Cuando pensamos en el look de invitada perfecto, solemos centrarnos en el vestido, el tocado o incluso el maquillaje. Sin embargo, hay un elemento que puede elevar el estilismo o arruinarlo por completo: los zapatos.
Para María Fernández, CEO de Uniqshoes, el calzado no es un accesorio secundario, sino una decisión estratégica. “A veces no se le da la importancia suficiente al zapato, y es clave”, explica. No se trata solo de estética, sino también de funcionalidad, armonía y, sobre todo, comodidad real para disfrutar del evento sin renunciar al estilo.
Y es precisamente en este punto donde muchas mujeres siguen fallando: dejar la elección del calzado para el final. “Muchas compran deprisa, sin pensarlo mucho”, señala. Su consejo es claro: “Invierte en un modelo de calidad con el que te sientas cómoda y tú misma, y que puedas reutilizar durante años”. Para ella, el zapato no debe entenderse como un simple complemento, sino como un elemento clave que puede elevar (o arruinar) el conjunto completo.
Lo que jamás deberías llevar si vas de invitada
¿Hay zapatos prohibidos en una boda? Según la experta, sí. Uno de los mayores desaciertos son las plataformas de bloque corrido o con suelas de goma. “Desentonan completamente en un evento formal”, afirma. La estética importa, pero también la coherencia con el resto del estilismo.
En el caso de madrinas o madres de comunión, la armonía cromática es esencial. María recomienda evitar contrastes marcados y optar por zapatos del mismo tono que el conjunto. “Que el zapato entone con el look aporta elegancia inmediata”, afirma.
Tacones sí, pero no a cualquier precio
La idea de que un tacón altísimo es sinónimo de sofisticación está desfasada. “Estoy completamente en contra”, sentencia María. “Hay tacones preciosos y muy estilosos con alturas medias o incluso bajos”. Y lo dice desde la experiencia: Uniqshoes nació precisamente con el objetivo de demostrar que comodidad y diseño no son excluyentes.

El problema de los tacones excesivos se acentúa en roles como madrina o madre de comunión. “Es un día importante, donde tienen un papel protagonista. Están pendientes de los hijos, de los invitados… llevar un tacón demasiado alto puede amargarles el día”, señala. La solución, según ella, está en encontrar ese equilibrio entre altura, diseño y funcionalidad.
Detalles que arruinan un look (aunque el vestido sea espectacular)
Hay elecciones estéticas que pueden desequilibrar hasta el estilismo más cuidado. María lo tiene claro: ciertos acabados brillantes, pedrerías excesivas o hebillas con brillantes pueden dar al traste con la sofisticación de un buen vestido. “Son detalles que, en lugar de sumar, restan”, explica.
¿Se puede ir con sandalias o zapato plano a un evento?
Sí, pero con matices. “Cada vez hay más aceptación a llevar los dedos al aire en bodas o comuniones, siempre que el material lo permita y la época del año lo acompañe”, señala. Eso sí, hay excepciones de estilo que ella no perdona: “No comparto las sandalias de terciopelo en verano”.

Y cuando hablamos de zapato plano, la tendencia también ha cambiado: “Cada vez más novias se casan con bailarinas. Por supuesto que se puede ir plana y perfecta”.
Los imprescindibles del zapatero de invitada
Aunque las tendencias cambien, hay modelos que siguen funcionando año tras año. El ejemplo más claro: el salón clásico. “Es un básico que nunca falla y que toda mujer debería tener en el armario”, apunta la CEO de Uniqshoes. Y si hay que apostar por una silueta que eleva cualquier estilismo, su respuesta es rotunda: “Un stiletto. Es una inversión segura que transforma un look sin necesidad de grandes gastos”.
Y sobre todo, no subestimes el poder del calzado: “Un zapato bonito te puede hacer un super look con un vestido básico”, recuerda María. Esa es la verdadera clave para brillar sin esfuerzo.
