Mujeres que se hicieron pasar por hombres en la historia

Cuestión de supervivencia o elección personal, estas mujeres se negaron a aceptar los roles de género establecidos en la sociedad. Recordamos a algunas de ellas.
Las Mujeres Que Se Hicieron Pasar Por Ho

Una mirada que infunde seguridad, un sombrero de copa negro, una pajarita y un esmoquin a juego completan el retrato perfecto de Marlène Dietrich en la mítica película Marruecos (1930). Como ella, decenas de artistas se disfrazaron, jugando con los códigos masculinos y femeninos, borrando por completo y para bien las fronteras del género. La moda es el ejemplo más claro de este proceso. El traje se ha inmiscuido con los años en el vestidor de la mujer, al igual que los pantalones, símbolo de liberación y emancipación femenina absoluta. 

Pero ¿qué fue de las mujeres que decidieron adoptar una identidad masculina por necesidad o sencillamente por su naturaleza profunda en épocas tan limitadas para nosotras? Aunque miles de ellas seguramente vivieran en silencio este desacuerdo natural entre cuerpo y mente, generador de una grave crisis de identidad, algunas optaron por enfrentar las críticas y vivir pese a los prejuicios, arriesgando su vida. Estas mujeres no eligieron ser hombres, lo fueron desde siempre. Y su caso se distingue claramente de las que lo hicieron por elección.

Otras mujeres tomaron la decisión de disfrazarse ocasionalmente o adoptar una identidad masculina por conveniencia o principios. Se alistaron, participaron en guerras por razones diversas, como el amor apasionado por un hombre que tenía que luchar en el frente, pasaron pruebas médicas con dificultad, intentando ocultar de todas las maneras posibles un cuerpo que aún era el blanco de prohibiciones

Porque lo que motivó más que nada a alguna de estas mujeres fue la injusticia. La injusticia de no poder acceder a los lugares cerrados al sexo considerado débil, como la universidad. Espacios de aprendizaje pero también de ocio que no parecían predispuestos, según la opinión mayoritaria de la época, a señoritas. Forzaron, afrontaron, se rebelaron. Y fue gracias a su valentía que otras mujeres pudieron a su vez luchar por sus derechos.

En la actualidad, pese a que algunos prejuicios sigan contaminando la sociedad, las mujeres no se enfrentan a tantos obstáculos y pueden (no en todos los países, lamentablemente) ser libres de comportarse y de ser quienes son. Pero precisamente por ello, conviene recordar a algunas de las que tuvieron o eligieron hacerse pasar por hombre, hasta su muerte.

Amantine Aurore Lucile Dupin

La escritora francesa del siglo XIX, nacida como Amantine Aurore Lucile Dupin, baronesa Dudevant, adopta el nombre de Georges Sand en 1829 a la vez que empieza a vestirse como un hombre. Aunque confesó que a su llegada a París había apostado por un look masculino porque era más barato, la autora siguió disfrazándose ocasionalmente para penetrar en lugares prohibidos a las mujeres.

Dorothy Lawrence

La famosa historia de "la única mujer soldado inglesa" ha sobrepasado las fronteras del Reino Unido. La joven periodista Dorothy, de 19 años, se hizo pasar por Denis Smith para participar en la Primera Guerra Mundial ya que no podía conseguir acreditación como reportera de guerra. En aquelle época, las mujeres aún no podían ingresar el Ejército. Consiguió un uniforme, se puso un corsé para aplanar sus pechos y se cortó el pelo para pasar desapercibida pero su género acabó por ser descubierto, creando la estupefacción.

Kathrine Switzer

En 1967, la atleta que tenía entonces 20 años intentó participar en la legendaria maratón de Boston. Las mujeres no podían oficialmente participar por lo que Kathrine se hizo pasar por K.V. para inscribirse. Casi diez años fueron necesarios para que personas de cualquier género pudieran participar.

Hatshepsut

La reina faraón (una de las pocas mujeres que consiguió el título en el Antiguo Egipto) era hija de Tutmés y Amhose. Tras la muerte de su esposo, también hermanastro, se hizo con el poder y empezó a plasmar una imagen masculina, adoptando una barba postiza y deshaciéndose de los vestidos tradicionales para conseguir el respeto.

Loreta Janeta Velázquez

Esta mujer cubana adoptó una identidad masculina para participar en la Confederación durante la Guerra Civil. Se alistó en la Armada sin avisar a su marido, también soldado. Su sexo fue descubierto pero siguió participando en conflictos, hasta convertirse en espía, cambiando regularlmente de sexo.

Hannah Snell

Nacida en 1723 en Inglaterra, esta mujer adoptó la personalidad de su cuñado James Gray tras ser abandonada por su marido. Inició una búsqueda de su esposo, James Summs, y al final decidió unirse a la Marina. Solo en 1750 desveló su verdadera identidad.

Margaret Ann Bulkley

Margaret, una joven inglesa de apenas 20 años, pasó a la historia por adoptar la identidad de James Barry con el objetivo de estudiar medicina en la Universidad de Edinburgo. En aquella época, las mujeres no podían acceder a estudios superiores. La científica, que luchó por los derechos sociales toda su vida, inspiró el misterio hasta el final.

Rena Kanokogi

La apasionada de judo sufrió innumerables comentarios y prejuicios en los años 50 por practicar este deporte considerado masculino. Decidió por ello competir en los Juegos Olímpicos de 1959 como... hombre. Pese a haber ganado una medalla, quedó evidentemente descalificada tras la revelación de su sexo y se mudó a Japón para abrir una escuela de judo para niñas.

Sarah Emma Edmonds

Esta canadiense viajó a Estados Unidos y se alistó en el Ejército para participar en la Guerra Civil. Vivió durante todo este tiempo con la identidad de Franklin Thompson. Tras abandonar y finalmente regresar al Ejército (donde también ejercía labores de espía), decidió revelar su verdadera identidad. Lo hizo a través del libro The Female Spy of the Union Army publicado en 1864.

Isabelle Eberhardt

Esta exploradora suiza vivió gran parte de su vida en el Norte de África. Para favorecer su integración y conocer más a fondo la cultura, decidió disfrazarse de hombre y hacerse llamar Si Mahmoud Essadi. Falleció con tan solo 27 años.

Amelia Robles Ávila

Amelia, joven mexicana en Xochipala en 1889, participó en la Revolución mexicana. Tras mostrar interés por actividades consideradas masculinas, combatió como el coronel Robles. Más que una elección, esta mujer se sentía naturalmente hombre. Llegó a ser considerada la primera persona transgénero reconocida de forma institucional en su país.

Recomendamos en