El rodaje de "Sandokan", la nueva producción protagonizada por Can Yaman, está a punto de comenzar en la ciudad italiana de Calabria. Actualmente, el actor se encuentra inmerso en sesiones de entrenamiento y ensayos de las escenas de lucha y manejo de espadas, preparándose para el inicio oficial de la filmación. Existe una gran expectación en torno a esta nueva serie; sin embargo, son pocos los que conocen la historia real detrás de la leyenda de Sandokán y, aún menos, la identidad del enigmático hombre español que sirvió de inspiración para crear a este intrépido personaje.
El célebre pirata Sandokán alcanzó la fama en la década de 1880 gracias a las emocionantes novelas de aventuras escritas por el autor, periodista y navegante italiano Emilio Salgari. No obstante, la influencia de Sandokán en la cultura española trasciende el éxito de las obras del autor en nuestro país. Parte de la inspiración para el personaje de Sandokán se encuentra en la figura de un hombre originario de Cádiz.
Emilio Salgari, un estudioso dedicado, tuvo acceso a un asombroso informe presentado al Papa Pío IX en 1849. Al leerlo, consideró que había recibido un regalo divino, ya que el contenido del informe era verdaderamente extraordinario: las memorias de un marino español que, tras mil aventuras increíbles, se había convertido en fraile trinitario y prefecto apostólico, dedicando su vida a combatir el tráfico de esclavos en Borneo, Sumatra y Malasia.

Este marino es Carlos Cuarteroni Fernández, nacido en Cádiz en septiembre de 1816, hijo de Giovanni Cuarteroni y Ramona Fernández, una nativa de Sanlúcar. Su familia tenía estrechos vínculos con el mundo marítimo, ya que su padre era dueño de un establecimiento de suministros para barcos en la ciudad. Cuarteroni realizó su primer viaje a Filipinas en 1829 y posteriormente obtuvo el título de "piloto de todos los mares".
A lo largo de su vida, desempeñó diversos roles, desde capitán de la Marina Mercante hasta Sutil de Filipinas. En 1842, adquirió una goleta que llamó "Mártires de Tonkín" y se dedicó a la pesca de perlas. Durante sus viajes, también se destacó por su lucha contra la esclavitud, siendo testigo del sufrimiento de los esclavos filipinos a manos de los piratas "moro-malayos".