Aunque no lo parezcan, las actrices también son mortales y los contratiempos forman parte de su vida. Para acudir a galas como los Premios Oscar, los equipos de estilismo de cada celeb trabajan de forma frenética para que todo funcione a las mil maravillas, pero (a veces) la vida tiene otros planes preparados.
Enfundada en un precioso vestido de cuerpo encorsetado firmado por Louis Vuitton, así aparecía Emma Stone en la alfombra roja de los Premios Oscar 2024. Obra de Nicolas Ghesquière, Stone se decantó por un original corte peplum en la falda y un favorecedor escote palabra de honor. La actriz, nominada a 'Mejor Actriz', sabía que iba a ser el centro de todas las miradas y escogió un vestido acorde a la ocasión.
Lily Gladstone, Sandra Hüller, Annette Bening, Carey Mulligan y Emma Stone optaban a ser la 'Mejor Actriz' del año, pero una de las pelirrojas más famosas de Hollywood se llevó la estatuilla por su trabajo en 'Pobres Criaturas' (tras ganarlo en 2017 por la aclamada 'La La Land'). Es el segundo Oscar que gana Emma Stone a su corta edad, tan solo 35 años.
El momento estelar de la velada llegó cuando Stone se levantó para recibir el galardón y celebrar un nuevo hito en su carrera. Nada más separase del sillón, pudimos ver que la cremallera del corsé no había sobrevivido a tanto ajetreo. Lejos de pasar el detalle por alto, Stone volvió a demostrar que uno de sus fuertes es el humor y supo darle un giro cómico a la situación: "Mi vestido se ha roto", destacaba la actriz nada más llegar al escenario, a lo que añadía que "estoy bastante segura de que ocurrió durante I'm Just Ken". Además, para hacerlo más fácil, se dio la vuelta con el fin de que todos los invitados del Dolby Theatre -y los que estábamos en casa- pudiésemos comprobar el desperfecto (las cremalleras pueden jugar una mala pasada en cualquier momento y la gala de los Oscar tampoco se libra).
Más allá de esta graciosa anécdota, el discurso de Stone estuvo repleto de emoción. Primero, la actriz honró a todas las mujeres nominadas a 'Mejor Actriz' y las describió como "increíbles". Asimismo, explicó que los nervios estuvieron muy presentes durante los días anteriores a la gala: "La otra noche entré en pánico. Como pueden ver, eso me pasa mucho. Yorgos Lanthimos me dijo: 'por favor, cálmate'. Tenía razón, porque no se trata de mí. Se trata de un equipo que se unió para crear algo más grande que la suma de sus partes", relataba la actriz entre risas y lágrimas.
"Quiero dar las gracias a mi familia, a mi madre, a mi hermano Spencer, a mi padre, a mi marido, Dave McCary, los quiero mucho. Y lo más importante, a mi hija, que va a cumplir tres años dentro de tres días y ha convertido nuestras vidas en tecnicolor. Te quiero más que a todo el cielo, mi niña", con estas dulces palabaras dio por finalizado un discurso que pasará a la historia del cine y, por descontado, también a los anales de la moda.
