Cada último domingo de octubre, España ajusta sus relojes una hora atrás. Lo que parece un simple gesto rutinario marca, sin embargo, el inicio de una etapa más lenta y melancólica. Las tardes se acortan, la luz natural se reduce, y con ello, muchas personas experimentan un descenso en su estado de ánimo. La llamada "tristeza estacional" que aparece tras el cambio de hora tiene una base científica: la menor exposición solar altera la producción de serotonina y melatonina, modificando el ritmo circadiano. En un contexto donde la oscuridad se impone, el perfume del hogar se convierte en un aliado capaz de devolver calidez y bienestar emocional.
El cambio de hora tiene una larga historia. Fue instaurado oficialmente en España en 1974, con la crisis del petróleo, para aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo energético. Décadas después, su continuidad sigue generando debate. Aun así, su impacto más profundo no se mide en kilovatios, sino en emociones. Muchas mujeres sienten un ligero desánimo cuando la tarde se desvanece antes de lo previsto y el día parece acabar poco después de comer. Esa sensación de encierro invita a buscar refugio y aquí entra en juego el poder del olfato, el más primitivo y emocional de los sentidos. No hay mejor bálsamo para el ánimo que un aroma envolvente, cálido y familiar.
De hecho, la relación entre los olores y el bienestar se ha convertido en tendencia dentro de la perfumería contemporánea. En otoño, los matices especiados, las notas de sándalo, café o vainilla se asocian con la idea de hogar. Estas esencias transmiten cobijo, suavizan el ánimo y aportan esa sensación de placer pausado. Además, las velas perfumadas para una decoración sublime son las mejores amigas de salones, escritorios y dormitorios.
Velas, ambientadores y mikados que enfatizan la importancia de escoger un buen perfume para el hogar ante el cambio de hora
Intense Café de Montale
Inspirada en el aroma de los granos tostados recién molidos, la vela Intense Café de Montale propone un viaje olfativo hacia la calidez más adictiva. Su salida es un acorde vibrante de café intenso y rosa vegetal, una combinación inesperada que equilibra fuerza y dulzura. A medida que la llama se asienta, el corazón revela un toque de crema y azúcar, envuelto en un fondo de almizcle blanco y vainilla. Esta evolución la convierte en una de las composiciones más sensuales y reconfortantes de la estación. El precio es de 90 euros.
02 FEBRERO de Eleven People
El mikado 02 FEBRERO de Eleven People tiene una personalidad serena. Su composición gira en torno a tres pilares: vainilla, sándalo y musk. Cada nota cumple un papel preciso: la vainilla aporta dulzura, el sándalo añade profundidad amaderada y el almizcle proporciona un acabado suave, casi aterciopelado. Es un aroma que evoca una tarde lenta leyendo en el sofá, con la lluvia golpeando el cristal. Cuesta 36 euros.
Crème Brûlée de Lush
Entre las velas más evocadoras de la temporada, Crème Brûlée de Lush ocupa un lugar especial. Su fórmula, libre de parafina, soja u organismos modificados, combina aceite de coco, ricino y ceras vegetales. El resultado es una combustión limpia y duradera, que desprende un aroma deliciosamente dulce: polvo de tonka, sándalo y un matiz avainillado de fondo. La mezcla de estas notas evoca la calidez de un postre recién horneado, una sensación ideal para paliar las consecuencias del cambio de hora. Tiene un precio de 22 euros.
Skull Blanca de Ladenac
La vela Skull Blanca de Ladenac combina arte y sofisticación en una pieza que es tanto objeto decorativo como experiencia olfativa. Su aroma se mueve entre notas amaderadas, acordes especiados y un fondo de cuero suave. Es una fragancia intensa, con matices que recuerdan a la madera recién pulida y al ámbar. La podemos comprar por 90 euros.
Noisetier de Diptyque
El cierre perfecto lo aporta Noisetier de Diptyque, una creación que rinde homenaje al avellano en pleno bosque. La fragancia captura el instante exacto en que el fruto comienza a madurar, combinando notas verdes, praliné y un toque de hojas frescas. Su cera, de gran calidad, mantiene la pureza del aroma sin resultar empalagosa. Cuesta 60 euros en Abanuc.
