativa con un "estilo emocional y detallista".

Clara Gardés, artista menorquina

Las obras de Clara Gardés, afirma, transitan entre el retrato, el paisaje y el arte en vivo para eventos, donde convierte momentos en memoria pictórica. Artista, docente y creadora digital, ha conseguido crear un universo donde la técnica y la belleza se encuentran sin prisa, con respeto y con honestidad. Desde Marie Claire hemos podido hablar con ella para conocer un poco más de la artista menorquina en todos los aspectos, desde cómo nació su pasión por el arte hasta cómo interpreta la vida a través de él.

Tu estilo es muy íntimo y detallista, ¿cómo definirías tu manera de mirar el cuerpo, la moda y la cotidianidad a través del arte?

Siempre he entendido el cuerpo como un lenguaje: un medio para transmitir gestos, actitudes y emociones al espectador. En el arte figurativo, el cuerpo no es solo una anatomía, sino una historia. Me apasiona dedicar tiempo a los detalles, son mi sello personal y la diferencia que hace que una obra no sea solo una imagen, sino algo que provoca sentir.

Hablamos con la artista figurativa menorquina Clara Gardés (Foto: Instagram @claragardesart)

Creciste en una familia de artistas, ¿influyó eso en tu sensibilidad estética actual?

Mi abuelo y mi bisabuelo eran pintores. Crecí viendo pinceladas, estudios, lienzos apoyados en las paredes, casas llenas de cuadros… Ese entorno me educó sin que yo lo supiera. Recuerdo enseñarle un cuadro a mi abuelo cuando era pequeña, y él dijo: “Esta niña tiene que estudiar Bellas Artes”. Así empezó todo. No es un
camino fácil, pero lo disfruto y me siento agradecida de haberlo elegido. Crecer rodeada de arte… lo convierte en algo natural, como hablar un idioma que aprendes en casa. Nunca me planteé no dedicarme a ello.

Tu lema es “Sentir y hacer sentir”, ¿cómo nace esa forma de entender el arte?

Creo que el arte debe conmover. Primero a mí, mientras lo hago, y luego a quien lo mira. No me interesa pintar por pintar; busco conectar, observar, entender. Si no hay emoción, no hay verdad.

Me apasiona dedicar tiempo a los detalles, son mi sello personal y la diferencia que hace que una obra no sea solo una imagen, sino algo que provoca sentir.

En tus ilustraciones, la ropa, los gestos y la actitud parecen tan importantes como el parecido. ¿Qué lugar ocupa la moda en tu obra?

La moda es esencial en mi trabajo. Estuve entre estudiar Bellas Artes o Diseño de Moda, así que siempre ha estado presente en mi mirada. Me fascina lo que la ropa comunica: carácter, energía, elegancia, incluso silencios. Los colores, las telas, los estampados… todo forma parte del retrato, tanto como la mirada.

¿Qué estéticas o diseñadores te inspiran a la hora de pintar?

Me inspira la elegancia atemporal de Chanel, la feminidad de Dior, la teatralidad romántica de Vivienne Westwood y la delicadeza vaporosa de Valentino. También miro mucho el color y el gesto de la moda de principios del siglo XX, donde diseño y arte iban tan unidos que parecían lo mismo.

Has llevado el arte a bodas y eventos pintando en directo. ¿Cómo surge esa idea?

La idea empezó a rondarme este verano. Yo trabajaba como docente y, aunque tuve experiencias bonitas, sentí que necesitaba un cambio. Empecé a ver el Live Art en TikTok, como si el algoritmo me lo pusiera delante para decirme “esto es para ti”. Me identifiqué con ese universo: moda, atmósferas elegantes, emociones reales, creación de contenido… Era justo todo lo que me apasiona, así que decidí lanzarme.

¿Qué diferencia al Live Art de un recuerdo o fotografía tradicional en una celebración?

La fotografía, hoy en día, muchas veces queda perdida en la memoria del móvil. En cambio, la ilustración es tangible, única e irrepetible. Es algo que se enmarca, que se cuida, que se conserva. Muchos invitados después me envían fotos enseñándome sus retratos colgados en casa. Eso para mí es super gratificante.

¿Cómo reaccionan las personas al verse convertidas en arte en ese mismo instante?

Les emociona muchísimo. No estamos acostumbrados a vernos dibujados, y eso genera sorpresa y entusiasmo. Me gusta retratar a la persona manteniendo su esencia, pero con un punto de elegancia e idealización que el arte permite, como si la mirada se volviera más poética. Muchos se reconocen, pero se ven aún más especiales.

Creo que el arte debe conmover. Primero a mí, mientras lo hago, y luego a quien lo mira

Recientemente realizaste una ilustración para los Prix du Parfum. ¿Cómo fue trabajar con el universo de las fragancias?

Sí, fue un proyecto que disfruté muchísimo. Me pidieron crear una composición con los perfumes seleccionados para el evento que organizaba la revista, y fue como pintar pequeños tesoros. Cada frasco tiene su propia personalidad, igual que las personas: hay colores, materiales, texturas, transparencias, brillos… traducir todo eso en pintura fue un desafío muy divertido y delicado a la vez.

Lo curioso es que el evento finalmente no pudo celebrarse por motivos sanitarios, pero la obra sigue existiendo, y eso me parece casi poético: como el aroma, aunque no lo veamos, deja huella. Para mí fue una oportunidad preciosa de unir arte, lujo y belleza desde un enfoque muy personal.

Ilustración de Clara Gardés para los Prix du Parfum
Ilustración de Clara Gardés para los Prix du Parfum (Foto: Instagram @claragardesart)

Has estudiado en Bellas Artes en España e Italia ¿Cómo influyó tu formación en tu lenguaje artístico actual?

Mi formación en Bellas Artes, tanto en España como en Italia, me ha construido como persona y como artista. Conocer técnicas, procesos, maestros y corrientes me abrió puertas que solo la educación artística puede ofrecer. Mi obra es cíclica: hay etapas en las que regreso al paisaje, otras en las que me obsesiono con el retrato e incluso momentos en los que lo abstracto vuelve a aparecer. Es un diálogo constante con todo lo aprendido.

Además, mi aprendizaje no se detiene: sigo formándome en talleres, libros y también a través de la enseñanza. Dar clase me inspira porque me obliga a crecer, a cuestionarme y a no acomodarme. En definitiva, mi lenguaje artístico actual es el resultado vivo y en evolución de esa formación continua.

¿Hay movimientos, artistas o épocas que te inspiren especialmente?

El romanticismo francés, el academicismo, la delicadeza prerrafaelita… y, sobre todo, Bouguereau. Lo descubrí en Bachillerato y me impactó la suavidad de su piel, sus telas, sus escenas casi etéreas. También admiro a Sorolla por la luz y a Sargent por la actitud elegante del cuerpo.

Creo en la disciplina, en el trabajo diario. Esforzarte te enseña que se puede lograr, aunque no siempre dependa solo de ti.

Pintas retratos, moda, paisajes, objetos… ¿Cómo eliges qué temas llevar a tus obras?

En muchos casos no lo pienso demasiado: parto de una atracción emocional. Pinto lo que me conmueve o lo que me hace querer observar más tiempo. Puede ser un gesto femenino, la textura de un vestido, la calma de un paisaje o incluso un objeto cotidiano que esconde algo poético. Pero otras veces sí hay reflexión detrás. Me interesa la simbología —las flores como delicadeza, las nubes y cielos por lo onírico y trascendental, las alas como libertad o protección, la inspiración del mundo antiguo, de lo mitológico y lo clásico griego—. No lo hago para “copiar” una estética, sino para construir un imaginario. Como decía una profesora mía de literatura universal: “no hay obra sin obras”. No se trata de imitar, sino de tomar referencias para crear algo propio. Creo que en mi trabajo conviven la intuición y el significado. A veces pinto porque siento, y otras pinto porque necesito decir algo sin palabras. Ambas cosas son parte de mi lenguaje artístico.

Hablamos con la artista figurativa menorquina Clara Gardés
Hablamos con la artista figurativa menorquina Clara Gardés (Foto: Instagram @claragardesart)

¿Qué significado tienen para ti las colaboraciones con marcas de materiales artísticos?

Siempre he invertido mucho dinero en material. Durante años compré yo misma cada pincel, pigmento, lienzo y papel con el dinero que ganaba vendiendo obra o trabajando. Por eso ahora, cuando marcas como Royal Talens o Titán confían en mí y deciden apoyarme, no lo siento como un simple obsequio, sino como un reconocimiento a todo el esfuerzo técnico y económico que hay detrás de mi profesión. Me llena de orgullo que valoren mi trabajo, porque no se trata solo de estética: saben lo que implica dominar un oficio, estudiar materiales, y dedicar tiempo a la técnica. Me gusta colaborar con empresas que respetan la pintura tradicional y entienden que la calidad del material influye directamente en la obra. No es solo marketing; es una manera de cuidar la pintura y hacerla posible, de modo que continúe el arte y su legado histórico.

En redes compartes procesos y reflexiones. ¿El artista de hoy también debe ser comunicador? ¿Cómo imaginas tu futuro creativo?

Sí, absolutamente. El artista de hoy crea y comunica. Instagram y TikTok son mi galería abierta, y gracias a esa comunidad hemos llegado a 10 mil personas el mes pasado. Me gusta mostrar procesos, escribir, fotografiar, contar. La pintura es mi medio principal, pero comunicar también es una herramienta que me conecta con clientes y con personas que sienten lo que hago. En el futuro me veo recogiendo frutos: colaboraciones con marcas de moda, talleres en hoteles, más proyectos y exposiciones presenciales. Porque ver el arte en persona nunca será lo mismo que en pantalla.

¿Qué le dirías a alguien que sueña con dedicarse al arte?

Que luche por su sueño. Nadie va a venir a tu estudio a despertarte hacia el éxito. Habrá momentos desafiantes y otros en los que la vida te sorprenda para bien. Creo en la disciplina, en el trabajo diario. Esforzarte te enseña que se puede lograr, aunque no siempre dependa solo de ti. Es justamente lo incierto lo que lo hace apasionante. Y si Dios puso un sueño dentro de ti —no todos tienen sueños grandes— es porque eres el elegido para cumplirlo.

Hablamos con la artista figurativa menorquina Clara Gardés (Foto: Instagram @claragardesart)

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