Esta semana en Secretos de Familia, la tensión continúa en su punto más alto. El secuestrador de Ilgaz ha tomado una decisión final sobre cómo acabará con la vida del fiscal. Sin misericordia, lo abandona en una isla desierta, sin agua ni comida. «El cuerpo humano puede sobrevivir tres semanas sin comer, pero solo tres días sin agua», le advierte el sicario antes de alejarse en una lancha motora, dejando a Ilgaz frente a una lucha desesperada por su supervivencia.
Esta semana, en la ficción de Pinar Deniz y Kaan Urgancioglu, Osman está decidido a evitar que Zümrüt cometa un asesinato. Zümrüt ha planeado envenenar a Husnu, pero Osman no puede soportar la culpa y busca la ayuda de Merdan. Este último se presenta en la casa de Husnu con la excusa de ser un viejo amigo. Con astucia, logra romper el frasco de veneno que Osman había dejado siguiendo las órdenes de Zümrüt, frustrando el intento de asesinato. Antes de retirarse, Merdan confronta a Zümrüt con una advertencia tajante: «Todo mal que hacemos, nos vuelve. Ten mucho cuidado a partir de ahora, querida».
Mientras tanto, Ilgaz sigue luchando por su vida. Desde la isla, intenta llamar la atención de un barco, pero al fracasar, se lanza al mar en un último intento por salvarse. Mientras nada, Ceylin y Eren siguen buscando su paradero, logrando capturar a los secuestradores, aunque estos se niegan a cooperar. La angustia aumenta para la familia de Ilgaz, especialmente para su hija, que no entiende la ausencia de su padre.
Finalmente, unos pescadores encuentran a Ilgaz al borde de la muerte en el mar y lo llevan rápidamente al hospital. Allí, la familia del fiscal respira aliviada al saber que sobrevivirá. Una semana después, Ilgaz es dado de alta justo a tiempo para ver a sus captores ser encarcelados. La historia da un giro inesperado cuando, durante la boda de Tügce y Efe, Ilgaz y Ceylin anuncian dos noticias importantes: han decidido mudarse a la costa para iniciar una vida más tranquila y, además… ¡esperan otro hijo!