Es posible que la 95ª edición de los Premios Oscar estuviese marcada por la ausencia de Penélope Cruz, pero nos lo ha compensado convirtiéndose en la reina de la noche de Madrid. Nuestra actriz más internacional acudió el martes al evento de inauguración de la primera pop-up store de la firma Lancôme, de la que es embajadora.
Penélope Cruz escogió para esta cita un look cargado de tendencias donde el protagonismo absoluto se lo llevó su vestido mini. Se trataba de una pieza de tubo negra, de terciopelo, palabra de honor y el detalle que hacía que la prenda transmitiese vibras ochenteras: unos volúmenes asimétricos rosa fucsia en el bajo con los que se unía a la moda Barbiecore.
Los volantes XL de color llamativo rompen con lo tradicional aportando a la figura de Penélope la máxima originalidad, sin embargo, la actriz se mantiene fiel a la elegancia a través del color negro que nunca falla.
Esta vez, Penélope no vistió de Chanel, su firma de moda de cabecera, ya que este vestido mini tan sexy en el que se enfundó pertenece a Alexandre Vauthier. La actriz compañó la pieza con unas sandalias de tacón fino con pulsera y un bolso de mano también en negro.
Para continuar con la línea de la década de los 80's, Penélope Cruz se decantó por un peinado en el que reinaba su mítico flequillo cortina y una coleta a media altura con un ligero tupé.
En cuanto al maquillaje, la intérprete siguió siendo la reina de la elegancia con un makeup en tonos neutros dejando todo el protagonismo a su vestido y a unos maxipendientes de oro colgantes.
