La inteligencia emocional es una de las cualidades más infravaloradas en cuanto a que no suele ser una de las que primero se nos viene a la mente cuando pensamos en qué buscamos de una persona, pero en realidad es de las más importantes. Según la RAE, la inteligencia emocional es la "capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás".
O lo que es lo mismo, identificar qué nos pasa y qué les pasa a los demás. Algo básico para vivir tanto con nosotras mismas -es lo que nos ayudará a entendernos y sobrellevar situaciones difíciles- como con el resto de la sociedad -sin ella no podremos saber qué les pasa a los demás y no desarrollaremos nunca la empatía-.

La importancia de la inteligencia emocional en los niños
Un término popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Golema en 1985 que es más que necesario enseñar a los más pequeños de la casa, para que de mayores puedan relacionarse mejor tanto con ellos como con el resto del mundo. Pues bien, según un estudio de Raouda, madre y formadora certificada por el Conscious Parenting Coaching Institute del Dr. Shefali Tsabary, hay algunos comportamientos que señalan un alto nivel de inteligencia emocional en niños. Y son los siguientes:
Cinco señales de que un niño tiene inteligencia emocional
1. Puede identificar y nombrar sus emociones
Saber ponerle nombre a lo que estamos sintiendo, más allá de felicidad o tristeza, no es tarea fácil incluso para los adultos. Pero es importantísimo que los niños identifiquen sus emociones desde pequeños, para que así según vayan creciendo entiendan lo que les pasa y, desde ahí, cómo gestionarlo.
2. Demuestra empatía
La empatía, definida por la RAE como "identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo del otro", es un elemento fundamental para la vida en sociedad y un signo inequívoco de inteligencia emocional. Denota cariño hacia el otro, preocupación por lo que le pueda pasar.
3. Sabe escuchar
Escuchar es fundamental para saber qué piensa y qué sienta la otra persona, para empatizar con ella y saber cómo actuar. Por ello es imprescindible fomentar que los niños desarrollen una escucha activa y reflexiva, donde se interesen realmente por lo que les están contando y lo interioricen.

4. Se adapta con facilidad
Los cambios no son fáciles, pero son una constante en la vida, por ello el saber adaptarse a ellos es importantísimo tanto de cara a la inteligencia emocional como a nuestro desarrollo en general. Y los niños que lo consiguen ya tienen mucho ganado.
5. Sabe autorregularse
Por último Raouda también señala la importancia de que los niños no se dejen llevar por lo que sienten, sino que sepan parar y pensar un momento, autorregulándose y adaptándose a las situaciones que les ocurren.