Cómo ser una falsa influencer y tener éxito con solo 500 euros

La agencia H2H realizó un experimento para demostrar la facilidad de crear un perfil falso sin que las marcas se den cuenta
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El marketing de influencers es algo que está a la orden del día, convirtiéndose en el canal más efectivo de publicidad ahora mismo. El 38 % de la población está presente en las redes sociales, lo que se traduce en un sector que mueve más de 9 millones de euros solamente en España.

Una realidad tan apetecible, conlleva que numerosas personas quieran convertirse en influencer por todas las ventajas que vienen de la mano de esta profesión: viajar gratis, invitaciones a presentaciones de moda y lo más apetecible para la mayoría, prendas de ropa y accesorios de belleza ¡gratis! La agencia H2H quiso aprovechar este fenómeno del influencer para comprobar cómo es posible crear un perfil falso con muchos seguidores, y además que nadie consiga darse cuenta.

Hoy en día existe la posibilidad de crear estos perfiles muy fácilmente, comprando seguidores, likes e incluso comentarios. Así surgiría una verdadera influencer, por lo menos a ojos de las marcas. Por eso, esta agencia quiso llevar a cabo ese experimento para "alertar del fraude y de los peligros de confiar en lo que una red social te cuenta".

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Para ello, lo primero que hicieron fue buscar una chica que encajase en el perfil. Una chica sencilla, mona y que tuviese mucha personalidad. Tras un pequeño casting, escogieron a la actriz Almudena Ripamonti, para que pudiese meterse en el papel de una influencer y crearon una cuenta de instagram: @almu_ripamonti. Este perfil empezaba desde cero, pero contaba con la ayuda de dos elementos importantísimos en este mundo: un fotógrafo profesional que se dedicaba a hacer buenas fotos a las influencers y una estilista de moda. Con ese pack empezaron a crear contenido "apetecible" para muchas personas y así alcanzar un número de seguidores medio-alto.

Y ahí llegó la parte más importante de este experimento, la compra de seguidores. La agencia se comenzó a gastar dinero en seguidores falsos, y según subía el número las firmas se empezaron a interesar en ella, invitándola a comidas en restaurantes y fiestas exclusivas.

Esta compra de seguidores fue en ascenso, hasta llegar a los 100.000 seguidores, la mayoría falsos. La agencia contó que únicamente se gastó 500 euros para esto y que, en unas semanas la inversión ya estaba amortizada. Ninguna marca se dio cuenta, y la actriz pudo disfrutar de miles de ventajas que jamás hubiese imaginado. El fraude perfecto.

La agencia quiso compartir públicamente su estrategia, a través de un vídeo de Youtube donde explicaba todos los pasos que habían seguido desde el principio. Una manera de denunciar públicamente la poca regulación que existe en este ámbito y lo fácil que es engañar a las marcas.

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