En el universo de First Dates, donde las citas a ciegas son el escenario perfecto para el encuentro entre personalidades dispares, se ha desarrollado una velada singular entre Roger y Uma, dos individuos que encarnan polos opuestos en la búsqueda del amor y la conexión.
Roger, un psicólogo infantil y juvenil con una inclinación hacia las relaciones más íntimas, se ha enfrentado a un educador social hedonista, demasiado abierto para su gusto a nuevas experiencias.

Conforme avanzaba la velada, las discrepancias se hacían más patentes. Mientras Roger se revelaba como un defensor de las relaciones más convencionales, Uma sorprendía con su enfoque amoroso: "estoy en una relación abierta poliamorosa anárquica".

"¿Qué?" -la cara de Roger era un poema-. Si ya no le gustó la palabras "relación abierta" porque soltó inmediatamente: "¡Adiós!", lo que escuchó a continuación le dejó todavía más confuso.
Uma sorprendía con su enfoque poliamoroso anárquico, desafiando las normas sociales establecidas y cuestionando los conceptos tradicionales de compromiso y fidelidad.

"Mi idea de la relación parte de los compromisos que tú haces con la persona y no de las convenciones sociales" -le intentaba aclarar Uma, pero el otro no entendía nada de nada.
Roger contó que había tenido dos relaciones largas, la segunda era una relación abierta “éramos novios y nos permitíamos pasarlo bien con otros chicos esporádicamente”, algo que él consideraba muy liberal hasta conocer las relaciones de su cita.

El contraste llegaba incluso al terreno más íntimo, cuando Uma compartía abiertamente sus preferencias sexuales, mientras que Roger prefería mantener una actitud más reservada y conservadora.
¿Dónde hay pelo hay alegría?”, ha sido la pregunta que Roger no ha querido contestar y que a Uma le ha sorprendido mucho. Él le ha dicho que sus talentos sexuales podrían ser varios, pero que “se me da muy bien comer culo. Hay que decirlo serio que lo puede ver mi madre”.

Roger, no podía evitar reír un poco incómodo ante las salidas de su compañero. Uma acabó diciéndole que le recordaba un poco "a una monja de clausura" a lo que Roger le contesto que "en cambio tu por tus respuestas entrarías en un burdel”.
Estaba claro que no repeterían una segunda cita, pero Uma, que no desaprovecha nunca la ocasión, dijo que aunque a pesar de ello, le gustaría seguirle conociendo por si surgía alguna intimidad con él. Hasta trató de darle un beso de despedida, algo a lo que Roger se negó.