La moda está para jugar con ella, innovar y arriesgar. Aunque haya gente que crea que no es así, dibujar un lookazo de altura esconde sus secretos. En especial, si tenemos un objetivo muy claro. En el caso de hoy, nuestra meta es marcar nuestras curvas de una forma sofisticada, fácil y apta para el día a día.
El inicio del uso del cinturón se remonta al Neolítico, cuando usaban correas de cuero para ceñir sus pieles a la cintura. Desde aquel momento, esta pieza ha estado presente en todas las épocas históricas, tanto para ellas como para ellos. Además, en cada etapa ha gozado de un significado distinto. Por ejemplo, en el Imperio romano simbolizó el poder, la fuerza y la dignidad.

Actualmente, el cinturón no guarda un significado concreto, pero sí dos metas principales: ayudarnos a mantener la prenda inferior bien ajustada o, sencillamente, ser un elemento decorativo que eleva el estilismo. A esto, sumamos la capacidad de dibujar las curvas femeninas al crear una línea de separación entre la parte superior y la inferior del cuerpo.

Desde que Prada propusiera colocar cinturones sobre americanas, abrigos o camisetas en una de sus colecciones más virales de la historia, la perteneciente al otoño-invierno 2020, las chicas más cool de Nueva York han tenido claro que este truco de estilo funciona, y mucho.

De hecho, apostar por los cinturones ha sido uno de los actos más repetidos en el street style de la reciente edición de la Semana de la Moda de Nueva York. Sea con un cinturón más estrecho o uno más amplio, el efecto siempre es el mismo: ofrecer a las curvas femeninas todo el protagonismo.

El sencillo truco de poner el cinturón sobre las prendas exteriores ayuda a hacer énfasis en la cintura, creando la ilusión de una figura más esbelta y curvilínea. Asimismo, se realza la forma natural del cuerpo, especialmente si la prenda es oversize o tiene líneas rectas.

Gracias al simple acto de poner un cinturón sobre la prenda exterior, logramos que la parte central del cuerpo se convierta en el punto focal del look. Además, no hace falta que lo ciñamos al exceso, con el fin de imponer siempre la comodidad. Si Miuccia Prada y las mujeres más sofisticadas de Nueva York aprueban esta tendencia, por algo será.
